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  Estirando el chavito
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8 de abril de 2006

En medio de la avalancha de aumentos en las tarifas de los servicios básicos, del alza en el costo de la gasolina y en los peajes, las jefas de familia podrían ser de las más afectadas por la propuesta reforma contributiva.

María E. Enchautegui, economista y catedrática asociada de la Universidad de Puerto Rico (UPR), explicó que la propuesta reforma elimina deducciones importantes, lo que penaliza a la mujer. Esto a pesar del ajuste en las tasas de ingreso ordinario que se propone.

?La supuesta reforma contributiva elimina la deducción como jefe de familia, el crédito por cuido de los hijos y las deducciones por dependientes?, dijo Enchautegui, quien participó en un foro celebrado con motivo del cincuentenario del Programa Graduado de Economía de la UPR.

La economista explicó que según las estadísticas del Departamento del Trabajo, existen aproximadamente unas 160,000 jefas de familia que trabajan. Pero en el plano contributivo, el número de jefas de familia puede ser mayor, pues muchas a pesar de estar casadas, rinden su planilla de contribución sobre ingresos por separado y reclaman tal deducción, según permite el Código de Rentas Internas.

El presidente del Colegio de Contadores Públicos, Rolando López, coincidió con la economista. ?Ciertamente, al día de hoy con las propuestas presentadas tal y como están, la madre soltera o divorciada sufre más con la propuesta del Ejecutivo, pero sé y me consta que se está trabajando con eso?, dijo López.

La condición contributiva de jefe de familia se define como aquel que tiene un dependiente. ?En los casos de divorcio, las madres, por lo general, son quienes tienen la custodia de los hijos y reclaman la jefatura, mientras que el padre radica como soltero?, indicó el contador público autorizado, quien señaló que el pago de pensión alimentaria debe incluirse como parte del ingreso sujeto a tributación.

El pasado 24 de febrero, el Colegio de Contadores depuso en el proceso de vistas públicas del Senado sobre la reforma contributiva. Allí, la organización profesional, que por años insistió en la necesidad de hacer cambios al sistema contributivo de la Isla y en la implantación del impuesto a la venta, presentó algunos ejemplos sobre el impacto de la reforma contributiva en diversos tipos de contribuyentes, incluyendo el caso de una madre soltera con un dependiente en edad escolar, al que este diario tuvo acceso.

En el ejemplo (ver gráfica), se plantea la situación de una profesional soltera con un hijo en edad escolar. Su ingreso bruto asciende a $60,000. Luego de las retenciones obligadas como el Seguro Social y las contribuciones y el pago de la casa, entre otros aspectos, el ingreso disponible, bajo la propuesta del Legislativo, sería de $22,382. Bajo la del Ejecutivo, el ingreso disponible sería de $19,832.

Incluyendo el impuesto a la venta, la mujer pagaría $4,188 a la luz de la propuesta legislativa y $6,630 en el crisol de la propuesta del Ejecutivo. De esa última cifra ya se sustrajo el crédito por reembolso al ?sales tax? que se ofrece y valga decirse, que se habla de una tasa de 4% ó 7%, pero en papel, ambas propuestas aluden a 7%.

Bajo el sistema contributivo actual, según el Colegio, la madre soltera pagaría $6,383.

A primera vista, se pensaría que una propuesta puede ser más beneficiosa que otra, pero el cómputo prevé que la mujer sólo gastará el 60% de su ingreso disponible en artículos de consumo. Si la mujer gastase la totalidad de su ingreso disponible, tributaría $4,814 ó $7,186 bajo dichas propuestas, respectivamente.

?La mujer lleva las de perder. Las mujeres, desgraciadamente, somos grandes consumidoras?, dijo la economista.

Además, a esa realidad numérica deben agregarse los aumentos en la luz, el agua, la gasolina y un índice inflacionario que se niega a retroceder. ?El aumento en los peajes también es un impuesto?, opinó Enchautegui.

Se pensaría que esos aumentos aplican de igual forma a hombres y mujeres, pero la realidad de la mujer trabajadora es muy distinta a la de sus contrapartes masculinos y ese es uno de los múltiples crisoles con que debe analizarse la propuesta de reforma.

?Puerto Rico continúa siendo un país altamente discriminatorio, en lo que respecta a género?, dijo la economista, quien explicó que al presente, hay un diferencial de 10% entre el salario de la mujer versus el del hombre.

El progreso de la fémina no se vincula a un tratamiento más equitativo sino a que se educó más. ?Se ha generado cierto conformismo?, dijo Enchautegui, al indicar que el progreso para las mujeres se crea a través de la educación. En el 2004, el 65% de los egresados de universidad con educación post-secundaria fueron mujeres.

En otras palabras, si la mujer genera más ingresos es porque, con toda probabilidad, tuvo que cursar más estudios, incluso maestrías o doctorados.

De otra parte, la mujer ha servido al plan económico de Puerto Rico al proveer la mano de obra barata, dijo la economista. En la era de la manufactura, eran las mujeres las que cosían o hacían zapatos en la fábrica y ahora, según Enchautegui, sucede lo mismo en la llamada economía de servicios, pues desempeñan las tareas administrativas como secretarias, asistentes o cajeras en establecimientos recibiendo los salarios más bajos.

Esa realidad puede reflejarse en el sector público, donde la mayoría de la fuerza laboral son mujeres. Si este 15 de mayo el Gobierno se queda sin dinero, el número de empleados públicos que llegará a casa sin su sustento estará mayormente compuesto por mujeres.