Inicio  





 Lo Más Visto
- ByteDance optaría por cerrar TikTok en EE.UU. en caso de agotarse las opciones legales
- Las 10 mejores ofertas de alimentos según doctorshoper.com
- Ciberataque causa retrasos en muelles de carga




  Que no te cojan de...
Bookmark & Share

16 de marzo de 2011

Yahoo

San Juan, 15 mar (EFE).- El Consejo Nacional de La Raza denunció hoy a través del informe "Nuestros niños cuentan" que el 56 por ciento de los menores en Puerto Rico vive en la pobreza, más del triple que en Estados Unidos.

La organización dedicada a la defensa de los derechos civiles de los hispanos en Estados Unidos presentó en San Juan un estudio que muestra la preocupante situación por la que atraviesa una parte representativa de la niñez de la isla caribeña.

"Nuestros niños cuentan - Puerto Rico Libro de Datos 2010" recoge cifras que señalan a la isla como la jurisdicción estadounidense con los índices más altos de padres adolescentes, que en el municipio de Vieques alcanza a 114 de cada 1.000 mujeres de entre 15 y 19 años.

Puerto Rico es además la jurisdicción estadounidense con el número más alto de adolescentes que ni estudia ni trabaja, situación en la que se encuentra el 14,6 por ciento de ese grupo.

La principal autora del informe e investigadora del Consejo Nacional de La Raza, Nayda Rivera Hernández, dijo hoy en la conferencia de prensa de presentación del informe que para poner en marcha políticas de apoyo a la niñez y juventud se necesita contar primero con información exhaustiva.

Rivera Hernández destacó que las políticas públicas deben encaminarse hacia la promoción de una vida sana y centrada en logros académicos, lo que dijo se traducirá en un futuro en ciudadanos más productivos.

La investigadora trazó, a través de los datos que aporta el informe, una preocupante imagen de la niñez del país, en especial si se compara con la de Estados Unidos.

Por ejemplo, apuntó que en 2007 -año al que se refieren la mayoría de los datos del estudio- los nacimientos de bebés con bajo peso, con menos de 2.500 gramos, constituyeron el 11 por ciento del total, aunque en algunos distritos la cifra rondaba el 20 por ciento.

Las mujeres puertorriqueñas son además especialmente susceptibles de sufrir nacimientos prematuros -antes de las 37 semanas de gestación-, que sufrieron en 2007 un 19,5 por ciento de las féminas del país.

Rivera Hernández subrayó que parte de los problemas tienen su origen en los bajos niveles académicos de los niños y jóvenes del país, como queda patente en el informe, que apunta que en el periodo 2006-2008 un 8,4 por ciento de adolescentes entre 16 y 19 años no asistía a la escuela ni se había graduado en escuela superior.

La cifra es superior a los Estados Unidos, donde en esa situación solo se encontraba el 6,5 por ciento de los adolescentes de esa franja de edad.

En cuanto al dato de la falta de recursos económicos, entre 2006 y 2008 un total de 545.000 niños vivía en Puerto Rico en la pobreza, es decir en una familia de cuatro miembros con menos de 21.834 dólares al año, lo que la Oficina de Administración y Presupuesto de EE.UU considera umbral de pobreza.

El nivel de pobreza fluctuaba en esa fecha entre el 35 por ciento del distrito de Trujillo Alto, cercano al área metropolitana, y el 77,8 por ciento en el de Orocovis, en el centro geográfico del país.

La alarmante tasa de pobreza provocó que en ese periodo un 47,1 por ciento de los niños puertorriqueños recibieran asistencia pública, más de la mitad de la proporción de Estados Unidos.

Las ayudas se concentran en los municipios rurales del interior, mientras que en el área metropolitana de San Juan son relativamente bajas.

La pobreza en Puerto Rico, según el informe, está relacionada con los bajos ingresos familiares, que entre 2006 y 2008 alcanzaban anualmente en la isla los 20.795 dólares, frente a los 60.764 de Estados Unidos.

El estudio subraya que otra de las razones de la pobreza del país reside en que un 49,7 de los niños puertorriqueños vive en familias monoparentales, en comparación con el 32 por ciento de los de Estados Unidos.

La conclusión del informe señala que los datos arrojados servirán para que las autoridades den más atención a un problema no suficientemente conocido y para promover el intercambio de información.

La investigación fue financiada por la Fundación Annie Casey y la Escuela Graduada de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico.