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10 de marzo de 2010

El Nuevo Dia

EL CAJON, California — Un Toyota Prius que aceleró sin control en una autopista de California debió ser remolcado el martes a una concesionaria, y las autoridades comenzaron a analizar el vehículo para determinar si el pedal del acelerador pudo haberse atascado.

La Agencia Nacional para la Seguridad del Tráfico en las Autopistas envió a dos investigadores para examinar el vehículo tras el percance del lunes, dijo Olivia Alair, vocera del Departamento del Transporte, que supervisa a esa primera agencia. Brian Lyons, vocero de Toyota Motors Corp., dijo que la empresa automotriz ha encomendado a tres de sus técnicos la investigación.

James Sikes, de 61 años, dijo a las autoridades que sufrió el lunes un problema con el acelerador mientras conducía su Prius en la Interestatal 8 en el condado de San Diego. El auto alcanzó los 151 kilómetros por hora (94 millas por hora) durante los 20 minutos en que continuó desplazándose, antes de que un agente de la Patrulla de Caminos de California ayudara al conductor a aminorar la velocidad y apagar el motor.

La Patrulla de Caminos retuvo el vehículo durante la noche. El martes, el auto fue remolcado por una grúa a la concesionaria, dijo el agente Brian Penning.

"No hubo colisión, de modo que nuestra investigación ha terminado", dijo Pennings. "No hay delito... estamos contentos por el hecho de que esto haya terminado bien".

Sin embargo, el contratiempo se presenta en un momento en que Toyota trata de mitigar el temor sobre las fallas en sus vehículos, que antes eran considerados un ejemplo de seguridad y fiabilidad.

A unos 20 kilómetros (12 millas) del lugar donde el Prius de Sikes comenzó a acelerarse fue donde ocurrió el año pasado un accidente mortífero que llamó la atención sobre la seguridad de los vehículos de la compañía japonesa.

El agente de la Patrulla de Caminos, Mark Saylor, su esposa y la hija de ambos murieron después de que el acelerador de su Lexus se quedó atorado en el tapete en una autopista en La Mesa. El auto asignado a préstamo se estrelló contra una camioneta deportiva y se incendió.

Desde entonces, Toyota ha retirado del mercado para reparación alrededor de 8.5 millones de vehículos en todo el mundo —más de 6 millones en Estados Unidos— por los problemas de aceleración en múltiples modelos y por fallas en los frenos del Prius. Los reguladores han atribuido 52 muertes a los accidentes causados presuntamente por los problemas con el acelerador.

"No fue el tapete. El que teníamos se adhería al piso", dijo la esposa de Sikes, Patty, entrevistada el martes por teléfono.

Patty Sikes dijo que el Prius 2008 de la familia pareció tener una falla fugaz en el acelerador hace unas semanas. "El auto aceleró un segundo y luego se detuvo. Fue como si le hubiera dado hipo", relató.

La familia recibió la solicitud de devolución del auto para repararlo y lo llevó a la distribuidora de Toyota en El Cajón hace un par de semanas, pero el concesionario se negó a examinar el auto, dijo Patty Sikes.

Vehículo fuera del ‘recall’

"Dijo que esto debía ser un error, porque no estábamos en la lista de productos retirados", señaló.

En una conferencia de prensa, Sikes dijo que llamó el lunes al número de emergencias, luego de que aceleró para rebasar a otro vehículo en la Interestatal 8.

"Pisé el pedal a gas para rebasar a un auto, y luego ocurrió algo extraño... El pedal saltó y luego se quedó oprimido", dijo.

Un auto patrulla se acercó al Prius y el agente dijo a Sikes por el altavoz que pisara el freno hasta el fondo y colocara el freno de mano.

Los frenos, combinados con una subida pronunciada en la autopista, redujeron la velocidad del auto a unos 80 kph (50 mph). Sikes apagó luego el motor y el auto se detuvo.

El lunes, Toyota reunió a un grupo de expertos en sus oficinas generales de Norteamérica, en Torrance, California, para refutar los estudios de un profesor de Illinois, quien revolucionó los motores de autos de esa marca simplemente al provocar un cortocircuito en los cables. Los expertos de Toyota dicen que los experimentos fueron realizados bajo condiciones que nunca se presentarían en una carretera.