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  Estirando el chavito
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3 de enero de 2006

Pedro Pulgar
Especial para Negocios

03 de enero de 2006

Invertir es algo que se debe hacer con una mentalidad a largo plazo. Veinticinco años es un período de tiempo más que suficiente para analizar el resultado de su dinero una vez puesto a trabajar.

Imagínese que en 1980 usted invirtió dos mil dólares en los títulos de alguna compañía que tanto entonces como ahora no son desconocidas a una mayoría de lectores. Por ejemplo, Pepsi Co. Los dos mil dólares de entonces servían para comprar 80 acciones; hoy, después de haber reinvertido los dividendos, serían 2,800 acciones valoradas en unos 150 mil dólares.

Philip Morris es otro buen ejemplo. Dos mil dólares en 1980 servían para comprar 58 títulos; hoy, después de las sucesivas ampliaciones de capital y la reinversión de dividendos, serían 4,300 acciones con un valor cercano a los 300 mil dólares.

Incluso Johnson & Johnson sirve para la ocasión. Dos mil dólares invertidos en 1980 daban para comprar 13 acciones; hoy (igualmente después de alguna ampliación de capital por parte de la empresa y la reinversión de beneficios) serían dos mil títulos con un valor aproximado de 140 mil dólares.

En resumidas cuentas, si usted hubiese invertido seis mil dólares a razón de dos mil por cada una de estas firmas, hoy habría acumulado 600 mil dólares para su jubilación.

No todos los años son iguales para las Bolsas, y precisamente 2005 no pasará a los anales de Wall Street como uno de los buenos. Hasta finales de la semana pasada, el índice Dow Jones apenas si superaba en un 0.12% el cierre de 2004; el Nasdaq, con una ganancia del 2.4%, y el S&P, 500 con un avance del 3.8%, han sido algo mejores, aunque de todas formas quedan lejos del rendimiento habitual en torno al 10% o al 12% de ganancias anuales.

Por eso, invertir en Bolsa ha de entenderse como un compromiso a largo plazo. Los malos tiempos se ven de sobra compensados por las buenas rachas. Y como ya dijimos en alguna ocasión en esta columna, cada vez son más los analistas que comulgan con la idea de que los períodos de pérdidas suelen ser fenómenos a corto plazo.

Como también dijimos alguna vez en este espacio, es muy recomendable considerar invertir en otros mercados aparte de las empresas de EU. Por ejemplo, el principal índice japonés, Nikkei, ganó más del 40% el año pasado (2005), y el FTS Eurofirst 300 por encima del 20%.

Quizás estos ejemplos sirvan para insistir en la opción generalmente poco contemplada por muchos inversionistas en EU de echar un vistazo más allá de las fronteras. No es complicado invertir en el extranjero, cualquier corredor de Bolsa, agente financiero o banco dispone de planes de inversión en el extranjero. Con el reapunte económico que experimenta Japón, y la lenta pero segura recuperación europea, quizás sea éste el año en que más de uno se decida a mirar más allá de donde alcanza la vista.

Lo dicho: año nuevo, inversión nueva.