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  Estirando el chavito
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14 de marzo de 2011

El Nuevo Dia

Ya sea para la cremita de la mañana, el café a media tarde o el arroz con pollo de la fiesta familiar, este año, los consumidores puertorriqueños tendrán que separar más dinero de su limitado presupuesto para la compra de alimentos.

"El tiempo de los alimentos baratos no necesariamente va a continuar", reconoció el secretario de Agricultura, Javier Rivera Aquino, al indicar que el costo de los alimentos está determinado por una infinidad de factores.

Aunque no puede saberse a ciencia cierta el impacto total de este nuevo ciclo de aumentos, Rivera Aquino indicó que la tendencia es alcista y se agrega a los aumentos que ya se han experimentado en ese segmento por las pasadas dos décadas.

Por las nubes

De acuerdo con el análisis de Precios Anuales al Detal en Supermercados y Colmados, que recopila el Departamento de Agricultura, la mayor parte de los alimentos en las alacenas boricuas aumentaron significativamente entre 1995 y el 2009.

En ese período, el precio de una libra de jamón de cocinar casi se duplicó, el del tomate aumentó un 87% y el pimiento de cocinar registró un alza de 75%.

Asimismo, el precio de un plátano aumentó 30%, la lechuga en mazos ha registrado un alza de 25%, mientras que una libra de lomillo lo hizo un 15%. La libra de pollo y los huevos grandes, por docena, aumentaron en el orden de 12% y 24%, respectivamente.

Luego de examinar diversos anuncios especiales publicados este mes y precios en góndola en algunos supermercados, el alza es más vertiginosa. En el caso del jamón de cocinar, por ejemplo, el aumento rondaría 140%, el tomate, 103%, mientras que una libra de chuleta (corte de centro) y el pollo habrían aumentado de precio 69% y 11%, respectivamente, desde 1995.

Según el economista Joaquín Villamil, aunque en Puerto Rico el tema de los alimentos está relegado a un segundo plano, en especial, cuando se trata de política económica, los aumentos resultan particularmente "terribles" para los más pobres.

Recordó que los aumentos se producen en el contexto de dos importantes consideraciones. A nivel global, un clima de incertidumbre y volatilidad asociado con los precios del petróleo y, en el caso de la Isla, una profunda recesión que -entre muchos efectos- ha contraído el ingreso de los puertorriqueños.

Los puertorriqueños dedican un 14% del gasto total a la compra de alimentos y, a raíz del ciclo actual, esa partida irá al alza, manifestó Villamil al agregar que fue precisamente el alza en precios de alimentos el punto de partida para la revocación del gobierno en Túnez.

Con el "shopper" en mano

"Hay que estar bien pendiente", dijo Carmen Flores, una residente de Río Piedras que acude con frecuencia al nuevo supermercado Plaza Loíza en la avenida 65 de Infantería.

"Los aceites y el arroz han subido en cantidad. Hay que ver cuál es el mejor especial. Si una va de supermercado en supermercado buscando el especial, lo que se ahorró en la compra lo gasta una en gasolina con lo cara que está", dijo la consumidora. "Hay que fijarse hasta en las onzas y en las libras".

Al preguntarle si las dos compras que hace al mes le son suficientes, replicó de inmediato. "Más nunca. Se paga lo mismo o más, pero son menos bolsas".

Razones para el alza

Según Rivera Aquino, el alza en los alimentos responde a múltiples factores.

Explicó que las intensas lluvias del año pasado afectaron el ciclo de siembra en municipios como Yabucoa y Añasco, provocando escasez de frutos como los guineos.

El clima también se ensañó contra los vegetales en el estado de la Florida y México, afectando el precio de los tomates. Hasta el café está en la lista de frutos afectados por condiciones meteorológicas, agregó el funcionario.

Pero también inciden otros factores, explicó por su parte Gualberto Rodríguez III, presidente de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA). "Cuando la gente aumenta su ingreso, comienza a adquirir alimentos de más proteínas y más calidad y entran a competir por menos abasto", comentó el ejecutivo haciendo referencia a la demanda que ahora proviene de China, India, Rusia y Brasil.

Asimismo, Rodríguez explicó que el alza en el precio del crudo tiene un efecto perverso en los alimentos. Hay derivados del petróleo que se utilizan para ciertos fertilizantes, se requiere el uso de energía para conservar los alimentos refrigerados y hay que pagar el transporte para acarrear los alimentos sea por agua, aire o tierra.

Hasta la depreciación de la moneda juega un papel en los precios, dijo el ejecutivo.

De otra parte, Rodríguez reconoció que, por espacio de una década, se ha dado un proceso de consolidación entre los grandes productores agrícolas, compañías procesadoras de alimentos y detallistas, y eso también influye en la tendencia alcista. "Mientras menos distribuidores o vendedores, menos competencia en precios", dijo Rodríguez.

Consejos para el consumidor

Compre los alimentos durante la temporada de abundancia y podrá adquirirlos a mejor precio. Por ejemplo, no pretenda comer tostones entre los meses de noviembre a marzo cuando el plátano escasea.

Al comprar no se enfoque únicamente en el artículo en especial, sino en el precio por unidad.

Trate las marcas privadas que, por lo general, son entre 25% y 30% más baratas y su calidad es igual o aceptable con relación al producto de marca.

Intente analizar el momento del año en que su supermercado lanza especiales en ciertos artículos, sobre todo, los no perecederos. Postergue la compra hasta ese momento, de ser posible.

Sustituya productos con igual valor calórico. Por ejemplo, las viandas son un carbohidrato, al igual que el arroz, por lo que podría alternar su consumo, en especial si se encuentra en el tiempo de abundancia.