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  Por el libro
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18 de mayo de 2009

La Opinion

En su más reciente informe sobre el costo de la educación universitaria, Lucero Chávez, presidenta de la Asociación de Estudiantes de la Universidad de California (UCSA), explicaba que hacia dos semanas recibió una carta notificándole que debía más de 69 mil dólares en préstamos al gobierno federal.

"El mensaje no incluía información sobre un rescate, no mencionaba ningún plan de estímulo económico, solamente explicaba que los intereses se habían acumulado y que si quería hacer un pago, adjunto encontraría un sobre con la dirección correcta".

Chávez, que se crió en Highland Park en el seno de una familia de clase trabajadora, estudia leyes en la Universidad de Berkeley. Cuando recibió la licenciatura ya había acumulado una deuda de 45 mil dólares, que según sus cálculos habrá llegado a los 200,000 para cuando se gradúe de la facultad de Derecho.

"Es el precio de una casa", comentó en una conversación con este diario.

De acuerdo al estudio Tendencias en la ayuda financiera a estudiantes 2008, elaborado por The College Board, entre los años escolares 2001 y 2007, aproximadamente el 60% de los estudiantes de licenciaturas recurrieron a préstamos para financiar su educación. El costo promedio de los préstamos para la universidad ascendió en ese período de 19,300 a 22,700 dólares, un dato que, como en el caso de Chávez, no incluye los costos que acarrea un posgrado.

En California, que encara un déficit fiscal que ronda los 21 mil millones de dólares, el gobernador del estado, Arnold Schwarzenegger ha propuesto restar permanentemente 65 mil millones del prespuesto de la Universidad de California, encareciendo aún más la educación.

La UCSA, que representa a los estudiantes de las nueve universidades de ese sistema de educación superior, alega que el estado gasta 2,470 dólares menos por estudiante que en 1990, y que los estudiantes pagan ahora 30% de sus costos de educación, comparado con 13% en los años 90.

Harold Hellenbrand, vicerrector y vicepresidente de asuntos académicos de la Universidad del Estado de California en Northridge (CSUN) dijo que la mayor carga financiera de un estudiante no es tanto el costo de la colegiatura, que puede aminorarse con becas y otras ayudas, sino el gasto de vivir en uno de los estados más costosos de la Unión Americana.

"Cuesta mucho dinero vivir en el estado y yo creo que ahí está el mayor problema, porque el precio de la gasolina, de rentar un apartamento y ese tipo de gastos en que se incurre para ir a la universidad, es donde está la mayor causa del endeudamiento", afirmó.

Los gastos de un estudiante suben mucho cuando este es además cabeza de familia, lo que se aplica a aproximadamente el 30% de los estudiantes de Northridge, según Hellenbrand.

Mario Escobar, estudiante de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, calcula que una vez que concluya sus estudios de posgrado en literatura, se las verá con una deuda de 75 mil dólares.

"Es que estamos hablando de un doctorado de cinco años al mismo tiempo que estoy manteniendo a mi familia", explicó este estudiante, que tiene dos hijas pequeñas. Aunque obtuvo una beca que le paga la colegiatura (a cambio de impartir dos cursos académicos), aquella no cubre todos los gastos.

Por otro lado, un informe dado a conocer en abril por Sallie Mae, el mayor prestamista en lo que concierne a financiamiento universitario, hizo ver que uno de cada tres estudiantes de licenciatura ha pagado su colegiatura usando una tarjeta de crédito. Un alza de 24% en relación a 2004. Además, el 92% de ellos cargó a la tarjeta compras como textos, útiles escolares y otros gastos parecidos, un alza de 85%. Ambos datos llaman la atención también porque se dan en medio de una generalizada contracción crediticia.

Estos estudiantes están pagando a un costo excesivo su educación en lugar de utilizar otras opciones financieras, explicó Marie O’Malley, directora de investigaciones sobre el tema del consumidor de Sallie Mae y autora del estudio.

Entidades como Insurance Information Institute (III), una entidad afiliada al sector financiero, difunden de vez en cuando orientación para educar a los estudiantes sobre el manejo de sus finanzas, un tipo de conocimiento imprescindible en una época en que las compañías de tarjetas de crédito están aplicando intereses punitivos a sus clientes para tratar de recobrar sus pérdidas.

"Tenemos muchos chicos que son universitarios de primera generación, y sus familias no están familiarizadas con cómo funciona la ayuda financiera, además de que desconfían del gobierno", comentó Hellenbrand para explicar porque un alto porcentaje de estudiantes acude a sus tarjetas de crédito o a créditos privados onerosos en lugar de usar préstamos gubernamentales. Dijo que un porcentaje más alto de estudiantes de CSU [California State University] tiene más problemas con sus tarjetas de crédito en comparación con UC, lo que atribuyó a cuestiones culturales y de clase.

En el año académico 2007-2008, el gobierno distribuyó más de 143 mil millones de dólares para quienes estudiaban una licenciatura o un posgrado. Pero ese desembolso obviamente fue insuficiente, pues los estudiantes de bajos recursos pidieron prestado otros 19 mil millones de fuentes estatales y privadas para pagar sus estudios.

Lizech Flores, estudiante de tercer año de Relaciones Internacionales de UCLA, ha contado hasta ahora con el escaso apoyo financiero que su progenitora, una madre soltera que trabaja haciendo oficio en casas particulares, le ha podido ofrecer. Pero no es suficiente.

"He tenido que sacar muchos préstamos para ayudarme a llenar el hueco entre la ayuda de mi madre, lo que gano en mi trabajo y lo que me da la escuela", dijo. Su deuda en este momento cree que anda casi por los siete mil dólares, no lo tiene del todo claro.

"Los estudiantes a veces firman contratos sin saber bien que es lo que están firmando, sólo por obtener el dinero que ocupan en ese momento", dijo.

» El costo promedio de los préstamos para la universidad ascendió en ese período de 19,300 a 22,700 dólares.