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| Por el libro |
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6 de septiembre de 2011
El Vocero
Frente a un cambio en sus fianzas, la clase media no ha descartado del todo su estilo de vida ni sus hábitos de consumo, lo que según algunos economistas les ha permitido mantener cierto estatus ante los demás. Entre los ajustes que han hecho ante una billetera menos abultada o una tarjeta con menos crédito están una merma considerable en las visitas a los centros comerciales y la búsqueda de ofertas especiales a la hora de adquirir ciertos bienes de consumo. Por el lado de la alimentación, cuyos productos han encarecido significativamente los últimos cinco años, han optado por alterar sus hábitos y gustos, mientras han mermado las salidas a restaurantes y cuando los visitan eligen uno más casual en lugar de uno elegante. En cuanto a vivienda, si el dinero les alcanza para algunas mejoras entonces prefieren incurrir en ciertas remodelaciones, y la idea de comprar una propiedad más grande o lujosa está descartada. En torno a los autos, esta clase se caracterizaba por cambiar sus vehículos cada cinco a seis años y actualmente prefieren quedarse con el mismo entre ocho a diez años. Respecto a la educación de sus hijos, este grupo población se resiste a enviarlos a la escuela pública, y han optado por escoger colegios más económicos. En otras transacciones como la compra de seguros de salud, han comenzado a seleccionar planes médicos familiares con cubiertas más limitadas pero accesibles a sus ingresos. En las compras en general, se han limitado a adquirir estrictamente lo necesario, de la mano de ofertas especiales, "shoppers" y otras promociones. Esto ha estado acompañado de la búsqueda de tiendas más económicas a la hora de buscar ropa y zapatos, entre otros. Para ahorrar energía y evitar otros gastos, cambian bombillas por otras de menor consumo, e igualmente ocurre con acondicionadores de aires y diferentes enseres eléctricos. El entretenimiento ha sido uno de los grandes recortes en la lista de economías. Abundan ahora las actividades familiares y con amigos, menos salidas al cine, selección de paquetes más amplios de cable en sus casas o servicios como Nexflix, lo que les permite ver películas en el hogar. Asimismo, han invertido en mesas de billar u otros equipos de entretenimiento para disfrutar en casa sin tener que salir y para no aumentar gastos como cenas, bebidas y consumo de combustible.
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