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7 de julio de 2009

Norma Flores, en Miami Lakes, todavía no ha podido asimilar la muerte inesperada de su hermana, Marisel Gutiérrez, quien evolucionaba satisfactoriamente en Cuba de una operación de cáncer. "Se sentía bien, era una mujer bella y saludable', narró Flores observando recientes fotografías de la hermana. "Fue un crimen lo que hicieron con ella'.

Gutiérrez, de 56 años, es uno de los 11 pacientes con cáncer que fallecieron repentinamente en junio en el hospital municipal de Morón, en la provincia central de Ciego de Avila, como consecuencia de negligencias médicas en el uso de sueros para quimioterapia.

Testimonios obtenidos de fuentes médicas, familiares de los fallecidos y residentes de Morón coinciden en que las muertes se produjeron durante las tres primeras semanas de junio, luego de que numerosos pacientes del hospital Roberto Rodríguez recibieran tratamiento con sueros citostáticos alterados.

"Ha habido un problema serio con los sueros de quimioterapia que se estaban aplicando y se han producido muertes por efectos colaterales al tratamiento', dijo a El Nuevo Herald un médico de la institución que pidió anonimato.

El médico declinó confirmar la versión sobre la presunta aplicación de citostáticos vencidos a los enfermos y señaló que "el asunto está bajo investigación'. Los medicamentos citostáticos combaten el crecimiento de tumores.

Pero otros dos empleados del hospital y familiares de los afectados -- en Morón y en Miami -- relataron que los sueros de quimioterapia provenían de donaciones internacionales y estaban vencidos.

"El tratamiento con citostáticos caducados se hace inefectivo para combatir el cáncer, pero puede traer reacciones tóxicas graves', consideró un auxiliar médico del hospital. "Todo indica que en estos casos los efectos colaterales y las complicaciones provocadas por el medicamento tuvieron consecuencias mortales'.

La noticia no se ha divulgado por los medios oficiales cubanos, pero es de conocimiento de la población de Morón, una ciudad de 63,000 habitantes situada 450 kilómetros al este de La Habana.

En una llamada telefónica hecha el miércoles a la Dirección Municipal del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), una secretaria que no quiso identificarse admitió que "ha habido algunas dificultades en el hospital', aunque no precisó detalles sobre los fallecidos.

Residentes de Morón contactados telefónicamente afirman que el suceso ha causado conmoción popular, y ha motivado la intervención de los dirigentes municipales del Poder Popular y el Partido Comunista (PCC).

"Sé que han hecho varias reuniones en el Partido con la gente de Salud', contó María Julia Esteban, residente de Morón y contadora jubilada hace cuatro años. "Parece que ha habido varios enfermeros y médicos sancionados por el problema'.

Flores no se ha resignado a aceptar el trágico desenlace de Gutiérrez, su única hermana, y repasa una y otra vez los pormenores del incidente.

Gutiérrez fue operada de un cáncer de seno en marzo. La cirugía fue exitosa y se le indicó el tratamiento con citostáticos a partir de mayo. Tras la segunda aplicación de sueros tuvo que regresar de inmediato al hospital, donde ya había otros pacientes ingresados por afectaciones severas a causa de la quimioterapia.

Falleció el 7 de junio y fue enterrada tres días después en el cementerio de Morón.

"Le pusieron el suero y a los tres días comenzó a reventársele la boca y hubo que correr con ella para el hospital, le dieron convulsiones y murió de una hemorragia interna', señaló Flores.

Señaló que hablaba con su hermana casi todos los días después de la operación y que la evolución posterior fue muy positiva.

"Nunca quise que se atendiera en ese hospital, porque yo había estado allí de visita hace cinco años y vi hasta ratones corriendo por el techo, un verdadero desastre'.

Flores ha mantenido comunicación con el viudo de Gutiérrez, Roberto López, quien reside en Miami hace 17 años y viajó de urgencia a Cuba tras conocer el fallecimiento de la mujer.

López estaba haciendo los trámites para reclamar a Gutiérrez y traerla a vivir con él a Estados Unidos. El Nuevo Herald no pudo contactarlo en Morón, pero su retorno a Miami debe producirse en los próximos días.

"Mi cuñado [López] está destrozado', expresó Flores, que emigró de Cuba en 1967. "No puede entender lo que pasó y se ha ido a quejar ante las autoridades del gobierno, pero allí todo el mundo tiene mucho miedo a hablar y a reclamar lo que ha sucedido con sus familiares'.

La atención en hospitales y policlínicos cubanos atraviesa por un creciente deterioro, motivado fundamentalmente por la falta de personal médico, el inadecuado mantenimiento de las instalaciones, y el incumplimiento de las normas elementales de higiene y esterilización en los locales con riesgo de infección.

"Se han acumulado muchos problemas, pero la salida de médicos y profesionales de la salud hacia misiones en el extranjero ha sido el golpe de gracia para el sistema de salud pública cubano', manifestó el médico disidente Darsi Ferrer, presidente del Centro de Salud y Derechos Humanos Juan Bruno Zayas en La Habana. "Eso ha determinado una disminución de personal en el programa de atención primaria en consultorios y policlínicos, lo que afecta sensiblemente la detección temprana de enfermedades como el cáncer'.

Hace exactamente un año, Ferrer informó sobre la muerte de al menos siete recién nacidos en el hospital materno infantil Hijas de Galicia, en La Habana, como consecuencia de una infección bacteriana que contrajeron en la sala de operaciones. En esa ocasión, tampoco los medios oficiales informaron del suceso.

Sin embargo, paralelamente a los servicios para el público cubano funciona un sistema para atención a turistas y pacientes extranjeros, con instalaciones médicas exclusivamente dedicadas a estos fines y pagos en moneda convertible. Una clínica con alta tecnología médica, el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), en La Habana, está designada para el tratamiento a altos dirigentes y reconocidas personalidades del país.

Desde el 2004 más de 267,000 pacientes de países latinoamericanos han sido operados en instalaciones oftalmológicas cubanas como parte de la llamada Operación Milagro, lo que ha generado fuertes críticas de la población.

De acuerdo con estadísticas del MINSAP, Cuba tiene actualmente unos 36,000 médicos y otros profesionales de la salud que cumplen misiones en 73 países, 25,000 de ellos en Venezuela.