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  Pa'que te montes
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27 de agosto de 2007

Por: El Nuevo Herald

Para los clientes recientes de Ford de Coral Gables la experiencia de comprar un carro ha resultado muy poco agradable.
Algunos no han recibido el tí­tulo de sus nuevos vehí­culos. Otros descubrieron que el distribuidor no habí­a pagado los préstamos sobre los carros usados que entregaron, poniendo potencialmente en peligro su historial de crédito.
Como si fuera poco, este mes Ford de Coral Gables cerró sus puertas abruptamente y se declaró en bancarrota.
'Es un deasastre', dijo Joel Tabas que, como fideicomisario de bancarrotas, tiene la tarea de resolver los problemas.
En el sur de la Florida son muy raras las liquidaciones de bancarrota entre los distribuidores de carros nuevos. Y no está claro qué ha motivado los problemas financieros de Ford de Coral Gables. No se pudo contactar a José Bared, parte del grupo propietario del distribuidor y un antiguo presidente, para que comentara. La familia de Bared supervisa la cadena Farm Stores.
Charles Throckmorton, el abogado de bancarrota del distribuidor, dijo: ``Creo que simplemente no estaban vendiendo suficientes carros'.
Ford Motor Credit, el brazo financiero del distribuidor, terminó su acuerdo financiero con Ford de Coral Gables en junio tras acumular más de $4 millones en deudas no pagadas.
Ford Credit trató entonces de confiscar toda la propiedad del distribuidor en 251 S. Dixie Highway, dijo Throckmorton.
Mientras tanto, dice Tabas, el prestamista del distribuidor reclamaba más de $200,000 de su cuenta operativa, dejándolo sin fondos para funcionar.
Cuando quedó claro que el distribuidor no iba a poder hacerlo, Throckmorton dijo que la junta optó por liquidar con la esperanza de que se pudiera pagar a los acreedores con los activos restantes.
Los documentos iniciales de bancarrota del Ford de Coral Gables no suministran mucha información financiera. En una caja estó marcado el estimado de sus activos entre $100,000 y $1 millón y en otra sus deudas estimadas entre $1 millón y $100 millones.
El distribuidor sólo tiene un bono de seguridad de $25,000, dijo en un e-mail el Departamento de Vehí­culos Automotrices y Seguridad de Carreteras. El objetivo del bono es proteger a los clientes en caso de que el negocio quiebre. Pero la cantidad no parece suficiente para cubrir los posibles reclamos de los clientes que entregaron sus carros usados en parte de pago y no fueron cancelados.
Este mes DMV ha recibido por lo menos una docena de quejas de clientes del distribuidor. Tabas dice haber oí­do sobre otras transacciones problemáticas pero no las ha podido confirmar.
Por lo menos un cliente ya ha demandado al distribuidor. Elizabeth Bosque de Miami-Dade lo ha acusado de violar la Ley de Prácticas Comerciales Injustas al no haber pagado el préstamo sobre su carro usado, un Honda Civic. La demanda presentada por el abogado miamense Lawrence J. McGuinness busca certificación de demanda colectiva.
El abogado de Ford Motor Credit Ken Mather, de Tampa, dice no saber cuántos clientes tienen problemas pendientes con el distribuidor. Pero quiere garantizar que todos reciban ayuda. ``Todo el mundo quiere ayudar a esa gente'.