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  Por el libro
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24 de junio de 2009

El Nuevo Herald

Agentes federales desmantelaron una banda con sede en Miami que, según las autoridades, le estafó al Medicare $100 millones gracias a reclamaciones falsas de terapias obsoletas de VIH en cinco estados. Dos de los sospechosos que fingieron ser propietarios de las clínicas escaparon a Cuba.

La organización integrada por ocho personas, a la que el programa federal de seguros de salud le pagó $30 millones, exportó una empresa fraudulenta de negocios local a Georgia, Louisiana, Carolina del Norte y Carolina del Sur, utilizando fachadas vacías y apartados postales, dijeron los agentes.

La presunta conspiración, que fue detallada en un encausamiento de 20 cargos que las autoridades dieron a conocer ayer, explotó no sólo el Medicare sino también a aseguradoras privadas que administraban el programa del gobierno bajo el plan Medicare Advantage.

"Estos acusados llevaron el fraude médico a un nuevo nivel', declaró el fiscal estatal interino Jeffrey Sloman. "El alcance y la magnitud del complot es diferente de lo que habíamos visto antes'.

Desde el 2005, la oficina de la Fiscalía Estatal en Miami ha acusado a unos 800 personas sospechosas de haber presentado un total de $2,000 millones en reclamaciones falsas, lo que equivale a una tercera parte de todos los casos de fraude al Medicare que se han encausado a nivel nacional. De los 800 acusados, cerca de 60 son fugitivos que huyeron a Cuba, América Latina y Europa.

Este último encausamiento tiene lugar justo en un momento en que la administración Obama libra una batalla contra el fraude al Medicare, que alcanza miles de millones de dólares, como parte de una reforma del cuidado de la salud que busca brindar cobertura a más de 40 millones de estadounidenses.

La iniciativa creó una fuerza especial conjunta entre los departamentos de Justicia y de Salud y Servicios Humanos, al tiempo que aumentó los efectivos federales en Miami, Los Angeles, Houston y Detroit. Esta última es la ciudad que se ha visto más recientemente afectada por el fraude al Medicare al estilo miamense, en el que se encuentran equipos para el VIH, y complots con los cuidados médicos en casas.

En el encausamiento de Miami-Dade, Michel de Jesús Huarte, de 38 años, fue acusado de tener funcionando seis clínicas en Miami-Dade que presentaron $50.2 millones en reclamaciones falsas por terapias de infusión para tratar a pacientes con cáncer, VIH, sida, dolores crónicos y venas varicosas.

Sin embargo, los tratamientos de infusión, que se administran de forma intravenosa, no fueron recetados por médicos así como tampoco dados a los pacientes. Por otra parte, la terapia de infusión para los pacientes de VIH/sida es obsoleta, y fue sustituida por medicamentos más efectivos hace más de 10 años.

El Medicare le pagó a las seis compañías de Huarte $19.2 millones, de acuerdo con los documentos oficiales.

Huarte reclutó a inmigrantes cubanos para que fingieran ser los dueños de sus clínicas, "sabiendo que los falsos propietarios escaparían a Cuba para evitar ser procesados o ser capturados', según el encausamiento que presentó el fiscal Ryan Stumphauzer.

Huarte está acusado de haber reclutado a Orlín Tamayo Quiñonez , de 35 años, y a Juan Carralero, de 56 años, como falsos dueños de algunas de sus clínicas. Se sospecha que ambos escaparon a Cuba.

Entre los que supuestamente fingieron ser dueños de las clínicas se encuentran: Madelín Bárbara Machado, de 35 años, que administraba la empresa Zigma Medical en Miami-Dade. En una instrucción de cargos separada que tuvo lugar el año pasado, Machado fue acusada de haberle enviado al Medicare facturas falsas que totalizaron $9.3 millones por terapias de VIH innecesarias, y haber cobrado $4.5 millones. Machado escapó, y se cree que también está en Cuba, según el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

A medida que el Medicare seguía de cerca la conexión de Huarte en Miami-Dade al bloquear los códigos de facturas por reclamaciones falsas, Huarte se unió a uno de los acusados, Ramón Fonseca, en otra presunta conspiración para ampliar el complot de la infusión en el sur de la Florida y cuatro estados más. Juntos, los dos hombres eran dueños de unas 30 clínicas adicionales, pero en esta ocasión presentaron $46.3 millones en reclamaciones falsas a aseguradoras privadas que funcionaban bajo el plan Medicare Advantage.

Las aseguradoras privadas eran especialmente vulnerables a ser estafadas porque no estaban acostumbradas a detectar falsas reclamaciones de Medicare. Según la denuncia, el Medicare le pagó $9.3 millones a las clínicas controladas por Huarte y Fonseca.

Otros miembros del equipo de Huarte y Fonseca que aparecen en la instrucción de cargos son Vicente González, de 38 años; Alyd Dazza, de 45 años; Monika Blacio, de 41 años, y Ricco Dazza, de 41 años.

De acuerdo con el documento oficial, dos de las clínicas de la organización en New Orleans no eran más que fachadas vacías con letreros escritos a mano.

La pesquisa del FBI después arrojó que otras dos compañías, Ziallet Services y Magestic Services, eran apartados postales en Carolina del Norte y Carolina del Sur, respectivamente.

Huarte y Fonseca depositaron millones de dólares en pagos al Medicare en dos casas de cambio de cheques de Miami-Dade, Universal Money Fast y Rapid Trans Solution, propiedad de Dazza y Blacio, según el encausamiento.

Los dueños de las casas de cambio esperaban que los cheques fueran cambiados, y luego le entregaban el dinero a los propietarios de las clínicas, afirmaron las autoridades. Las sumas en efectivo oscilaban entre $30,000 y $80,000 varias veces a la semana.