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  Que no te cojan de...
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20 de diciembre de 2010

Primera Hora

Espantosa, desquiciante, desesperante.

Es la situación que día a día sufren los miles de puertorriqueños que solicitan servicios en las agencias de bienestar social, el Programa de Asistencia Nutricional, servicios de salud, desempleo y otras oficinas de gobierno.

¡Es la locura! ¡El caos total! ¡Una agonía! Para ir a una de estas agencias, más vale que llegue "la noche antes, monte una caseta de campaña y espere a que amanezca".

De lo contrario, tendrá que hacer una fila interminable, con el riesgo de ser maltratado por empleados agobiados y malhumorados por la sobrecarga de trabajo, porque éstos también fueron afectados por los despidos.

Las dinámicas y la tensión que se generan son caldo de cultivo que puede llevar a un ciudadano o a un mismo empleado a cometer una locura.

La confrontación entre los beneficiarios y solicitantes de los servicios y los contados empleados que atienden a estas masas enardecidas es constante.

Luego de hacer un turno durante todo un día, puede ocurrir que tenga que "volver mañana" o que le den una cita para de aquí a tres meses o que no le pueden renovar la tarjeta del plan de salud hasta el mes siguiente.

Entonces no se puede buscar la receta para la depresión, la alta presión, la esquizofrenia o la diabetes.

Se trata de gente desempleada que no tiene dinero para medicinas, ni para comida, ni techo; y de gente con capacidad productiva que pueden aportar mucho a su país, que ingresaron en las filas del desempleo y que nunca en su vida habían tenido la necesidad de vivir de la beneficencia pública.

Llegan a las 5:00 de la mañana para hacer turno, a pesar de que la agencia abre a las 8:00, porque si no, ya a las 11:00 les dicen a viva voz: "¡Se acabaron los turnos! ¡Tienen que volver por la tarde!".

Lo dramático es que cuando regresan en la tarde, les dicen con indiferencia: "Sólo atenderemos hasta las 3:00 de la tarde.

Si osa levantarse o salir de la fila para preguntar algo que aclare una duda, escuchará un grito estridente: "¡Señora, siéntese y espere su turno!"

¿Qué puede ocurrir en uno de estos focos de potencial explosión social, donde una persona que perdió su trabajo, su carro, su casa, no tiene qué comer, y encima recibe ese trato? Cualquier cosa.

La situación se pondrá peor

La socióloga y ex directora de la Oficina de Comunidades Especiales, Linda Colón, afirmó que los despidos en el Gobierno y en la empresa privada han incrementado la demanda por servicios, agregándose un grupo nuevo de profesionales.

"Es obvio que se van a impactar con mayor intensidad áreas como el PAN y el plan de salud del Gobierno, con el agravante de una necesidad mayor de servicios de salud mental para trabajar con las crisis. La demanda de servicios es una cadena que va a crecer en todos los sectores. La crisis la reproduce. Además, tienes la otra cadena de la violencia, que se profundiza también con la crisis", dijo.

El ex secretario del Trabajo Frank Zorrilla describió lo que entiende que disparó la situación: "Es el disloque que ha habido en el Gobierno que, por un lado, despiden a sobre 20 mil empleados públicos bajo la premisa incorrecta de que los va a absorber la empresa privada, lo que no es correcto, porque la empresa privada está despidiendo empleados, tanto como el Gobierno o más, y todas esas personas van a pedir servicios y se encuentran que en muchas agencias están funcionando con un carapacho sin personal suficiente para rendir los servicios".

Arrojados a la pobreza

El economista Argeo Quiñones expuso que la crisis a causa de los cientos de miles de pérdidas de empleo acerca a un gran número de familias o las arroja a lo que es ya el nivel de la pobreza y, por lo tanto, a la dependencia en servicios públicos que ahora se ven también limitados.

"El punto de partida, un 45 por ciento de la población, es pobre ya de por sí. Hay un alto nivel de demanda. A eso se le suman los estragos de la crisis económica que va para su quinto año y la intensificación de esa crisis por la política gubernamental de despidos y recorte de presupuestos", resumió.

"Los recortes de presupuesto y cesantías masivas unidos a esquemas de reorganización mal diseñados o improvisados exacerban la situación, surgiendo los conflictos en el punto de encuentro de servidores con ciudadanos, entre personas del mismo sector social", explicó.