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28 de julio de 2010

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( www.neomundo.com.ar / Por Enrique Garabetyan) ¿Puede el dinero comprar la felicidad? O, al menos, ¿ayudar a conseguirla? Esta cuestión es, sin dudas, una de las discusiones más antiguas que tienen las personas de todo el mundo. Y para contestarla, la encuestadora Gallup realizó una encuesta global que contestaron más de 136.000 personas de 132 países.

Además, los responsables de realizarla también publicaron los resultados en el número de julio de la revista científica especializada Journal of Personality and Social Psychology . Y la encuesta se concretó con preguntas telefónicas como con entrevistas personalizadas, en zonas urbanas y rurales.

Según el doctor Ed Diener, Profesor Emérito en psicología de la Universidad de Illinois, y máximo responsable de ciencia en la empresa Gallup, "esta pregunta es algo sobre lo que el público siempre se interroga. Y es la primera vez que logramos acercarnos a una respuesta global".

Y agregó: "lo que pudimos obtener como gran conclusión de este trabajo es que la respuesta a la gran pregunta depende estrechamente de cómo cada persona defina el concepto "felicidad".

DETALLES

Ocurre que si se piensa a la felicidad como satisfacción vital y en cómo se evalúa la vida en forma completa, es posible encontrar una buena correlación entre los ingresos económicos de una persona y su grado de felicidad.

"Pero, por otra parte", agrega, "también encontramos que hay una correlación mínima entre ciertos sentimientos positivos, y el disfrutar intensamente de pequeñas cosas y hechos y la cantidad de dinero disponible que tiene una persona".

Vale destacar que la encuesta refleja la opinión de aproximadamente el 96% del total de la población del planeta y también fue realizada cuidando seguir los diferentes aspectos culturales y económicos y realidades políticas de los países de todo el mundo.

Para los autores estar es, realmente, una las primeras muestras representativas de lo que piensa la totalidad de los seres humanos.

Entre las principales conclusiones del estudio se comprobó, de manera muy general y precisa, que la satisfacción vital de cada persona aumenta junto con los ingresos personales de cada individuo y, también, con la riqueza disponible de la nación y región en la que habita.

Sin embargo también queda claro que los sentimientos positivos que disfruta una persona están también asociados a otros factores, además del dinero y se destacó entre estos tres puntos que "hacen" a la felicidad:

* el tener autonomía,

* tener soporte de la sociedad y también

* el poder trabajar en un puesto o tener una actividad cotidiana satisfactoria.

Diener concluyó que: "en pocas palabras, comprobamos que si bien es cierto que tener más dinero nos hace estar más satisfechos con nuestra vida; lo cierto es que la mayor -o menor- fortuna no parece tener un gran impacto sobre cómo disfrutamos de la vida".