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  Estirando el chavito
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3 de enero de 2010

La Opinion

• Prepara un presupuesto

Básicamente, un presupuesto es una herramienta que te permite ver:

— De dónde proviene tu dinero.

— Y hacia dónde lo dejas ir.

Es importante que asimiles esta última frase. Tu dinero no va a ninguna parte por sí solo, ni debe ir a ningún sitio sin que tú lo sepas. Al establecer un presupuesto, verás con claridad a qué lugares permites tú que tu dinero fluya.

• Las partes de tu presupuesto

Tu presupuesto debe constar de tres partes principales:

1. Ingresos

2. Gastos

3. Flujo de efectivo.

Si por suerte los ingresos son mayores que los gastos, se produce el flujo de efectivo que es el dinero que te queda una vez que los gastos se deducen de los ingresos. Si todo marcha bien, este será un número positivo. Si gastas más de lo que ganas, será un número negativo.

Los ingresos son el dinero fijo que ganas durante el mes. Típicamente solamente se cuenta para este propósito el ingreso del empleo (no los regalos o dinero obtenido por ventas de tus artículos personales, por ejemplo). Los gastos incluyen tu renta, tus pagos de electricidad, teléfono, alimentos, automóvil, seguros, y cuentas de crédito, entre otros.

• ¿Por dónde empiezo?

Aunque trabajar en un presupuesto puede resultar abrumador y confuso al principio, a la larga es un proceso iluminador. Verás con claridad a dónde se va o se "escapa" tu dinero. Posteriormente te permitirá tomar las riendas del asunto y decirle a tu dinero a dónde tiene que ir.

En primer lugar enumera tus fuentes de ingreso. Para la mayoría de las personas, esta es la parte más sencilla si es que cuentan con un solo empleo. Totaliza el dinero que esperas recibir cada mes, especialmente el de este mes.

A continuación, trabaja en el renglón de los gastos. Para obtener la información que necesitas, consulta tu estado de cuenta del banco y de las tarjetas de crédito que estén activas. Los estados de cuenta bancarios reflejarán los pagos que haces, los retiros de dinero en efectivos y la actividad de las cuentas de débito (si las tienes), mientras que los estados de cuenta de las tarjetas de crédito te informarán sobre los establecimientos en los que gastas tu dinero. Clasifica esos gastos en categorías (entretenimiento, transporte, alimentos, etcétera).

Después, totaliza los ingresos y los gastos y compara las cifras. Ha llegado el momento de la evaluación de las categorías de gastos y de efectuar los cortes que sean necesarios para lograr tus metas.

• Dile a tu dinero adónde tiene que ir

Haz una lista de todos tus gastos y al lado coloca la cifra de lo que asignas a cada categoría (renta, luz, agua, automóvil, alimentos, tintorería, regalos, entretenimiento, etcétera). Ahora, determina en cuáles renglones puedes ahorrar. Y aquí es cuando empiezas a tomar control de tu dinero.

¿Cuánto dinero puedes ahorrar si realizas esos cambios? Ese dinero ahorrado puedes destinarlo a pagar deudas.