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  Que no te cojan de...
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25 de marzo de 2010

El Nuevo Herald

Cinco años atrás, Sheila Newman y su familia compraron un par de propiedades vacacionales de tiempo compartido (‘‘timeshares'), con la esperanza de disfrutar de años de vacaciones en la región del Panhandle de la Florida y en Myrtle Beach, Carolina del Sur.

En lugar de eso, se les hizo difícil tomar vacaciones, de modo que Newman listó sus propiedades en un website de venta de propiedades de tiempo compartido. Dos compañías de la Florida llamaron, ofreciéndole compradores listos. Todo lo que tenía que hacer Newman era enviarles un cheque.

Seis meses después, Newman perdió el dinero --y sigue siendo dueño de sus dos propiedades.

"Hay que hacerle algo a esa gente', dijo Newman, de 56 años. "Es un desastre'.

Agencias de protección al consumidor afirman que la experiencia de Newman se está haciendo cada vez más común. En el 2009, las quejas sobre las compañías revendedoras de propiedades de tiempo compartido le ganaron a la queja número uno --preocupaciones sobre la hipoteca-- que se reporta al procurador general de la Florida.

El número de quejas en el 2009 --unas 2,719-- es más del doble de las presentadas en el 2008.

Eso ha llevado a la Florida, entre otros muchos estados, a declarar la guerra a la industria de revender las propiedades de tiempo compartido. La oficina del procurador general de la Florida dijo que estaba investigando a 17 compañías, había demandado a tres y había llegado a acuerdos con otras siete por unos $1.6 millones en devoluciones a los consumidores. La oficina espera investigar más compañías este año. Las propiedades vacacionales de tiempo compartido --que se compran por lo general para usarlas al menos una semana al año-- están concentradas en la Florida. Alrededor de un cuarto de los centros de propiedades vacacionales de Estados Unidos están en el Estado del Sol, según la Asociación Americana de Desarrollo de Centros Turísticos. En el 2008, ellas generaron $3,400 millones en ventas sólo en la Florida.

La recesión golpeó duro a la industria, dijo Howard Nusbaum, presidente y director ejecutivo de la asociación. Luego de 20 años de crecimiento en las dobles cifras, la venta de nuevas propiedades se detuvo en el 2008.

Además de las muchas unidades disponibles, propietarios actuales que no pueden permitirse más los pagos y los costos están tratando de vender sus propiedades. De modo que, como en todos los otros tipos de propiedades inmobiliarias, la oferta actual está muy por encima de la demanda.

La queja más común sobre las compañías revendedoras es que los propietarios hicieron un pago basándose en la premisa de que ya existe un vendedor en espera de una propiedad particular, pero, si la unidad no se vende, nunca se les devuelve su dinero a los consumidores, a pesar de la promesa de que se les devolvería si la propiedad no se vende, y las compañías simplemente desaparecen tras cobrarle a la tarjeta de crédito del cliente.

En el 2009, los procuradores generales de Arkansas, Massachusetts, Carolina del Norte y Oklahoma hicieron sus propias advertencias sobre la industria de los revendedores de propiedades de tiempo compartido.

Varias compañías emplazadas judicialmente por el procurador general no pudieron ser contactadas o sus números telefónicos habían sido desconectados.

Los propietarios pueden usar a agentes inmobiliarios tradicionales para vender sus propiedades vacacionales, pero la comisión es con frecuencia demasiado baja para ameritar el trabajo de los agentes, dijo Brian Rogers, creador y operador de Timeshare Users Group, compañía con sede en Orange Park en cuyo website los propietarios pueden listar sus propiedades por sí mismos por un pago anual de $15.

En internet, dijo, "hay cientos de propiedades de tiempo compartido a la venta por $1 --y muchas de ellas no encuentran gente interesada. Es asombroso pensar que 10 ó 20 años atrás alguien pagó $20,000 ó $30,000 por esa propiedad'.

Cuando los propietarios desesperados --identificados por sus listados en internet o en anuncios clasificados-- reciben llamadas de compañías que dicen tener a un comprador en espera y que lo único que el dueño tiene que hacer es brindar su número de tarjeta de crédito para hacer un pago por la venta, los propietarios muerden el anzuelo, dijo Rogers.

"Es un rayo de luz en el teléfono', dijo. "Es difícil decirle que no a eso'.

Algo que exacerba el problema es que muchos dueños son ancianos que compraron sus propiedades muchos años atrás y ya no pueden viajar para usarlas. Los propietarios ancianos son más vulnerables al fraude y menos propensos a investigar las compañías que les ofrecen vender sus propiedades, según Rogers.

Eso fue lo que le sucedió a Allison Reuter de Grand Rapids, Michigan. Poco después de que ella y su esposo decidieran vender su propiedad vacacional, fueron contactados por Premier Timeshare Solutions de Palm Beach Gardens.

Lo mismo que a Newman, ellos dijeron a los Reuter que había un comprador esperando. Premier, que recibió una F del Better Business Bureau, dijo que sólo necesitaba $2,000 tpara comenzar el proceso.

"Decidimos gastar el dinero porque ellos ya tenían a un comprador', dijo Reuter, quien es abogada y cuyo esposo, vendedor de carros, perdió su empleo en medio de la recesión. Los pagos se habían hecho simplemente una carga.

"Ibamos a tener ganancias. Sie ellos no la vendían en un plazo de cuatro meses, nos devolverían el pago. Pensamos que íbamos a ganar como quiera'.

Pero Reuter dijo que no había escuchado una palabra de la compañía durante meses, luego de que su esposo denegó la petición de Premier de que les dieran más dinero.

Lo que es peor, algunas compañías llaman y ofrecen ayudar a un propietario que ha sido estafado --sólo para estafarlo por segunda vez, dijo Rogers , porque es la misma compañía que ha cerrado y vuelto a abrir con un nuevo nombre y su vieja lista de clientes.

En la Florida, los revendedores de propiedades de tiempo compartido tienen que tener una licencia de agentes inmobiliarios, dijo Jennifer Meale, vocera de la División de Negocios y Regulación Profesional.

Pero algunas compañías se las arreglan para evadirlo, dijo Nusbaum.

"Gracias a internet tenemos a mucha gente que dice: ‘No estoy vendiendo una propiedad de tiempo compartido. Sólo la estoy listando' '.

Además, dijo, el mercado secundario para las propiedades vacacionales no está regulado de la misma manera que el mercado primario. Su organización ha propuesto leyes y regulaciones que los estados podrían poner en vigor para dificultar el fraude.

"Nuestra visión es crear un mercado secundario saludable, en el que haya transparencia, se trate a los clientes con respeto, las expectativas se cumplan, y el fraude sea la excepción', afirmó. "Desgraciadamente, la situación actual es todo lo contrario de eso'.

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