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  Por el libro
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24 de agosto de 2011

El Nuevo Herald

Por primera vez en la guerra de la Florida contra el abuso de drogas por prescripción facultativa, los investigadores están persiguiendo a los "molinos de píldoras" como empresas de crimen organizado, y a los médicos corruptos como asesinos.

Luego de una investigación de tres años, las autoridades anunciaron los detalles de Operation Oxy Alley (Operación Callejón Oxi), un vasto proceso judicial en que se acusa a 32 personas según los estatutos de asociación delictiva por su participación en los molinos de píldoras del sur de la Florida, los cuales repartieron más de 20 millones de pastillas de oxicodona y recaudaron más de $40 millones de dólares de ventas ilegales. En un proceso adjunto, las autoridades locales acusaron a un médico de asesinato de primer grado por la muerte de un hombre de West Palm Beach que murió a pocas horas de haber recogido de la farmacia un analgésico que le habían prescrito.

"Como resultado de la redada, hemos desmantelado la mayor organización criminal del país que estaba distribuyendo ilegalmente analgésicos y esteroides", dijo el director de la oficina de Miami del FBI John V. Gillies. "Esta es la primera vez que médicos, farmacias y un abastecedor farmacéutico han sido acusados por su participación. Hasta el momento, los esfuerzos se centraban en la demanda por medio de ocuparse de los individuos que usaban las drogas. Hoy, atacamos la fuente y eliminamos la oferta".

Operation Oxy Alley se centró en los dueños, 13 médicos y los operadores de las cuatro mayores clínicas del dolor del país — todas en los condados Broward y Palm Beach — así como dos farmacias, un abastecedor farmacéutico y un negocio de venta de esteroides por Internet. Los acusados, cuyas edades fluctuaban entre los 25 y los 76 años, fueron acusados de crímenes que incluyeron conspiración para asociación delictiva, conspiración para lavado de fondos y posesión de sustancias controladas con intención de distribuirlas.

"Esta es la primera vez que hemos usado los estatutos [de asociación delictiva] para un caso de esta magnitud, persiguiendo a los mercaderes de oxicodona", dijo Wifredo A. Ferrer, fiscal federal del Distrito Sur. "Estos se han usado tradicionalmente contra la mafia, pero consideramos que esto es un negocio criminal".

El proceso puso en primer plano el problema de abuso de medicamentos por prescripción en la Florida, descrito por los investigadores como una epidemia de droga gestada en la localidad. La semana pasada, la Comisión de Médicos Forenses dio a conocer su informe anual, que mostró que las muertes causadas por drogas por receta en el 2010 habían aumentando en alrededor del 8 por ciento. La oxicodona fue la causa de la muerte de 2,710 personas, un aumento de un 28 por ciento desde el 2009. Y alrededor del 85 por ciento de toda la oxicodona vendida proviene de la Florida.

"Parece como si todo el mundo viniera de todas partes del país a conseguir estos analgésicos", dijo Ferrer. "Algunos son adictos que están alimentando sus hábitos. Otros son simples traficantes de drogas que están comprando las píldoras para venderlas y sacarles una buena ganancia".

Las acusaciones del martes fueron las más recientes en una creciente campaña contra las clínicas del dolor por parte de las autoridades federales y locales que incluyen presiones para responsabilizar a los médicos.

"Hoy se han cambiado las reglas del juego. Si tú traficas, y ellos mueren, tú pagas", dijo el jefe de policía del Condado Palm Beach, Ric Bradshaw.

En febrero, la DEA llevó a cabo redadas en más de una docena de clínicas, que resultaron en 20 arrestos — entre ellos cinco médicos — desde Miami hasta West Palm Beach.

La acusación de cinco puntos alega que los gemelos Christopher Paul George y Jeffrey George, ambos de 30 años y vecinos de Wellington, dirigían una "red de píldoras" de cuatro clínicas de manejo del dolor en West Palm Beach, Lake Worth y Hallandale.

Las clínicas del dolor ofrecían a los pacientes recetas de oxicodona y otros narcóticos sin necesidad médica, atrayendo clientes de Kentucky, Tennessee, Virginia Occidental, Ohio y hasta de México y Turquía, dijeron las autoridades.

Investigadores dijeron que los médicos empleados por las clínicas hacían reconocimientos muy elementales, cuando los hacían, y luego daban prescripciones para cocteles de oxicodona combinada con Xanax o Soma. Ellos ganaban entre $2,000 y $6,000 al día y hasta $1.8 millones al año, dijeron las autoridades. Para el 2010, los médicos de American Pain en Lake Worth estaban viendo 500 clientes al día. Entre julio del 2008 y marzo del 2010, esa clínica por sí sola fue responsable de 66,871 recetas.

La acusación alega además que los acusados de asociación delictiva protegían su negocio contra sus competidores usando la violencia. Entre los cargos: secuestro, extorsión, agresión y asalto con un arma de fuego.