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25 de febrero de 2011

El Nuevo Dia

En medio de la implantación del Plan de Mitigación tras su cierre, la cadena de farmacias El Amal se acogió a la quiebra ayer en la tarde bajo el Capítulo 11 de Reorganización.

La empresa, que tenía una red de 22 farmacias y empleaba a 350 personas, tiene deudas ascendentes a $29.37 millones. El acreedor principal es el Banco Popular, al que le debe $24 millones.

En entrevista exclusiva con El Nuevo Día, Mohammad Yassin, presidente de la cadena, indicó que la mayor parte de las deudas corresponden al Popular y a las rentas de los edificios donde operaban las farmacias.

Dijo que prefirió radicar bajo el capítulo 11, en vez de una liquidación a través del Capítulo 7, para tener injerencia en el plan de mitigación.

"(La reorganización) nos permite tener el control mientras ejecutamos los planes de mitigación y trabajamos en el proceso de la venta", señaló.

De hecho, a partir de hoy y por los siguientes 30 días, El Amal abrirá la tienda de la avenida Piñero para atender a los pacientes que no han recibido aún sus medicamentos. Allí habrá un farmacéutico, un gerencial y seis auxiliares de farmacia.

El horario de operaciones será de 9:00 a.m. a 7:00 p.m. durante los siete días de la semana.

El porqué del cierre

Decidió cerrar abruptamente y sin previo aviso a clientes y empleados porque, según él, se quedó sin flujo de efectivo la pasada semana.

"A nadie le gusta estar en esta posición. Lamento mucho todo lo que ha ocurrido y cómo ha ocurrido", expresó al tiempo que dijo que trató de evitar el cierre y la quiebra, pero no tuvo éxito.

Explicó que desde hacía meses estaba en negociaciones para vender la cadena y el mes pasado había llegado a un acuerdo preliminar con un comprador potencial, al que no identificó, para la venta de las 22 tiendas.

Indicó que ese comprador tiene otras empresas en la Isla, aunque no especificó en qué renglón de negocios está.

Sin embargo, la transacción se esfumó el pasado 14 de febrero cuando el comprador le notificó que no pudo conseguir el capital que necesitaba.

Según Yassin, días después -específicamente el jueves, 17 de febrero- el Banco Popular le indicó que no tenía disponibilidad de fondos en la línea de crédito para pagar la nómina.

Fue ahí que reunió a su personal de confianza y decidió cerrar al día siguiente.

Salud conocía la decisión

Contrario a la percepción que dio el Departamento de Salud de que el cierre les tomó por sorpresa, Yassin aseguró que se reunió el viernes pasado con los funcionarios de la agencia para notificarle que El Amal dejaría de operar.

De igual manera, le informó a la Administración Federal Antidrogas (DEA) y a la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca). En unión a las agencias, trazó el plan de trabajo para asegurar que los narcóticos y medicinas controladas se transportaran a un lugar seguro.

Dijo que los expedientes de todos los pacientes de la cadena también están en un lugar seguro y bajo llave.

Acepta que incumplió

Yassin reconoce que no cumplió con el reglamento 142 que exige a toda facilidad de salud notificar de su cierre a los pacientes y a la División de Medicamentos y Farmacias, con 30 días de anticipación.

"La realidad es que no se cumplió con el artículo 7.09 del reglamento", admitió, pero acto seguido señaló que, a su juicio, ésa es la única violación de ley que ha tenido en el proceso de cierre.

Para cumplir con ese requisito, aunque sea de manera tardía, Yassin se propone radicar el aviso en estos días.

Así lo hará constar hoy cuando acuda a la vista administrativa en la Oficina del Procurador del Paciente, que investiga este caso. Ofrecerá además los detalles del plan de mitigación, aunque dijo desconocer cuántos pacientes se afectaron o cuántas recetas le quedan todavía por despachar.

En cuanto a los empleados, admitió que algunos se molestaron al enterarse del cierre. Les adeuda las últimas tres semanas de trabajo y las licencias acumuladas a las que tienen derecho.

Aquellos empleados que deseen continuar con el plan médico, deben contactar a Triple S para hacer el cambio, dijo Yassin. Añadió que la aseguradora se comprometió a honrarles la prima.

Confía en que podrá vender

Según él, hay varios compradores que aún están interesados en adquirir varias de ellas. No obstante, aclaró que A+ HC Holding, empresa dueña de El Amal, no es la propietaria de los locales donde estaban las farmacias.

Algunos de esos locales le pertenecen a su padre, Saleh, quien fue el dueño original de la cadena. En marzo de 2009 Saleh radicó quiebra bajo el Capítulo 11 por $75 millones. En enero del año pasado, sus hijos Mohammad y Sultán le compraron el negocio en quiebra, con un financiamiento del Westernbank.