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1 de octubre de 2010

El Nuevo Dia

El sector privado, en particular los supermercados y los restaurantes, están enfrentados y el eje de la discordia son los fondos federales del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) que pudieran estar disponibles para que los beneficiarios de la Tarjeta de la Familia compren alimentos ya procesados.

Las cadenas de restaurantes han luchado durante la última década, sin éxito, para que se les permita a los recipientes del PAN pagar en sus establecimientos con la Tarjeta.

Esto podrían lograrlo, de aprobarse el proyecto cameral 2806, que busca incluir a los negocios que venden comida preparada -como panaderías, restaurantes, cafeterías y franquicias de comida-, en la lista de negocios autorizados a aceptar la Tarjeta.

"Estamos totalmente a favor de este proyecto. Nosotros entendemos que comida es comida", dijo Aniseto Solares, presidente de Burger King en la Isla, al tiempo que cuestionó el por qué un beneficiario del PAN puede pagar con la Tarjeta de la Familia un litro de leche o una libra de pan en el supermercado, y no puede hacerlo en una panadería.

Samuel Jové, presidente de la cadena Ponderosa y presidente de la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (Asore), dijo que la entidad endosa la medida, ya que entiende que es cónsona con la directriz del gobierno federal.

Explicó que el gobierno federal permite a tres grupos de consumidores adquirir alimentos procesados con la Tarjeta. Estos son las personas de 60 años o más, los impedidos y los deambulantes. Al presente, hay 19 estados que incluyen a estos grupos en su programa, añadió Solares, en entrevista por separado.

El Centro Unido de Detallistas (CUD) también favorece el P de la C 2806.

Sin embargo, la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA) se opone a que se permita entrar al programa a estos negocios.

Su portavoz, Manuel Reyes, dijo que se opone porque la tendencia es a comer más en la casa, y porque a los beneficiarios les rendirá menos el dinero si compran alimentos en cafeterías, panaderías y restaurantes.

Jové ripostó diciendo que en los supermercados los beneficiarios compran filetes de $12 la libra y bolsas de camarones y nadie dice nada.

Por su parte, Juan José Jiménez, vicepresidente de Mercadeo de Burger King, dijo que según las estadísticas gubernamentales el precio de los alimentos en los supermercados ha subido en un 331% de 1996 al 2006. Mientras, para esa misma fecha, el precio de los alimentos en los restaurantes aumentó sólo un 16%.

Anualmente Puerto Rico recibe unos $2,000 millones del gobierno federal para esos fines, y por lo menos el 75% de esa cifra se destina para la compra de alimentos en los supermercados.