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27 de agosto de 2010

La Opinion

Cuando Anne Peters comenzó su carrera como doctora hace 32 años nunca se llegó a imaginar que sus permisos para ejercer la medicina le fueran robados de forma virtual para que unos malhechores hicieran dinero fácilmente.

La sorpresa le llegó cuando supo que alguien facturaba cuentas médicas bajo su nombre usando los números de identificación como doctora y la licencia para operar en California.

El suyo es tan sólo uno de los miles de casos de fraude al sistema de salud pública que han sucedido en los últimos años en Los ángeles, y al que las autoridades, bajo la coordinación de la Secretaría de Salud y del Procuraduría General, quieren poner fin.

"Con mi información crearon una clínica ficticia con la que (los delincuentes) mandaron unos 180 cheques en pocos meses para cobrar entre 600 mil y 750 mil dólares del Medicare", dijo Peters. "Supimos que operaban desde un lugar en Van Nuys que no era ni siquiera una clínica, y finalmente fueron detenidos y están en la cárcel". "Pero todo eso me afectó muchísimo porque incluso yo fui sospechosa del engaño que estaba sucediendo porque aparecía mi nombre, y las autoridades retuvieron mi licencia mientras investigaban", aclaró. "Por unos meses podía recibir pacientes pero no les podía cobrar, así que no tenía ingresos".

Las autoridades sostienen que casos como el de Peters siguen sucediendo por todo el país en lo que consideran se trata de un crimen organizado donde los delincuentes emplean técnicas muy sofisticadas no sólo contra los beneficiarios del Medicare, sino también contra los mismos doctores para hacerse pasar por ellos.

Se estima que el monto total por este tipo de fraudes asciente a 60 mil millones de dólares en el país.

En un simposio celebrado ayer en Los ángeles, agencias federales, estatales y locales compartieron información y sugerencias para atajar el fraude en el sistema médico.

"Los ángeles es un punto caliente para este tipo de crímenes", reconoció el procurador general del país, Eric Holder, quien participó en el simposio. "Los criminales se mueven de unas ciudades a otras, y si podemos anticiparnos a los lugares donde operan seremos más efectivos".

Un médico llegado de San Francisco que participó en la cumbre dijo estar "aterrado" al saber sobre la posibilidad de que le roben su identidad, mientras que la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, afirmó que el gobierno ya está trabajando para poner en marcha un sistema donde se comparta información que le dé pie a las autoridades para saber si se está cometiendo algún crimen en la facturación de Medicare. "Lo importante es prevenir que eso suceda para que las personas no tengan que pagar", dijo Sebelius.

Otro de los casos más comunes de fraudes que han sucedido en Los ángeles se centran en la zona de Skid Row. "Hay mercaderes que se dedican a llevar a personas que viven en Skid Row a los hospitales a cambio de 10 ó 20 dólares. Entonces los hospitales facturan a Medicare los servicios dados a esas personas", dijo Wendy Weiss, coordinadora del fraude médico de la oficina del procurador de California en el distrito central. "Se trata de un procedimiento ilegal, porque solo un doctor puede referir a un paciente al hospital".

Este tipo de abusos llamó la atención de las autoridades cuando supieron que en ocasiones se habían abandonado a pacientes en la zona de Skid Row, llegando a la conclusión de que en algunos casos esos hechos están conectados con el fraude médico.

Las autoridades piden la colaboración ciudadana, especialmente entre las personas mayores, para reportar cualquier anomalía que vean en sus facturas médicas, así como recomiendan llamar al hospital o clínica en la que fueron atendidos para asegurarse de que se trata realmente de quienes están facturando las cuentas que reciben y no de un delicuente haciéndose pasar por el doctor.