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  Por el libro
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15 de marzo de 2011

La Opinion

Un alto porcentaje de los hispanos, 35% se ha volcado al uso de las tarjetas de débito prepago como alternativa al uso de una cuenta corriente regular, dice un sondeo difundido ayer.

Se trata de tarjetas respaldadas por firmas como Visa, MasterCard y otras, que permiten a quienes las usan hacer sus pagos sin correr el riesgo que conlleva llevar consigo dinero en efectivo.

Según la investigación, conducida por el Concejo Nacional de La Raza (NCLR), el 63% de los hispanos, y el 71% del total de usuarios de esas tarjetas, describió su experiencia con ellas como "positiva" o "muy positiva".

"Las tarjetas prepago serán la norma en el futuro", comentó un usuario entrevistado en Detroit, Michigan.

Se estima que uno de cada seis hispanos en Estados Unidos carece de una cuenta de cheques o de ahorros, y por lo tanto no tiene acceso a una chequera o a tarjetas de crédito o de débito para llevar a cabo sus transacciones.

El sondeo revela que más del 80% de las personas que se valen de tarjetas de débito prepago ingresan menos de 25 mil dólares al año; 30% no tienen cuenta en el banco y más de 10% hablan castellano.

Tanto los hispanos como los no hispanos citan lo conveniente de su uso como la razón principal para pagar con ese medio. Los primeros en particular dicen que resultan más baratas que cambiar sus cheques en los negocios que se especializan en esto o ‘cash checkers’. Además, dijeron que éstas les permiten pagar sus cuentas y hacer compras por internet. La mayoría de los entrevistados dijo que compra sus tarjetas en Walmart.

La NCLR llevó a cabo su indagación para tratar de entender las experiencias de ese grupo étnico en lo que respecta al uso de tarjetas de débito prepago. Un total de 279 personas fueron entrevistadas entre el 1 y el 15 de abril de 2010.

La preferencia por este tipo de tarjetas prepago en lugar de utilizar dinero en efectivo ha sido incluso adoptado por el gobierno. Muchas dependencias oficiales las utilizan para distribuir fondos de programas como el de subsidios de alimentación –food stamps- o la ayuda al desempleo.

Por otro lado, el aspecto de las referidas tarjetas que menos gusta a los usuarios consultados por la NCLR son los altos recargos y los costos ocultos implícitos en su uso.

Más de la cuarta parte reveló que se encontraron con cuotas imprevistas por el uso de aquellas, y el 40% dijo que no recibieron suficiente información para evitar incurrir en esos pagos.

El 29% de ellos expresó que preferían tener una cuenta de banco tradicional.

"En suma, [las tarjetas] son útiles, pero contienen muchos recargos ocultos, y sus términos y condiciones no siempre le son revelados al consumidor", expresó un usuario de Chicago.

Las cuotas que cobran las compañías que las expiden varían de uno a otro producto. El tarjetahabiente puede terminar pagando por cada retiro en cajero automático o por no usar su tarjeta. Algunas cobran una recargo único, más un pago mensual y un pago de un dólar cada vez que el usuario utiliza su PIN.

La mitad de los hispanos del sondeo dijeron haber estado en el desempleo en algún momento durante los 12 meses anteriores a este. Los que habían dejado de utilizarla citaron la falta de fondos o los altos recargos aplicados para explicar su decisión.

Otro estudio, este de California Reinvestment Coalition (CRI) y también desvelado ayer, asegura que los recargos impuestos a las cuentas de cheques por la banca, están desplazando a las personas de bajos ingresos fuera del sistema financiero.

Alan Fisher, director ejecutivo de la organización, expresó que la adopción de recargos más altos por la banca en los últimos meses, acabará por poner a muchos estadounidenses a merced de los ‘check cashers’.

Las instituciones bancarias anunciaron recientemente que la aprobación de una nueva disposición que limita los cobros por el uso de tarjetas de débito, les obligará a encarecer sus servicios. La norma entra en vigor en julio.

Algunos bancos han anunciado su intención de fijar límites a las transacciones que se pueden hacer por medio de una tarjeta de débito, y están promoviendo fuertemente el uso de tarjetas prepago entre sus clientes.