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Asociación Puertorriqueña de Energia Verde

La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) opera y mantiene nuestra infraestructura eléctrica, que es de todos en Puerto Rico. La dirige una Junta de Gobierno de 9 personas, con sólo 2 representantes ciudadanos. En el verano de 2012 se conocieron actos censurables de integrantes de la Junta, que evidencian los males de ese cuerpo rector. Esos males no son nuevos, y son en parte efectos de la falta de independencia de criterio que por años han tenido los 7 miembros que son nombrados por el gobernador de turno. Se ha sugerido la creación de un ente regulador para la AEE, pero esto nada resolverá si es igualmente controlado por el gobierno de turno o por intereses particulares.

A 10 meses en la AEE, José Ortiz no ha logrado iniciar reformas profundas. En ese sentido no es muy diferente a lo que fueron presidentes de juntas anteriores, lo único que no duerme en habitaciones de $1,000 la noche. Parece que se convertirá en uno más de los que pudiendo hacer no hicieron, de los que pudiendo decidir no decidieron a favor de los mejores intereses del Pueblo. La salida de sus dos colaboradores cercanos en el Comité Ejecutivo de la Junta (Garffer y Pérez Canabal), la falta de comunicación efectiva de la Junta con Puerto Rico y los múltiples e importantes compromisos en la AAA y AFI hacen pensar que no fue tan buena idea poner a Ortiz en la AEE. Humanamente es difícil ser efectivo con estas tres grandes responsabilidades.

Una persona, un sector, un partido político o un gobierno por sí solos no lograrán las reformas profundas y serias que requiere la AEE. Se necesita un liderato valiente, a todos los niveles, que no sólo tome decisiones difíciles sino que integre efectivamente a los ciudadanos-dueños en la gobernanza de la AEE y que motive e integre también a los miles de empleados de la AEE. De lo contrario, seguiremos chocando con la realidad de múltiples intereses cada cual velando lo suyo y las posibles buenas ideas no van a sobrevivir los cambios y presiones político-partidistas.

El circo mediático de las últimas semanas (si sube o no sube la luz) demuestra que no hay una manera efectiva y clara de llevar la información y que no hay transparencia en la AEE. Primero se dijo que se usaría una línea de crédito para apoyar la baja de luz, por otro lado se dijo que se usarán los ahorros de refinanciar la deuda de la AEE (que es de todos nosotros y que ronda los $8,000 millones, sólo principal). Esto es un parcho mientras llegan las medidas permanentes de reducción tarifaria, si es que llegan. Eso resta credibilidad y aumenta la desconfianza en la AEE; a menos que precisamente eso sea lo que se persigue: aumentar la antipatía del pueblo hacia la AEE.

Todavía el Ing. Ortiz está a tiempo de facilitar reformas verdaderas en la AEE, si da espacio y participación a sectores dentro y fuera de la AEE. Esto puede comenzar de inmediato, sin excusas, pues ni siquiera hay que enmendar la Ley Orgánica de la AEE para iniciar éste y otros importantes cambios. Urge un diagnóstico con datos reales y públicos, para evaluar alternativas que se ajusten a nuestra realidad (Claridad, 1-7 dic. 2011, p. 5).

Si hubiese voluntad, se pudiera comenzar a trabajar en la Junta por el mejor interés público, sin agendas partidistas. Los trabajos serían abiertos al escrutinio público, como en la mayoría de las Juntas de Gobierno de compañías eléctricas públicas de EEUU. Se rendirían informes y se pondrían en la página de la AEE. La Junta facilitaría y coordinaría con el Ombudsman y el Contralor la fiscalización de la AEE. Se nombrarían miembros competentes, para servir y no para servirse, sin siquiera apariencia de conflicto de interés.

Sólo falta voluntad para comenzar. Si José Ortiz no actúa para poner a la AEE al servicio de todos en la Isla, no habrá hecho realidad las esperanzas de reformar la AEE que muchos sectores sintieron con su nombramiento. El 6 de septiembre de 2012 en un programa de radio, Ortiz dijo que habrá un sitio de Internet de la Junta, para informar de las decisiones y poner información del trabajo en la AEE. Eso sería un paso en la dirección correcta, hacia la transparencia.

Vital crear espacios efectivos de participación ciudadana


Por primera vez en 71 años de la AEE, los 2 representantes ciudadanos fueron nominados y electos en un proceso abierto a todos los clientes. En junio de 2012 Agustín Irizarry y Juan Rosario fueron juramentados como representantes del Pueblo en la Junta de la AEE, luego de muchos obstáculos presentados por DACO y por intereses individuales.

La Junta pudiera comenzar a abrir la AEE creando y apoyando espacios como los diálogos organizados por Toabajeños contra el Gasoducto y la Mesa de Diálogo Energético el 2 y 15 de agosto en Toa Baja y Mayagüez. Esos días los Representantes Ciudadanos en la Junta rindieron cuentas e informaron a la gente de su trabajo, y los clientes preguntaron y comentaron. Fue evidente el deseo ciudadano de buscar maneras de colaborar con nuestros representantes en la AEE para abrir verdaderos espacios de democracia participativa y directa.

Agustín y Juan compartieron sólo información pública, ya que hay discusiones en la AEE que se mantienen confidenciales mientras se toman decisiones finales. Explicaron cómo la AEE está en una situación financiera crítica; aunque pagamos mucho de luz, la mayor parte va a pagar combustible. Otra gran parte va a pagar la luz de los Municipios y la deuda de bonos. Lo que queda es para gastos operacionales. Hay un gran problema de flujo de efectivo (“cash flow”) por la tardanza en pagos de luz del gobierno central.

Ésta fue la primera vez que los representantes ciudadanos comparten su trabajo con el Pueblo. Las fechas de los próximos diálogos las encuentran en Facebook: “Nuestros Defensores en la Junta AEE”. Estos informes a los ciudadanos deben continuar, y con apoyo de la AEE. Ese intercambio con la ciudadanía debe ser la norma en la Junta; la gerencia de la AEE no debe temerle a la democracia.

Creo que la transparencia en la AEE puede comenzar con esta rendición de cuentas, para luego adjudicar responsabilidades al sector que corresponda. Debemos tomar decisiones fundamentales que ningún gobierno ha tomado por miedo a repercusiones políticas, pues nos acercamos a un precipicio y tenemos que actuar. Agustín y Juan llegaron a la Junta en votación histórica. Si no nos organizamos para lograr reformas, esta oportunidad de cambio en la AEE no se repetirá, y los representantes ciudadanos volverán a ser desconocidos, atados a políticos o sin las capacidades para representar efectivamente al Pueblo.

Los ciudadanos debemos entender que la democracia no es sólo ir a votar cada cuatro años. Reclamemos nuestro derecho de participar activamente para construir una Nueva AEE: libre de influencias político-partidistas, libre de intereses económicos personales, con tarifa justa y planificación a largo plazo que sobreviva cambios de gobierno. Una AEE transparente que contribuya a un futuro sostenible para todos en Puerto Rico.