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1 de agosto de 2011

La Opinion

WASHINGTON. — Un desliz de redacción podría ocasionar una aguda disparidad entre los beneficiarios de la ley de reforma de salud estadounidense: gente de la misma edad, nivel económico e historial médico podría tener que pagar cantidades muy distintas para obtener el seguro médico, revela una investigación de AP.

La disparidad es tal que, por ejemplo, una persona de 62 años de edad podría tener que pagar 1.200 dólares más al año que su vecino. Los expertos opinan que el desequilibrio es aún mayor cuando se trata de parejas casadas.

El gobierno de Barack Obama está al tanto de la falla y asegura que está tratando de hallar soluciones, a fin de evitar otra controversia por el plan que ha sido rechazado por la oposición republicana. A partir del 2014, la reforma abarcará a unas 30.000 personas adicionales que ahora carecen de seguro médico y estipulará que la mayoría de la población debe tener algún tipo de cobertura médica.

La falla afecta principalmente a gente de edad avanzada que es demasiado joven para beneficiarse del Medicare pero que tienen más de 62 años, la edad en que la gente tiene la opción de jubilarse temprano y cobrar la Seguridad Social. La mayoría de los estadounidenses pueden empezar a recibir Seguridad Social a los 62 años, aunque el cobro mensual es menor.

Tal como la ley está redactada, los que optan por la jubilación temprana recibirían un descuento considerable en sus primas de seguro de salud. Parte o todos sus ingresos por Seguridad Social podrían estar exentos de ser considerados como ingresos para los cálculos sobre el cobro de subsidios federales para pagar primas de seguro, hasta que alcancen los 65 años y se incorporen al Medicare.

"Se trata de ser equitativo", dijo Robert Laszewski, consultor de políticas de salud. "Si alguien trabaja por 40 horas a la semana, paga más por su seguro médico que alguien que no trabaja".

El gobierno dice que está tratando de resolver la situación. "Estamos monitoreando este problema y estamos explorando opciones que tomen en cuenta las necesidades de los recipientes de Seguridad Social, muchos de los cuales son discapacitados o son personas de recursos limitados", expresó Emily McMahon, alta funcionaria del Departamento del Tesoro, en un comunicado a The Associated Press.

Otros funcionarios, que hablaron a condición de anonimato, dijeron que el gobierno teme que la situación creará la idea de que gente trabajadora recibe un trato injusto por ley.

McMahon expresó dudas de que la reforma provoque una estampida hacia la jubilación temprana justo en momentos en que los expertos opinan que los estadounidenses deben quedarse más tiempo en sus empleos. Sólo "un número limitado de individuos" podrá beneficiarse, dijo.