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17 de enero de 2006

La urgencia por consumir, la demanda de tiendas y "come y vetes", la necesidad de ayudar a la familia y la ausencia de programas de transición entre la escuela y el mundo laboral son factores que contribuyen al aumento de jóvenes que trabajan.

La economista laboral María E. Enchautegui y la socióloga urbana Liliana Cotto coincidieron, por separado, en que la tendencia del incremento de jóvenes entre los 16 y 19 años que trabajan en Puerto Rico se debe principalmente a la "expectativa de consumo": tener celular, computadora, un carro y ropa de diseñador, entre otros artículos codiciados. Una de las consecuencias de este fenómeno, dijeron, es que ha impactado negativamente el aprovechamiento académico de los estudiantes, cuya prioridad debe ser estudiar.

Enchautegui, profesora del Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico (UPR), precisó que tradicionalmente ha existido, además, el concepto del "trabajador añadido" que son "trabajadores de reserva que tienen las familias para que se unan al mercado laboral cuando miembros de la familia se desemplean o hay una recesión, por ejemplo".

"Ahora estos jóvenes se han unido a la fuerza laboral de forma más permanente. Esto se puede dar por las expectativas de consumo, que hace 20 años no tenían. Un muchacho de 16 años quiere su carro, un celular, unos mahones de diseñador, cosas que están ampliamente aceptadas como de consumo general. Por otro lado, tienes todos los cambios industriales en donde se demanda una fuerza laboral en venta en detalle, preparación de alimentos ("come y vetes"), en donde no se espera que una persona desarrolle una carrera. El cambio a estos trabajos menos pagados también acomoda a los jóvenes porque tienen menos experiencia, no van a pedir beneficios, como plan de salud", explicó.

Enchautegui explicó que aunque esta tendencia podría beneficiar la economía, también se ha sacrificado el aprovechamiento académico, según varios estudios. Los estudiantes tienen otras prioridades y menos tiempo para dedicarles a las clases.

Otro problema es la falta de programas que promuevan una transición efectiva entre la escuela secundaria y el mundo laboral. La economista recordó que antes en Puerto Rico ?y actualmente en Europa? existían programas que le ofrecían un taller de trabajo a los estudiantes de secundaria en las áreas de su interés. Ahora, los estudiantes usualmente trabajan en tiendas y restaurantes de comida rápida, lo que no los prepara para el mundo laboral, al que se supone accedan una vez se gradúen.

"Tienen menos tiempo para dedicarle a los estudios y esto también alarga su momento de graduación. También incide cómo ha cambiado el sistema de educación secundaria, no se hace una buena transición al mundo laboral. En Europa existe, pero hemos adoptado el sistema estadounidense y no estamos proveyendo esa transición. Debería haber más expectativas de que estas personas sean autosuficientes", indicó Enchautegui.

Lamentó, incluso, que en la misma UPR no hayan más internados para los estudiantes, quienes "a veces van desde el bachillerato hasta el doctorado sin trabajar" en su área de especialidad.

Para Cotto, la tendencia ?que ha fluctuado a través de los años según las estadísticas del Departamento de Trabajo? también se debe a la flexibilización del trabajo que ha implantado la economía neoliberal.

"El estudiante entra al mercado de trabajo que usualmente es fragmentado, no puede reclamar derechos, no existe la permanencia, son horarios flexibles, no hay una responsabilidad real de las empresas con los jóvenes. Desde el lado de la Universidad, se han perdido las bases estructurales para crear una identidad universitaria. Los estudiantes entran a las clases y salen corriendo para trabajar en Kentucky, Centennial, y eso va quebrando las posibilidades de los estudiantes de estar en las universidades", explicó la profesora de la Facultad de Estudios Generales de la UPR.

Sostuvo que estos cambios han impactado al movimiento estudiantil que no ha aprendido cómo manejarlos. Cotto señaló que la fragmentación y la falta de comunicación e información afectó adversamente al movimiento estudiantil que el semestre pasado realizó una huelga en contra del aumento de la matrícula.

"A otro nivel, esto ha tenido un impacto en la crisis del movimiento estudiantil el semestre pasado, esa deficiencia de conocer la universidad, de conocerse como estudiantes. Contribuye a la fragmentación del estudiantado, no quieren hacer tan siquiera trabajo en grupos porque no tienen tiempo", dijo.



Los jóvenes y el trabajo


Al cada vez ser más los jóvenes entre 16 y 19 años que deciden trabajar, la tasa de desempleo para ese renglón ha disminuido marcadamente desde 1980.



Años Tasa de desempleo (16-19) Tasa de desempleo (total)1980 a 1984 53% 20.78%1985 a 1989 45.28% 17.42%1990 a 1994 38.56% 15.7%1995 a 1999 33.14% 13.12%2000 a 2005 30.22% 11.3%



Recopilado por Leonardo Aldridge Kontos