Inicio  





 Lo Más Visto
- La confianza de los consumidores en EE.UU. disminuye por temor a la inflación
- Las 10 mejores ofertas de alimentos según doctorshoper.com
- Las ventas de iPhone están cayendo. Esta es la razón
- Grandes empresas anuncian despidos masivos y menos personas piden ayuda por desempleo
- Piden a la Junta $27 millones para añadir más viajes hacia Vieques y Culebra




  Por el libro
Bookmark & Share

17 de noviembre de 2017

Para el abogado constitucionalista Carlos E. Ramos González, las cartas de renuncias de los jefes de agencias solicitadas por el gobernador Ricardo Rosselló son una mera gestión simbólica para influenciar la opinión pública y demostrar que está en control.

Planteó que para todos propósitos los miembros del gabinete constitucional y todo jefe de agencia nombrado por un gobernante son puestos de absoluta confianza del primer mandatario por lo que debería bastar una llamada de este para provocar la renuncia.

Aunque dijo desconocer qué beneficios marginales -si alguno- tienen los jefes de agencia, bajo este escenario especial podría tener un efecto en las liquidaciones y los bonos especiales. Del gobernador aceptar la renuncia de algún jefe de agencia por su pobre desempeño en medio de la recuperación del país tras el paso del ciclón, no debería otorgarse bonos de productividad u otras bonificaciones.

Insistió las condiciones por las cuales se irían de su puesto sería por el pobre desempeño en el descargo de sus funciones por lo que sería un contrasentido premiarlos económicamente tras su salida.

“No hay duda de que si hubiera un bono de productividad, no debería tenerlo ya que alguno que se le acepte la renuncia en estos términos y por la forma como se estructuró ya es evidencia a prima facie que la productividad fue desastrosa”, concluyó Ramos.

Según una encuesta de NotiCel que contó con 9.882 votos, los secretarios que la gente cree deben ser despedidos son el de Estado, Luis G. Rivera Marín, con 32% de los votos, y la de Educación, Julia Keleher, con 28% de los votos. En tercer lugar quedó el secretario de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, con un 8%. 

“Tiene una finalidad política y frente a la opinión pública. Una manera de decir: ‘yo sigo en control, los he evaluado, nos reunimos y le he pedido que redoblen esfuerzos. Voy a estar particularmente pendiente. El pueblo evidentemente no está conforme con algunos de ustedes, pero no se las voy a pedir todavía. Pero sepan que estoy en control’. ¡Eso es todo!”, indicó el catedrático en derecho constitucional avanzado de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana.

El gobernador dio a conocer la pasada semana que luego de una reunión con los jefes de gabinete y agencias solicitó que todos sometieran una carta de renuncia sin fecha luego de exigir el compromiso para trabajar por la recuperación del país tras el paso de María.

“Aquel que no esté dispuesto a realizar ese trabajo no puede estar aquí”, expresó mediante declaraciones escritas el secretario de la gobernación, William Villafañe. Este lunes el secretario de asuntos públicos, Ramón Rosario dijo que fue “el gobernador fue quien pidió las cartas. Porque todos tienen que tener un compromiso”.

Más que darle al gobernador alguna agilidad gerencial sobre el futuro de los jefes de agencia, el abogado opinó que la determinación de Rosselló de solicitar las cartas de renuncia perseguía enviar un mensaje para influenciar la opinión pública.

Es un secreto a voces que varios jefes de agencias y han sido criticados por el manejo de la emergencia tras el ciclón. Con las cartas en su mano es más fácil aún, insistió Ramos González ya que solo tendría que activar la salida de cualquiera de ellos sin más que aceptar el papelito.

El primero en “renunciar” fue el director ejecutivo de la Agencia Estatal de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres. Abner Gómez.  Por su posición, el funcionario debió liderar los trabajos de manejo de la emergencia luego del huracán, sin embargo, a los días del ciclón desapareció del escenario, informándose el 31 de octubre que estaba de vacaciones.

“Desde el punto de vista constitucional no hay ningún problema porque no es más que una gestión administrativa simbólica. Es simbólica porque la carta no tiene ningún efecto. Solo tiene efecto cuando el gobernador entienda que deba tener efecto sobre la renuncia.