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  Por el libro
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15 de junio de 2009

Primera Hora

No aguantan un aumento más y aguardan con un alto grado de recelo el aumento contributivo sobre las propiedades residenciales que la administración de Luis Fortuño implantó para sacar al Gobierno central de su atolladero económico.

En las oficinas de cobro del Centro de Recaudación de Ingresos Municipales de Santurce (CRIM), cuya jurisdicción abarca la capital y Guaynabo, decenas de ciudadanos esperaban que sus casos sean revisados por algún técnico de la agencia. Muchos tenían alguna queja sobre sus pagos o las cantidades que se descontaban de la cuenta de reserva (escrow) de sus hipotecas. Otros contribuyentes también conocían del aumento que podría duplicar sus pagos, pero cuestionaban las intenciones de la nueva administración.

Después de todo, Fortuño prometió "ni un impuesto más" para el trabajador puertorriqueño.

"Deberían retasar las propiedades. Hay diferencias marcadas entre las tasaciones existentes y esto tiene un costo muy alto para los ciudadanos", dijo la comerciante Mariangie Lozada, de 46 años de edad.

Los propietarios de las unidades que se utilizan como residencia principal y cuya tasación contributiva no excede los $15,000 están excluidos del alza, al igual que los dueños de propiedades comerciales. No obstante, el gravamen sí representa un duro golpe para los miles de otros ciudadanos de clase media que actualmente pagan contribuciones sobre la propiedad.

"Esto es un abuso. Están asfixiando a la clase media que no puede vivir pagando tantas contribuciones. Nos vamos a quedar sin nada", sostuvo Margarita Vázquez, de 76 años de edad. La residente de la capital genera la mayoría de sus ingresos a través de la renta de una propiedad comercial.

Aunque las propiedades comerciales están excluidas del alza, a la septuagenaria se le ha hecho difícil pagar una deuda contributiva de su propiedad residencial que se aplicó al pago de su hipoteca. La cantidad ascendió de $379.90 a unos $650.

Otros profesionales, como la abogada Diana Conde, se cuestionan si la tambaleante economía puertorriqueña podrá sostener el golpe que supone el aumento. "Realmente considero que no es la mejor medida" , dijo la letrada.