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  Por el libro
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25 de julio de 2011

La Opinion

Autoridades investigan a comerciantes ilegales de oro por posibles nexos con operaciones de lavado de dinero para los carteles, esto a través de la compra de grandes cantidades del metal con el fruto de la venta de las drogas.

En los operativos contra la gran cantidad de compradores de oro que han surgido en mercados ambulantes, vecindarios, publicaciones y en Internet, también participan comerciantes establecidos quienes han formado alianzas con los departamentos de policía.

"El mercado del oro es una locura y el crimen organizado ha metido su gente porque es una forma segura de blanquear el dinero", opinó Richard Carpenter, comerciante de oro por más de 30 años en el área del Inland Empire.

En la ciudad de Ontario, detectives del departamento de Policía de esa ciudad tienen operativos encubiertos para dar con estas redes de compradores ilegales, en donde algunas bandas han desplazado personas que tocan puerta por puerta en los vecindarios buscando oro para comprar.

"Hay una mafia en todo esto, algunos negociantes desaparecen de la noche a la mañana del área para mudarse a otros sectores", afirmó un detective que suele actuar como cliente de los compradores, llamarlos y hacer citas para dar con ellos, pero que prefirió quedar en el anonimato por cuestiones de seguridad.

La redes de criminales adquieren grandes cantidades de oro que de inmediato envían a fundidoras locales para luego traficar con el producto.

El precio del oro subió esta semana a más de 1,600 dólares por onza, un valor histórico que está motivando a miles de personas a escudriñar sus joyeros, pero también a la industria del crimen.

En su negocio Carpenter ha tenido que reforzar la seguridad y los agentes que vigilan la tienda.

Propietario de Rich's 2nd Jewelry & Loan, el comerciante explicó que la ley en California exige una licencia especial para la compra y venta de oro, una identificación valida por cada cliente y un periodo de espera después de cada transacción que permita a las autoridades investigar la procedencia del metal.

"Para los criminales ahora les resulta mejor traer oro que dinero. Le pagan cualquier cosa a los clientes y de paso lavan grandes sumas (de dinero)", dijo.

Las joyas se han convertido en un valioso recurso del crimen organizado gracias a su precio. Este se eleva influenciado por la incertidumbre económica en Europa, la inflación en China y la creciente preocupación sobre si los legisladores de EEUU llegarán a un acuerdo en el aumento en el techo de la deuda de Estados Unidos antes de la fecha límite del 2 de agosto.

"En tiempos de crisis el oro es una inversión segura y lo que estamos viendo es una respuesta lógica, hay un incremento de compradores especulativos que surgen a raíz de la incertidumbre financiera actual", apuntó el economista Mason Gaffney, profesor en economía de la Universidad de Riverside en California (UCR).

Al descalabrado escenario financiero se suma el desempleo y los problemas de liquidez de las familias.

Blanca Reyes, residente de Riverside, confiesa que se había resistido a vender sus joyas. Sin embargo, las noticias del precio histórico del oro y las deudas la empujaron al mercado de pulgas de su ciudad en busca de compradores.

"La gente que te lo compra no se ve de muy buena reputación, pero cuando necesitas el dinero es lo que menos te importa", agregó Reyes quien recibió 1,300 dólares, dinero que utilizó para el pago de su hipoteca.

"Siempre te queda la espinita de no saber si te dieron lo justo", comentó.

El local donde Reyes vendió su oro es apenas una carpa rodeada de vistosos avisos con símbolos de dinero y letras de un color dorado intenso que anuncian "Se compra oro". Ahí tres hombres pesan el metal en una báscula oculta en una caja de cartón.

Según la organización Better Business Bureau, los inmigrantes y los ancianos son más vulnerables a los estafadores que pagan menos del valor apropiado o utilizan un sistemas de medición inadecuados.

"La gente no sabe si le están pesando su oro en onzas o en gramos y les pueden estar robando miles de dólares", apuntó Nick LaFleur portavoz del BBB en Arizona.

Más de 400 quejas contra compradores fraudulentos están contabilizadas solamente en lo que va del año y en el 2010, según datos del BBB, hubo otras 574 denuncias.

LaFleur aconsejó a las personas que visiten varios lugares para asegurarse que reciban la mejor oferta y sobre todo que opten por una joyería local con buena reputación o casas de empeño establecidas por años en sus barrios.