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  Por el libro
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6 de septiembre de 2009

El Nuevo Herald

Cuando Robert Dollar entró al Hospital Baptist estaba consciente de que tomarían medidas porque emitía una dosis ligera de radiación debido a una píldora que tomaba para librarse de cualquier resto de cáncer después que le extirparon la tiroides.

Por eso un empleado del hospital cubrió con plástico los interruptores de la luz, el manófono del teléfono y las manijas de las puertas. Esta protección costó $2,518. La factura por su visita de 45 horas al hospital fue $23,396.30.

Cuando recibió la factura, Dollar montó en cólera y le escribió al hospital: ‘‘Mientras el país batalla por entender por qué paga casi el doble per cápita en servicios médicos, y además tiene resultados mediocres --$6,700 por paciente en Estados Unidos en comparación con $2,400 en Holanda. . . la avaricia de un hospital que cobra $23,396.30 . . . es algo terriblemente negativo'.

Dollar se hizo eco de lo que muchos expertos están diciendo sobre el debate sobre la reforma de los servicios médicos: es necesario controlar los costos para ayudar a cubrir a los no asegurados. Eso es particularmente cierto en el sur de la Florida, donde el gasto en servicios médicos es mucho mayor que en otras regiones del país.

No cabe duda de que Dollar no es el único encolerizado.

En Pembroke Pines, Joey Whitt, de 15 años, se torció un tobillo y le hicieron una resonancia magnética (MRI) en el Hospital Memorial West. Costo: $4,906.20, incluido un copago de $981.24.

En Hollywood, Robert Feibusch fue al Memorial Regional para que le reemplazaran la batería de su desfibrilador. Estuvo allí ocho horas. La factura: $46,584.30. Asombrado, Feibusch le escribió al presidente Barack Obama: "¿No es esto un poco estúpido?".

De hecho, los administradores de hospitales reconocen que el sistema de precios está desfasado. Dollar estaba "tratando de buscarle la lógica a algo que no tiene lógica', dice Karen Godfrey, vicepresidente de Baptist Health South Florida, quien admite que ‘es muy difícil buscarle el sentido' a las facturas de hospital.

"Desde una perspectiva más amplia, todo esto es un asunto de asignación de costos', explica Matt Muhart, jefe de Finanzas de Memorial Healthcare System. "Cuando uno mira las cifras de los no asegurados y los seguros del gobierno, que pagan menos, tiene que buscar la diferencia en alguna parte para poder seguir operando'. Por eso Memorial, Baptist y otros hospitales cobran más a los pacientes con seguro privado.

Los tres pacientes contactados por The Miami Herald tienen seguro privado que pagó la mayor parte de los cargos, pero a los tres les preocupa el tema más importante de hasta dónde los elevados costos médicos afectan la economía del país.

Dollar, de 63 años, dice que hace poco perdió su empleo de supervisor de construcción, parte de un plan en que su empleador eliminó a tres hombres mayores que le costaban a la empresa mucho en seguro médico. Dollar piensa que el seguro médico era el 40 por ciento de compensación.

Dollar llegó al Baptist un martes a las 5 p.m. y le dieron una cápsula con 100 mililitros de I-131 radioactivo ($12,400), un medicamento contra la náusea ($79) y 100 miligramos de un laxante suave (30 centavos).

Por el personal que manejó la dosis radioactiva y se la llevó a su habitación, el Baptist le facturó tres cargos: $1,057, $1,175 y $3,061. La habitación costaba $1,553 diarios.

Como emitía radiación, Dollar dice que nadie entró a su habitación. Le dejaron una bandeja en la puerta, que el mismo tuvo que entrar. Un técnico se presentaba a cada rato en la puerta y medía la radiación en el ambiente. El jueves a las 2 p.m. el nivel de radiación había bajado lo suficiente para permitirle marcharse a casa.

Como sucede con la mayoría de los pacientes, Dollar recibió primero una factura que mostraba sólo el total de cargos y lo que su seguro pagó. Tuvo que exigir una factura detallada para conocer los detalles.

Godfrey, del Baptist, afirma que el hospital es "muy sensible' al hecho de que durante años los pacientes se han quejado de que les cobran $7 por una aspirina y que por eso el laxante sólo costaba 30 centavos.

Godfrey no intentó justificar los cargos individuales, como los $2,518 por cubrir la habitación con plástico. "El asunto no son los cargos individuales, sino lo que paga el seguro'. En el caso del asegurador de Dollar, Neighborhood Health Partnership pagó $9,400, una tasa negociada por los servicios. El copago de Dollar fue $500. Después de quejarse de que estaba desempleado, Baptist aceptó un acuerdo para que pagara el copago a razón de $25 mensuales.

A solicitud de The Miami Herald, S. M. Schlernitzauer, presidente de Integrated Medical Audit Specialists, una firma de auditoría de servicios médicos de Kendall, examinó la factura. Si la hubiera auditado, dijo, hubiese pedido más información sobre varios cargos, como los $3,061 por manejar y entregar la cápsula en la habitación.

"A primera vista uno pudiera pensar que este cargo está incluido en el costo real del medicamento radioactivo', dijo Schlernitzauer. Pero señaló que la mayoría de los hospitales agregan un recargo de entre 250 y 300 por ciento al precio promedio de venta mayorista de los medicamentos. En este caso, la cápsula radioactiva tuvo un recargo de 289 por ciento. Y el laxante de 30 centavos tenía un recargo de 545 por ciento.

En el caso del MRI en Broward, Joey Whitt estaba jugando baloncesto cuando se torció un tobillo. La familia lo llevó a un podiatra, quien le tomó una radiografía y le recomendó que se sometiera a un MRI.

Robert Schwartz, presidente de Medicina de la Familia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami, dice que los exámenes de resonancia magnética por lo general no son necesarios en una torcedura simple de tobillo.

El MRI en el Centro Ambulatorio del Memorial West determinó que Whitt se había torcido el tobillo. El cargo bruto fue de $5,772, pero el asegurador de Whitt, UnitedHealthcare, tenía un acuerdo de negociado que era 85 por ciento de la cifra y pagó $3,924.96.

John, el padre de Joey, se molestó mucho con la exigencia de copago de $981.24 de Memorial. "Yo sé que la empresa de MRI con la que trabajaba hubiera cobrado $500 por ese estudio'.

Muhart, de Memorial, alega que el sistema hospitalario perdió $180 millones el año pasado en servicios no pagados. El hospital tiene apoyo tributario, pero trata de minimizarlo. En los últimos nueve años, los ingresos por concepto de impuestos como porcentaje del total de ingresos bajó de 6.9 a 3.6 por ciento. Y como el Medicare y el Medicaid no pagan el costo total de los servicios de sus pacientes, eso significa que Memorial tiene que cobrar la diferencia a las aseguradoras privadas.

Muhart reconoce que el sistema de Memorial, similar a Baptist en el sur de Dade, puede negociar tarifas más elevadas con las aseguradoras privadas porque domina la región y si un asegurador quiere tener clientes en esa zona se ve obligado a aceptar las tarifas de Memorial.

Pero a John Whitt esto no le parece nada bien y dice que el sistema tuvo un superávit neto de $120 millones el año pasado. "Mi familia y yo hemos pagado impuestos para apoyar el sistema desde 1989. Yo trabajo duro y mi empleo me ofrece seguro. Comprendo que Memorial pierde dinero en atender a los que no tienen seguro, pero no creo que esta sea una forma justa de compensar esa pérdida'.

Whitt piensa que la entidad gubernamental debe reducir sus precios de manera que sólo cubra sus gastos. Después que Whitt se quejó a The Miami Herald, dice que Memorial aceptó reducir la parte que él debía pagar al hospital a una cifra razonable: $100.

Schlernitzauer, la especialista en auditorías a servicios médicos, dijo que su análisis había mostrado que el MRI como el que le hicieron a Joey habría costado unos $2,826 en dos hospitales de de Miami-Dade. Un hospital del norte de Broward cobró $1,953. Un portavoz del Medicare dice que esa entidad generalmente paga menos de $800 por un MRI del tobillo en el sur de la Florida.