Inicio  








  Pa'que te montes
Bookmark & Share

3 de noviembre de 2015

Nuevos problemas para Volkswagen y por primera vez afecta a Porsche. La agencia encargada de la protección del medio ambiente en Estados Unidos emitió este lunes una nueva orden contra el grupo alemán que cubre a los modelos todoterrenos fabricados por la marca de deportivos y por Audi con motores diésel. Como en los coches de cuatro cilindros, equipan un sistema que permitía falsear los controles de las emisiones cuando identificaba que era sometido a una prueba, un extremo que sin embargo niega esta vez la compañía.

La nueva acción afecta en total a 10.000 coches de seis cilindros de tres litros. Los modelos cubiertos por la nueva orden son el modelo Touareg de Volkswagen de 2014, el Cayenne de Porsche de 2016 y los A6 Quattro, A7 Quattro, A8L y Q5 de Audi de 2016. Se suman a los 482.000 vehículos Jetta, Golf, Passat y Beetle con motores de cuatro cilindros de dos litros que deberán ser sometidos a revisión porque emiten gases contaminantes hasta 40 veces por encima de lo permitido. La EPA, siglas en inglés de la agencia, no es capaz de poner cifra a los modelos de 2016.

Volkswagen disputó la orden de la EPA dejando claro en un comunicado que no se instalado un sistema informáticos en estos modelos de seis cilindros con la intención de alterar las emisiones de una manera fraudulenta. En este sentido, la compañía considera que se trata más bien de un error de explicación en el proceso de solicitud de los cetificados. "No se describió de forma adecuada", precisa al tiempo que asegura que está cooperando con los reguladores para "clarificarlo".

Volkswagen ya se vio obligada hace un mes a suspender las ventas de los coches diésel en EE UU para los modelos antes citados, además de retirar la solicitud para que le certifiquen los nuevos modelos que saldrán a la venta el próximo año. El fabricante alemán debe dar aún con una solución al problema que sea aceptada por los reguladores para poder retomar las ventas. Este martes se sabrá cómo le está afectando el escándalo a las matriculaciones.

El sistema se instaló, como admitió la propia Volkswagen, para esquivar los controles de una manera intencionada. Además de la pérdida de mercado por el ya conocido como Diesel Gate, la multinacional europea se enfrenta a una multa por fraude que potencialmente puede elevarse a los 18.000 millones de dólares si se aplica al pie de la letra por violar la Clean Air Act. La sanción para los nuevos modelos cubiertos por la última orden podría alcanzar los 375 millones de máximo.

Los responsables de la agencia del medio ambiente ya anticiparon en una comparecencia en el Cogreso de EE UU que habría nuevas órdenes contra Volkswagen. También en esta ocasión se deja la puerta abierta a futuras acciones contra la compañía porque la investigación sigue en curso. El Departamento de Justicia, entre tanto, está examinando el expediente para determinar si hubo una conducta por parte de la compañía y sus empleados que debe ser perseguida por la vía penal.