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  Por el libro
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El Nuevo Dia

Las farmacias y las droguerías están haciendo grandes esfuerzos para conseguir suministros de desinfectantes, productos antibacteriales y mascarillas, mientras la demanda de cloro, vitamina C y aceites para reforzar el sistema inmunológico también se ha disparado al punto que empiezan a escasear en las góndolas, todo por la reacción que ha generado en los consumidores la alerta global por el coronavirus.

“Los productos como las mascarillas, el alcohol isopropil y los ‘wipes’ (toallitas) desinfectantes siguen escaseando, lamentablemente”, afirmó Raúl Castillo, director de Ventas y Mercadeo de Droguería César Castillo, al explicar que la mayoría de las mascarillas se manufacturan en China y como el coronavirus se originó en ese país, están acaparando casi toda la producción allá.

En Estados Unidos se manufactura gran parte de las toallitas desinfectantes, pero al enfrentar ellos también el temido virus, se quedan con parte de esa producción para su consumo, según Castillo.

“Lo que nos llega, todo sale de inmediato. Tuvimos un embarque de Lysol, se nos fue y otro de ‘wipes’ de Fabuloso, 75 cajas de cada uno, llegó y al otro día se despachó todo. Normalmente, duraría entre 30 y 45 días, o un poco menos cuando están en especial, pero en estos días se van en uno o dos días”, sostuvo Castillo.

Su droguería ha hecho contacto con suplidores alternos para las mascarillas, como por ejemplo India, pero varios de ellos piden el 100% del pago de la orden, lo que representa un riesgo.

“¿Quién me asegura a mí que a ese contenedor no lo van a detener en Estados Unidos, que lo van a dejar entrar y la mercancía va a llegar a Puerto Rico?”, cuestionó Castillo, quien señaló que las últimas 200 cajas de mascarillas que tenía la droguería en inventario las compró en Costco.

“La gente está desesperada. Nos llegan los productos y se van a las millas. A veces estamos tres días sin suplido, y cuando llegan, no duran en las góndolas”, dijo Hari Sabnani, presidente de la cadena Farmacias Plaza, que tiene 14 establecimientos en Bayamón, San Juan, Toa Alta y Guaynabo.

Señaló que su cadena, en circunstancias normales, tiene inventario suficiente para tres meses, pero en las últimas dos o tres semanas, el inventario de algunos productos ha bajado sustancialmente. Entre esos artículos figuran los desinfectantes para las manos y las toallitas para limpiar superficies, además de las mascarillas y el alcohol. Las botellas vacías con atomizador se están vendiendo mucho también, añadió.

Por su parte, José Vázquez, presidente de Farmacias Aliadas -entidad que agrupa a 41 farmacias en la isla-, indicó que han conseguido las mascarillas en México, las cuales deben llegar en dos semanas a la isla.

“No había forma de anticipar esta demanda tan grande hace dos semanas. Hay escasez también bastante grande de productos como el alcohol y de jabones antibacteriales como el Protex”. Agregó que las vacunas contra la influenza a nivel comercial tampoco están disponibles.

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Mientras, Linda Ayala, directora ejecutiva de la Asociación de Farmacias de Comunidad, dijo que el proceso de órdenes de compra y distribución continúa, pero debido a la situación de alarma ante el coronavirus, algunos abastos se han reducido.

“El problema es que antes la gente se llevaba un pote de alcohol, ahora compran seis, siete y ocho potes. No quedan ‘wipes’ de Lysol para limpiar superficies, ni ‘hand sanitizers’. No se está consiguiendo vitamina C, ni los suplidores en Estados Unidos la están consiguiendo”, afirmó Ayala.

Heriberto Ortiz, director ejecutivo de Coopharma, coincidió con Ayala en que la demanda de vitamina C se ha disparado y comienza a escasear en algunas farmacias, así como el alcohol y los productos para desinfectar. Otro producto cuya demanda ha crecido es el aceite de ratero que se vende en farmacias de comunidad y que está elaborado con plantas medicinales vírgenes y ayuda a fortalecer el sistema inmune también escasea, según Ortiz.

El director ejecutivo de Coopharma hizo un llamado a que la gente se proteja, pero con prudencia. “La gente está tomando las debidas precauciones para lidiar con la situación. Pero las personas que están sanas son las que están acaparando los abastos de mascarillas. Hay que tomarlo con cautela y entender que es mejor que quienes tengan mascarillas sean los pacientes que están enfermos para que no contaminen al resto de la población que está sana”.