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  Por el libro
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19 de agosto de 2011

El Nuevo Dia

Por ser un servicio de primera necesidad, que no puede eliminarse como otros gastos domésticos, el costo de la energía eléctrica podría constituir un nuevo impuesto que recarga el frágil bolsillo de los puertorriqueños, según Sergio Marxuach, del Centro para la Nueva Economía.

Este explicó que la AEE no tiene ningún incentivo para funcionar eficientemente porque puede pasarle a sus 1.5 millones de clientes todos los costos y gastos que tengan en la producción de energía y recobrar el costo de la que se perdió, que fue robada o que usan iglesias, hoteles, beneficiarios del PAN, comercios u otros sectores que gozan de créditos, subsidios o exenciones.

Todas se recobran a través del renglón de ‘ajuste por combustible’ que le llega mensualmente en su factura.

Entre 2009 y 2010 la AEE tenía 11 cláusulas de créditos o descuentos que le costaron cerca de $300 millones. En energía que se pierde, es robada o no se puede contabilizar, se pierden otros $700 millones, según un estudio realizado por el propio Centro para la Nueva Economía.

"Esto contribuye a que la situación económica de la AEE no sea la mejor y cuando lo sumas tienes unas ineficiencias brutales", señaló Marxuach.

"A los políticos les encanta legislar subsidios y créditos, y esas tarifas se esconden en la factura. Un problema es que el que paga nunca sabe cuál es el costo real. Otro (problema) es que los subsidios se hicieron supuestamente para crear empleos, pero no hay manera de saber si se crearon", agregó.

Marxuach admitió que algunos de los subsidios o créditos van a ser meritorios, como por ejemplo los que tienen personas que necesitan equipos médicos para preservar su vida, pero dijo que muchos se deben reevaluar.

"Hay que evaluar cuáles son necesarios y cuáles han sido regalos políticos", dijo Marxuach.

El gobernador Luis Fortuño, de hecho, ha dicho que estaría de acuerdo con eliminar los subsidios y créditos a empresas u organizaciones privadas.

Marxuach reaccionó ayer a informaciones publicadas por El Nuevo Día que indican que tan solo el pasado mes, el costo de la electricidad que produce la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) se elevó en un 11.76% debido a los altos precios del barril de combustible.

No tan solo eso, sino que desde agosto de 2010, cuando el kilovatio por hora estaba en 12.96 centavos, el costo se ha disparado para llegar a 20.85 centavos.

"A mí no me sorprende (el alza en la factura de la luz) porque es que en la AEE no ha cambiado nada como para que una persona pudiera esperar que estas cosas no sucedieran. Somos indiferentes y seguimos pagando todos los meses", indicó Marxuach.

Otra explicación para el alza en el costo de la energía, según Marxuach, es que, a corto plazo, la AEE utiliza un promedio de los costos del combustible de los pasados dos meses y, posiblemente, en la factura actual se estén tomando en cuenta los promedios de junio y julio, cuando se elevó el precio, y no el de agosto, cuando bajó.

Sin embargo, no tiene esperanzas de que el propuesto gasoducto -parte integral de las propuestas de campaña de Fortuño de que bajaría la luz- resuelva los problemas de costo de energía en la Isla.

Por el momento, un paso en la dirección correcta, según dijo, sería desglosar en un encasillado distinto el dinero que cada cliente le paga a quienes no pagan o se roban la luz.

"Es inevitable una reestructuración radical, ver exactamente qué se hace bien y mal, y mirar lo que hacen en otros países. La junta que nombra el gobernador no ejerce una fiscalización efectiva. Hace falta un análisis bien a fondo de la eficiencia económica", terminó diciendo Marxuach.