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  Por el libro
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13 de enero de 2020

El Vocero

El sentimiento de temor ante los continuos sismos registrados en la Isla este mes —principalmente en el suroeste— se ha convertido en otro detente para la actividad económica de la zona, a pesar de la disponibilidad de productos y de que una parte importante de los comercios ha podido abrir sus puertas.

Líderes del sector comercial explicaron que los niveles de ansiedad e incertidumbre son tales que tanto empleados como consumidores han dejado de visitar los comercios —aun cuando necesiten adquirir productos—, lo cual ha llevado a los dueños de negocios a no completar sus días de operación y cerrar temprano sus puertas.

De acuerdo con el análisis que realizaron a solicitud de EL VOCERO, la llegada de suministros ha continuado con relativa normalidad y en términos de las condiciones de la infraestructura comercial, la mayoría puede recibir consumidores.

Donde hay o hubo dificultades con el servicio de energía eléctrica han activado sus generadores, pero anoche la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) indicó a este medio que ya estaría el servicio para el 100% de los abonados.

Sin embargo, las asociaciones de empresarios como la Cámara de Comercio del Sur (CCS), la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA) y la Asociación de Detallistas de Gasolina (ADG) confirmaron por separado que aún no se ha podido contabilizar los daños estructurales y las pérdidas generales para el sector comercial en la región.

Piden garantizar la vida

Todos coincidieron en que —por el momento— lo importante es garantizar la vida de las personas, mantener la calma y que los servicios esenciales puedan comenzar a fluir.

A pesar de que rechazaron que haya escasez de suministros, sí advirtieron que al haber cierre de carreteras y puentes en el suroeste, en algunos pueblos puede haber atrasos de algunas horas en la distribución de mercancía.

Luis Alvarado, presidente de la CCS, explicó que las imágenes que han trascendido en redes sociales de restaurantes de servicio rápido o supermercados donde colapsaron plafones, se rompieron las vitrinas o se cayeron góndolas y productos —en pueblos como Ponce, Peñuelas, Yauco, Guayanilla y Guánica— han provocado que muchos consumidores sientan temor de acudir a las tiendas.

“En estos pueblos impera el temor, la ansiedad y la incertidumbre. La gente no quiere retornar a sus trabajos. Este temor los mantiene viviendo en parques y canchas, durmiendo en casetas de campañas. Existe pavor de estar en la calle, en los negocios y en el trabajo”, sostuvo Alvarado.

Agregó que los edificios acordonados por seguridad —porque presentan grietas o el colapso de algunas partes— se convierten en alarma para los consumidores.

“Muchos de esos edificios están en zonas comerciales que tienen que esperar por la aprobación de ingenieros estructurales para poder regresar el tráfico a la zona. Es realmente imposible poder tener ingenieros para todos los edificios, lo que está tomando su tiempo”, destacó Alvarado.

Preocupa la salud emocional

El líder de los comerciantes sureños reconoció que la parte psicológica de las personas está bien afectada. Destacó que primero fue el huracán María, luego la crisis política local y ahora los sismos, lo que entiende mantiene a la población desesperada, “por lo que se requiere ayuda en ese particular para devolver poco a poco la confianza”.

Puntualizó que al sur han estado llegando diariamente muchas personas de otras regiones para ofrecer ayuda, pero pidió prudencia en las gestiones porque en ocasiones se imposibilita el progreso de los trabajos de recuperación.

“La ayuda es necesaria, pero solicitamos se canalice a través de los grupos activos y que aquellos que no tienen que venir a la zona, por favor no lo hagan”, opinó.

Por su parte, Manuel Reyes, vicepresidente ejecutivo de MIDA, confirmó que la mayoría de los supermercados ha estado operando y recibiendo mercancía, pero en el fin de semana hubo complicaciones con los accesos hacia algunos pueblos.

“Cambió un poco la cosa, particularmente en Yauco, y los supermercados tuvieron que cerrar. Además, un acceso entre Ponce y Yauco cerró complicando la distribución. Ayer (sábado) algunos tuvieron que cerrar, no por daños, sino porque tanto clientes como empleados estaban muy nerviosos. Me hablaron de desmayos y ataques de pánico. El llamado debe ser a la calma. Aunque un supermercado puntual pueda estar cerrado en la Isla, hay alimentos y siguen llegando”, destacó.

En torno al alza en el costo de comestibles, productos de primera necesidad y combustible, estos precios fueron congelados en la tarde del sábado por el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) y hasta la tarde de ayer no se habían registrado querellas. “Hay congelación de precios y al menos mis socios están bien informados”, afirmó Reyes.

En el sector de la gasolina, el precio está congelado en torno a los márgenes de ganancia bruta y a todos los niveles de distribución y mercadeo, y lo mismo sucede con el diésel. Respecto al suministro, Rafael Mercado, presidente de la ADG, aseguró a EL VOCERO que ha estado fluyendo.

“Entiendo que los suministros están fluyendo con normalidad y no tenemos reportes de estaciones afectadas”, comentó.

Entretanto, José Carmona, director de comunicaciones de la Autoridad de los Puertos, aseguró que “todos los muelles y aeropuertos de nosotros están operantes” y que no se ha obstaculizado la entrega de mercancía al País.