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| Por el libro |
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29 de agosto de 2011
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JACKSON HOLE, EEUU (Reuters) - Es probable que los reguladores financieros globales impidan el crecimiento en lugar de fomentarlo, salvo que sean mejor supervisados, advirtió el sábado un economista a legisladores en Estados Unidos. Aunque la reforma regulatoria tras la crisis financiera dio influencia a reguladores públicos, es posible que la medida sea negativa a menos que los propios funcionarios queden sujetos a una supervisión adecuada, dijo Ross Levine, economista de la Universidad de Brown, en un documento presentado en la reunión anual de la Reserva Federal de Kansas. "A medida que se acumulan las responsabilidades en las agencias oficiales de regulación, no está claro si cuentan con la capacidad para formular de forma adecuada los incentivos para los sistemas financieros", dijo en el documento. Un ejemplo de ello es la propia Fed, que obtuvo nueva autoridad sobre grandes instituciones financieras en la legislación de reforma de Wall Street aprobada el año pasado. A los reguladores del banco central no les falta la integridad, sostuvo Levine, pero depender de su propia "brújula moral" no garantiza que harán lo correcto. "La gente fluye entre la Fed y la industria de servicios financieros, aumentando las preocupaciones de que esta 'puerta giratoria' amenace la independencia de la Fed y su capacidad para representar los intereses generales del público", dijo Levine en el documento. "Y las interacciones diarias entre el regulador y los regulados pueden influir en las perspectivas de los reguladores, de tal manera que éstos adopten una visión estrecha, sesgada de las políticas regulatorias", sentenció. La Fed ha recibido fuertes críticas de políticos en el país y el extranjero que dicen que la política monetaria del banco central está impulsando a la baja al dólar y enviando al alza los precios mundiales de las materias primas. La crítica de Levine sobre la Reserva Federal es diferente porque se centra en el papel regulador del banco. El texto es destacable porque coloca al banco central de mayor influencia mundial y a otros reguladores estadounidenses en un escenario similar al de organismos de supervisión financiera pública de otros países en el mundo. La supervisión de los reguladores es importante para promover la prosperidad económica, dijo Levine, dado que si su labor no es efectiva el sistema financiero no podrá operar correctamente y será un lastre para el crecimiento. "Esta lección es aplicable hoy en día a Estados Unidos y también a países con instituciones menos desarrolladas", escribió.
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