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  Por el libro
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23 de febrero de 2011

Primera Hora

Con preparación en administración comercial, contabilidad y finanzas, Manuel González Azcui llegó a dirigir el Sistema de Llamadas de Emergencias 9-1-1 y tiene muy claros sus objetivos.

Su misión principal será cobrar el dinero que compañías telefónicas deben a la agencia hace años por concepto del dinero que paga el consumidor en su factura por dicho concepto y que no se le retribuye al Sistema.

"Esto es sencillo. Se trata de fondos públicos que tienen que devolver para ponerlo al servicio de salvar vidas y propiedad", dijo González Azcui, quien previamente ocupaba el cargo de asesor de la senadora Lornna Soto y de la Comisión senatorial de Banca y Asuntos del Consumidor.

Actualmente el 9-1-1 está en medio de un pleito legal contra la Puerto Rico Telephone. Se estima que la empresa telefónica le debe al Sistema alrededor de $3.5 millones.

En estos momentos también se realizan auditorías a Claro, T-Mobile, Centennial y a AT&T. La deuda total de éstas al 9-1-1 podría exceder los $5.5 millones.

Precisamente, para lograr cobrar el mayor dinero posible, el recién estrenado jefe del 9-1-1 está trabajando en un anteproyecto "para que se le den más garras" de forma tal que pueda recuperar los montos que le corresponden.

Al año, el 9-1-1 recibe aproximadamente $21 millones que se distribuyen al sistema de referido de llamadas y de agencias de respuesta para la adquisición de equipo, funcionamiento general y contratación de personal.

González Azcui también dará seguimiento a los planes del ex director del servicio, Jacinto Desiderio. Actualmente, el 9-1-1 tiene dos centros operacionales principales, uno en la marginal del expreso Martínez Nadal y otro en el Cuartel General de la Policía, en Hato Rey. Este último se mudará a las instalaciones de la Agencia Estatal Para el Manejo de Emergencias (Aemead).

Para el mes de agosto, se espera inaugurar un centro operacional del 9-1-1 en los terrenos de la antigua base Roosevelt Roads, en Ceiba.

"Ese centro se centrará en responder a las emergencias que ocurren en el este de la Isla. Allí tendremos ocho operadores de llamadas y un supervisor junto a un equipo interagencial de respuesta rápida", dijo el funcionario.

Se beneficiarán directamente los municipios de Canóvanas, Río Grande, Luquillo, Fajardo, Ceiba, Naguabo, Las Piedras, Humacao, Yabucoa, Maunabo, Culebra y Vieques.

La apertura de nuevas bases para el 9-1-1 va de la mano de una inversión de $3 millones que se utilizarán para la instalación de un programa computarizado que permitirá que los ciudadanos no sólo se comuniquen telefónicamente con el Sistema.

"También lo podrán hacer por mensaje de texto, e-mail, con fotos y vídeos. Por ejemplo, la persona puede tomar fotos de tablillas o de lugares que puedan ayudar a la Policía a dar con ellos en un secuestro o toma de rehén", dijo el funcionario.

varios pueblos todavía no tienen respuesta rápida

Según confirmó el propio González Azcui, todavía hay que trabajar duro por reducir los tiempos de respuesta a emergencias que se suscitan en ciertos pueblos de la Isla, como por ejemplo Añasco, Maricao, Orocovis, Salinas y Patillas.

"Estamos hablando de que algunas veces se tardan 28 minutos. Mi meta es reducir ese tiempo a 10 minutos. Estamos trabajando para que todos los municipios se integren al sistema nuestro", dijo González Azcui.

Otro de los asuntos en que se dispone trabajar es en el lanzamiento de una campaña de orientación para trabajar en contra de la triste realidad de que el 85 por ciento de las llamadas que llegan al 9-1-1 no constituyen verdaderas emergencias.

"Eso es algo en lo que tenemos que trabajar fuertemente. No puede ser así", dijo. Una vez una persona llama al 9-1-1, se clasifica el tipo de la comunicación por la naturaleza de la situación que se presenta. En la mayoría se trata de emergencias médicas.