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9 de mayo de 2017

Consumer Reports

1. Revisa el registro de fiabilidad
Una buena forma de reducir el riesgo de comprar un vehículo propenso a tener problemas es seleccionar modelos con un buen registro de fiabilidad antes de iniciar la compra. La encuesta anual para suscriptores de Consumer Reports proporciona información de fiabilidad del mundo real exclusiva que puede ayudarte a restringir tus opciones. Mira los mejores y peores autos usados para tener una lista rápida de referencia de los mejores y peores autos usados según nuestra encuesta más reciente. Consulta también los cuadros de antecedentes de fiabilidad que acompañan la mayoría de los perfiles de vehículos de Consumer Reports para que puedas tener una vista más detallada de cómo algunos modelos específicos ayudaron en 17 áreas con dificultades y en general.

2. Lee la etiqueta de la ventanilla
La Comisión Federal de Comercio les exige a los concesionarios que publiquen una Guía para el Comprador en cada vehículo usado que tengan a la venta. Normalmente adherida a una ventanilla, debe contener determinada información; por ejemplo, si el vehículo se vende «en la condición en que está» o con una garantía, y qué porcentaje de los costos de reparación (de haber alguno) está obligado a pagar el concesionario. La información de la Guía para el Comprador prevalece por sobre cualquier provisión en contra que aparezca en tu contrato de compraventa. Dicho de otro modo, si la Guía para el Comprador dice que el vehículo está cubierto por una garantía, el concesionario debe cumplir con esa garantía. Si se negocia algún cambio en la cobertura, la Guía para el Comprador se debe modificar para reflejar dicho cambio antes de la venta.

Si una venta se realiza con la designación «en la condición en que está», quiere decir que el concesionario no ofrece garantía alguna respecto del estado del vehículo; de modo que cualquier problema que surja después de la compra será tu responsabilidad. Muchos estados no permiten la venta de vehículos “en la condición en que están” si se venden a más de un determinado precio.

3. Revisa el exterior
Empieza caminando alrededor del auto, busca abolladuras, secciones de pintura picada, paneles o piezas de carrocería discordantes, cajas de lámpara rotas y ventanillas astilladas. Los espacios entre los paneles de carrocería deben tener un ancho y una alineación uniformes.

Una inspección más atenta puede revelar un exceso de pintura en el tapacubos de cromo o goma, o en el interior del guardabarros. Este es un signo que revela una reparación en el panel de carrocería.

Verifica la presencia de relleno de carrocería con un imán pequeño. Si el imán no se pega al panel, es posible que el auto tenga relleno bajo la pintura (algunos autos con paneles de plástico o fibra de vidrio, no obstante, no atraen a los imanes para nada). Una puerta, un capó o una cajuela que no cierren correctamente son indicios de un daño previo y/o un trabajo de reparación mal hecho. Un autoadhesivo de CAPA (Certified Automotive Parts Association) en un panel de carrocería significa que la pieza ha sido reemplazada. Las soldaduras no uniformes alrededor del capó, las puertas o la cajuela también indican una reparación.

4. Revisa el interior
Una mirada atenta a la cabina puede revelar muchos problemas obvios, como que el tapizado del techo esté caído, que el tablero esté quebrado y que falten mandos, manijas y botones. Los cinturones de seguridad desgastados o con fibras derretidas (debido a la fricción) pueden indicar un impacto frontal previo por encima de las 15 mph; los cinturones de seguridad dañados deben reemplazarse siempre.

Los pedales con un desgaste prematuro o el asiento del conductor hundido son signos de que el vehículo tiene un millaje alto. Que la luz de advertencia de la bolsa de aire se mantenga encendida puede indicar que una bolsa se activó y se reemplazó de manera incorrecta, o que simplemente no se reemplazó. El olor a moho, causado por una filtración de agua, puede ser muy difícil de eliminar. La descoloración de las alfombras, la presencia de sedimentos en la cajuela o problemas eléctricos intermitentes pueden ser signos de daños por inundación.

5. Revisa debajo del cofre
A primera vista, el motor, el radiador y la batería deberían estar relativamente libres de grasa y tener muy poca corrosión o nada. Las correas y mangueras deben ser flexibles y no tener desgaste. Mira si hay manchas húmedas, que pueden indicar filtraciones de aceite o líquidos. Los cables y tubos derretidos o un cortafuego ennegrecido pueden ser signos de sobrecalentamiento o incluso un incendio en el motor.

Con el motor frío, asegúrate de que todos los líquidos estén limpios, se hayan llenado hasta el nivel adecuado y no tengan filtraciones. Mide el aceite del motor mientras el motor esté frío. Extrae la varilla del tubo y límpiala con un trapo seco, reinsértala y extráela nuevamente. El nivel de aceite debe estar entre las marcas «lleno» y «añadir». El aceite de motor normal es café o negro, según cuando se haya cambiado por última vez. Un aceite arenoso o gelatinoso puede indicar lapsos prolongados entre los cambios de aceite. El aceite poco espeso y espumoso de color leche con chocolate puede indicar una junta de la culata fundida o un daño grave en el bloque o la culata del cilindro. Las partículas finas de metal en el aceite indican un daño interno o un gran desgaste.

La varilla del líquido de transmisión se ubica normalmente en la parte trasera del compartimiento del motor. Revísala inmediatamente después de que el auto haya sido conducido durante más de 10 minutos. Deja el motor en punto muerto y con el freno del auto y el freno de mano activados, cambia todas las marchas. Deja el motor funcionando y colócalo en modo neutro o estacionamiento (de acuerdo con el manual del usuario) y controla el nivel en relación con las marcas en la varilla. Inspecciona también el estado de los líquidos. El líquido de transmisión debe ser de color rojo brillante a marrón rojizo claro, no debe tener una coloración marrón oscura, negra ni mostaza; estos colores indican problemas serios. Si tiene un fuerte olor a quemado, esto puede indicar un desgaste serio.

6. Revisa las llantas
El desgaste debe ser parejo a lo ancho de la rodadura y el mismo en los costados izquierdo y derecho del auto. Las llantas que se utilizan demasiado infladas tienden a desgastarse en el medio; las llantas que se utilizan sin estar bien infladas tienden a desgastarse más en los costados. Un gran desgaste en la parte externa del soporte, cerca del costado de la llanta, indica que el auto se utilizó al máximo. Este puede ser un signo de que otras piezas del auto hayan sufrido un desgaste excesivo debido a una conducción agresiva. Las llantas ahuecadas, las que tienen un desgaste disparejo en la circunferencia de la rodadura, pueden indicar varios problemas con la dirección, la suspensión o los frenos.

7. Revisa la dirección
Con el auto en punto muerto, gira el volante hacia la derecha y hacia la izquierda. Controla que no se sienta flojo ni haya «juego», ni se oiga un sonido hueco en el volante. Un grado excesivo de juego puede indicar que la dirección está desgastada, o que se dañó el acoplamiento.

Al manejar a una velocidad normal por un pavimento liso y plano, el auto no debería desviarse ni necesitar correcciones constantes en la dirección. Si el volante tiembla, esto a menudo indica que se necesita un balanceo de ruedas o una alineación delantera. Sin embargo, también puede ser una pista de que existe un problema con el sistema de transmisión, la suspensión o la estructura, lo que podría implicar que se necesitarán costosas reparaciones.

8. Revisa la suspensión
Para revisar la suspensión, presiona fuerte cada defensa y suéltalo. El auto debería rebotar suavemente, una o dos veces. Más de dos rebotes fuertes indican que los amortiguadores o el montante están desgastados. Además, conduce el auto por una calle con baches a 30 mph aproximadamente. Un auto que rebota y se sacude a velocidades moderadas sobre pavimento común puede tener la suspensión desgastada o dañada.

9. Revisa el caño de escape
Un resoplido de humo blanco con el arranque probablemente se deba a la condensación y no sea un motivo para preocuparse. La salida de humo negro después de que el auto se haya calentado indica una mezcla de aire y combustible demasiado rica; normalmente debido a un filtro de aire sucio, a fallas en el detector de oxígeno o al medidor de masa/aire (que mide la cantidad de aire consumido). El humo azul indica que se está quemando aceite —un mal signo que requiere costosas reparaciones. Las nubes de humo blanco indican que hay agua en la cámara de combustión, normalmente debido a una junta de la culata fundida, daño en la culata del cilindro o incluso una grieta en el bloque, todas reparaciones costosas.

10. Pisa el acelerador
Mientras conduces, ¿el motor tiene demasiadas revoluciones antes de que el auto acelere? Este es un signo común de desajuste o desgaste del embrague, o daño en la transmisión automática. Un ajuste del embrague es un servicio relativamente económico, pero la reparación de daños en el embrague o la transmisión automática puede ser sumamente costosa.

Controla si se oyen golpes o sonidos metálicos al acelerar. Son indicios de una mala regulación del encendido o de que el motor empieza a sobrecalentarse.

11. Verifica si hubo retiros del mercado y TSB
Controla si se realizaron retiros del mercado y si se llevó a cabo un retiro para mantenimiento. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (www.nhtsa.dot.gov; 800-424-9393) tiene una lista de todos los retiros oficiales. Solicítale al vendedor la documentación relativa al retiro para mantenimiento. Si hubo algún trabajo de retiro que no se le realizó al auto que estás evaluando, se debe llevar a cabo lo antes posible. Los fabricantes de autos están obligados a realizar los servicios solicitados por retiro sin cargo, independientemente de la edad del vehículo o del tiempo que transcurrió desde que se hizo público el retiro.

Los Boletines de Servicio Técnico, o «TSB», son informes que un fabricante les envía a sus concesionarios acerca de problemas frecuentes o recurrentes con un modelo específico, y cómo solucionarlos. Puesto que, normalmente, los TSB no se relacionan con la seguridad, los fabricantes no están obligados a notificar a los dueños ni pagar las reparaciones, aunque un fabricante de autos podría pagar todo el trabajo o una parte, si el propietario así lo solicita. Ver la lista de TSB de la NHTSA. Verifica si se publicó algún TSB para el modelo que estás comprando y si el vendedor realizó las reparaciones necesarias.

12. Verifica los antecedentes del vehículo
Un informe de antecedentes del vehículo de CarFax o Experian Automotive puede alertarte respecto de un posible engaño con el contador de millas; o decirte si se emitió alguna vez un título de reconstrucción o rescate para el vehículo. Para obtener acceso a esta información, proporciona el número de identificación del vehículo, o «VIN», que es el que se encuentra en la parte superior del tablero, cerca del soporte del techo del lado del conductor. Los informes deberían costar $15 y el proceso demora alrededor de 5 minutos.

13. Visita un mecánico
Antes de comprar un vehículo usado, permite que lo inspeccione un mecánico calificado que acostumbre realizar trabajos de diagnóstico automotor. Un diagnóstico minucioso debería costar alrededor de $120. Una organización denominada Car Care Council certifica los talleres de diagnóstico. Si eres miembro de AAA, puedes usar uno de los centros recomendados de la organización.

Además del diagnóstico básico, solicítale al mecánico que ponga el vehículo en un elevador e inspeccione la parte inferior del chasis. Pliegues en los componentes estructurales y abolladuras grandes en la bandeja del suelo o el tanque de combustible pueden indicar un accidente previo. Las soldaduras en el marco sugieren el posible reemplazo o corte de una sección dañada durante trabajos de reparación. Pídele al mecánico que busque capas de pintura nuevas, que se pueden usar para ocultar reparaciones estructurales recientes.

El concesionario no debería tener inconveniente en prestarte el auto para una inspección mientras dejes una identificación. Aunque un vendedor particular podría mostrarse más reacio. Deberías ofrecerte a seguir al vendedor hasta el taller donde se realizará la inspección.

Conoce tus derechos

La ley te puede proteger si tu carruaje se convierte en una calabaza. Parte de una compra inteligente es saber qué protección tienes antes de necesitarla. Las leyes de cada estado varían en gran medida respecto del grado de protección al consumidor que ofrecen. Las leyes de New York, por ejemplo, exigen que los concesionarios de autos ofrezcan garantías por escrito sobre todos los vehículos usados con menos de 100,000 millas que cuesten $1,500 o más.

En California, es ilegal que un concesionario venda un auto con llantas poco seguras, cristales dañados, luces que no funcionen o frenos poco eficaces. Otros estados ofrecen distintos niveles de protección. Consulta en la oficina del Procurador General de tu estado o la agencia local de protección al consumidor cuáles son las leyes de tu zona.

Si le compraste un auto defectuoso…

A un concesionario. En la oficina del Procurador General del estado te pueden explicar cómo te protegen las leyes de tu estado. Si sospechas que compraste un cacharro reconstruido, comunícate con la National Association of Consumer Advocates, que mantiene una lista de los abogados que se especializan en dichos casos. Si tienes un problema con un auto cubierto por garantía o un contrato de mantenimiento, y el concesionario se niega a cubrir los servicios de mantenimiento, tienes varias opciones. En caso de contratos de mantenimiento administrados por un fabricante de autos, comunícate con el representante local de la empresa. Estos representantes están autorizados a ajustar y aprobar las reparaciones de manera independiente al concesionario que vendió el auto. Si le compraste el vehículo a un concesionario de franquicia, puedes reunir los requisitos para una mediación a través del programa Automotive Consumer Action Program (AUTOCAP) de la National Automotive Dealers Association. Para obtener más información, llama a la NADA al 800-252-6232 o visita www.nada.com. Si el concesionario está dispuesto, piensa en usar una organización de resolución de disputas para mediar tu desacuerdo. Algunos contratos de mantenimiento exigen que este sea el primer paso antes de demandar al concesionario o al fabricante. Presta atención a la redacción del contrato de compraventa antes de la compra para determinar si puedes presentar una demanda o debes someterte a un arbitraje.

A un vendedor particular. Tus opciones son mucho más limitadas. Si el vendedor expresó alguna garantía por escrito acerca del estado del vehículo, puedes usarla como la base para presentar una demanda. Puedes resolver las disputas que impliquen importes menores de dinero (normalmente menos de $2,000) sin un abogado, a través de un tribunal para pequeñas demandas. El secretario de tu tribunal para pequeñas demandas puede decirte cuáles son exactamente los límites en dólares en tu estado y proporcionarte información sobre cómo presentar una demanda.