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  Por el libro
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22 de abril de 2008

Por: El Vocero


Los ministros de Finanzas reunidos en Washington el fin de semana pasado para tratar de dilucidar la primera gran crisis económica del Siglo XXI tuvieron dificultades para enfentrar otra crisis que ha plagado al mundo desde antes de la era faraónica: la escasez de alimentos.

Durante los encuentros del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial hubo acuerdo en que el problema es grave y que la política de EE.UU. de promover al etanol basado en el maíz y otros biocombustibles empeora la situación. "Cuando millones de personas pasan hambre, desviar la producción de alimentos hacia la producción de biocombustibles es un crimen contra la humanidad", dijo en una entrevista el ministro de Finanzas de la India, Palaniappan Chidambaram.

No obstante, más allá de apuntar el dedo acusatorio contra EE.UU., no hubo acuerdo sobre qué hacer al respecto. India y otra decena de países emergentes están restringiendo las exportaciones de granos, lo que reduce los precios localmente pero los sube a nivel global. Níger ha aprovechado la crisis para justificar la construcción de una gran represa, que seguramente alarmará a los grupos medioambientalistas.

Por su parte, el Banco Mundial, el FMI y los grandes países industrializados insisten que la Ronda de Doha debe ser completada, aunque la reducción de subsidios en EE.UU. y Europa aumente los precios de los alimentos para los países importadores.

En los últimos tres años, los precios globales de los alimentos han trepado 83%, según cifras del Banco Mundial, lo que aumenta la presión sobre algunos de los países más pobres del mundo. Mientras los ministros de Finanzas se reunían en Washington, el primer ministro de Haití, Jacques Edouard Alexis, renunciaba el sábado después de disturbios en la capital como consecuencia de los incrementos en los precios de los alimentos. La dimisión no calmó los ánimos. Un poco más tarde, un representante nigeriano de Naciones Unidas que llevaba comida a su unidad fue secuestrado y asesinado a tiro de pistola en Puerto Príncipe, según la Associate Press.

La violencia en Haití se produce después de disturbios en Egipto, Burkina Faso, Tailandia y otros países, despertando una ola de proteccionismo comercial. Normalmente, los países imponen barreras comerciales a las importaciones para proteger a las industrias locales y tratan de incrementar sus exportaciones.

Ahora, el proteccionismo conlleva exactamente lo opuesto: al menos una veintena de países han reducido los aranceles a las importaciones de alimentos y han erigido barreras contra las exportaciones, con la esperanza de mantener bajo control los precios de los alimentos en casa y avanzar hacia la "autosuficiencia". Sin embargo, el efecto es contraproducente a nivel global: los precios de los alimentos suben más.

Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, presionó a los ministros para que se concentraran en el tema alimenticio en una dramática conferencia en la que sostuvo en sus manos una bolsa de dos kilos de arroz, diciendo que le cuesta ahora a una familia pobre en Bangladesh la mitad de sus ingresos diarios.