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  Estirando el chavito
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3 de noviembre de 2011

WSJ

Tras 13 años de ayudar a los empleados de Diebold, fabricante de cajeros automáticos y sistemas de seguridad, a actualizar sus destrezas mediante programas de capacitación, fue despedida de su trabajo, con el que ganaba US$55.000 brutos al año.

En aquel momento, su marido, Michael Lane, estaba desempleado, tras perder su trabajo como contratista de la construcción, con lo que solía ganar entre US$15 y US$20 la hora, volcando hormigón e instalando armarios y suelos.

La pareja vendió su Saab de 10 años y se quedó sólo con un Jeep de 2003. También refinanciaron la hipoteca de su casa. "Vivimos con poco. No salimos mucho. Apagamos las luces y no compramos filetes", dice Lane.

Ross-Lane, de 54 años, aceptó un puesto de sólo seis semanas con la oficina del censo. También se unió a un club de trabajo comunitario de la iglesia de su vecindario con la intención de no desanimarse y conocer gente nueva.

A través de contactos de Diebold, donde trabajaba antes, se enteró de una vacante: el Centro de Carrera de Portage Lakes, una escuela técnica en Uniontown, Ohio, necesitaba un coordinador de desarrollo de recursos humanos que diseñara clases para ayudar a los empleados a actualizar su capacitación. Ross-Lane consiguió el empleo y empezó el 1 de noviembre de 2010 con un salario de US$40.000 al año.

En mayo de 2010, su marido, de 58 años, consiguió un empleo a través de una agencia de trabajo temporal, ganando US$9,50 la hora con una compañía de instalación de ventanas. Al principio, todo iba bien. El año pasado, cuando los propietarios de hogar recibían un reembolso tributario por instalar ventanas energéticamente eficientes, trabajaba 70 horas a la semana. La compañía le prometió un puesto a tiempo completo después de 120 días, pero 16 meses después, Lane sigue a tiempo parcial. Ahora trabaja 40 horas a la semana.

El panorama no es alentador: la compañía ha congelado las contrataciones. Un colega que lleva 22 años en la empresa gana US$12 la hora. Aun así, a Lane le gustaría tener la seguridad y las prestaciones de un trabajador a tiempo completo. "Es limpio y no es excesivamente duro", dice. "Podría estar trabajando en lugares mucho peores".