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20 de octubre de 2016

El Vocero

A solo días de la selección de una nueva administración de gobierno en la Isla, los concesionarios de auto volvieron a presentar sus necesidades a los aspirantes a la gobernación con la prioridad de que se ponga en vigor la tablilla única, se revisen los arbitrios y se apruebe la legislación para reducir el cobro del impuesto al inventario y que aplique al momento de venta y registro de la unidad.

Con esta iniciativas, el sector entiende que al igual que ellos se puede beneficiar el gobierno, ya que hoy existen más de $300 millones en multas que no han podido cobrar porque no se puede identificar en donde se encuentra el vehículo, problema que resolverían con la tablilla única, ya que los boletos irían a la tablilla y no a los vehículos.

Pedro Luis Benítez, presidente de la Asociación de Distribuidores y Concesionarios de Automóviles de Puerto Rico (P.R.A.D.A.), aclaró que esta tablilla ya es ley, pero Obras Publicas no lo ha puesto en vigor al alegar que no tiene el dinero para su implementación.

En torno al impuesto del Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM), que actualmente es el 8% del inventario que posean (que generalmente les toma mover la venta en hasta 70 días), está pendiente un proyecto de ley que persigue reducir a 1% el impuesto a ser cobrado una vez el vehículo es vendido y registrado. Benítez señaló que esta iniciativa puede aportar al fisco unos $20 millones más, ya que al presente existe un grado de evasión que en el CRIM no pueden manejar completamente debido a la falta de personal para corroborar inventarios y solo dependen de lo que suministran los comerciantes.

“Esta situación representa un problema también para nosotros, ya que representa una competencia injusta por ser una partida onerosa que el que evade no paga y nosotros sí. Con esta medida, se elimina la evasión, a la vez que se allegan fondos continuamente, porque hoy solo se pagan trimestralmente”, resaltó Benítez. Agregó, que tanto los alcaldes como el CRIM avalan la propuesta.

Frente a esos factores que impactan la competitividad y la baja en la venta de autos nuevos, los concesionarios han tomado medidas que impactan el desarrollo económico del sector. Eso incluye reducción de jornada a empleados, paralización de nombramientos nuevos, reducción de horarios de operaciones y de servicios, entre otros.

Señalaron que esas y otras medidas responden, en gran parte, al oneroso cobro de impuestos al sector, donde actualmente el principal accionista de los concesionarios lo representa el gobierno, por retener el 16.36% de los gastos de venta de una unidad de un costo aproximado de $26,825, que es el precio de venta promedio según el análisis de arbitrios provisto por Hacienda, lo cual equivale a $4,389.30. Esa cifra excluye el pago de las utilidades gubernamentales. El concesionario obtiene de dicha venta $170.93.

Hoy, los arbitrios de los autos nuevos inician en los $750 para un auto de hasta $6,170, cifra que se eleva  a $10,886 más el 40% del exceso de los $44,890 para autos cuyos precios ascienden a dicha cantidad.  En Puerto Rico se promedia la venta de un auto en $26,825; lo cual incluye unos $3,790 de arbitrio, que es el 27% de la contribución aplicable al precio de promedio de $23,035. Actualmente, el renglón de mayor venta son los autos de $18,793 con un 58% del mercado. Este segmento tiene una tarifa contributiva de $1,292 más el 23% del exceso de $10,690.

El CPA Eduardo González-Green explicó que estos números que son parte de los hallazgos de la primera radiografía económica de la industria de concesionarios de autos en Puerto Rico, representan que el ingreso neto del concesionario antes de contribuciones es de 0.95%, cifra muy inferior a los EE.UU. que alcanza el 2%.

González-Green, sostuvo además, que  hay un giro importante entre la venta de nuevas unidades y la venta de unidades usadas. En 2005, las ventas totales (incluyendo vehículos nuevos y usados), según la Junta de Planificación, fue de $3.3 mil millones y vehículos nuevos vendidos era 140,400; mientras que, en el año 2015, el total de nuevas unidades vendidas fue de 81,357 y la venta total fue de $3.45 mil millones. “A pesar de la notable reducción en ventas de autos nuevos, el total en recaudo se mantuvo de forma similar siendo este un indicativo de que la venta de unidades usadas está aumentando. El hecho de que las ventas de nuevas unidades están disminuyendo afecta la recaudación de impuestos. Si el gobierno incentivara la industria se traduciría en que Hacienda ganaría más dinero; cobrando más impuestos por lo que reclamamos  que el gobierno se convierta en nuestro aliado y no lo contrario”, manifestó.