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  Pa'que te montes
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14 de mayo de 2009

DETROIT (AP) - Mientras miles de trabajadores de General Motros esperan noticias sobre más cierres de plantas en Estados Unidos, los reportes de que la empresa planea importar vehículos hechos en China a Estados Unidos han causado un problema político en la Casa Blanca a la fabricante automotriz.

Los reportes, que GM no ha confirmado ni desmentido, implicarían problemas porque GM es apoyada por 15.400 millones de dólares en préstamos del gobierno.

Esos préstamos han obedecido principalmente al deseo del gobierno del presidente Barack Obama, que quiere preservar los 90.000 empleos de la compañía en el país.

El sindicato United Auto Workers denunció la semana pasada que la empresa de Detroit pretende aumentar casi al doble en los próximos cinco años el número de vehículos que importa a Estados Unidos desde México, Corea del Sur, China y Japón.

"GM no debería tomar el dinero de los contribuyentes simplemente para financiar la subcontratación de empleos a otros países", escribió Alan Reuther, encargado del cabildeo del sindicato en Washington, en una carta a los legisladores estadounidenses.

El fabricante de automóviles estuvo en peligro de quedarse sin efectivo a comienzos de este año, y enfrenta un plazo que vence el 1 de junio y que fue impuesto por el gobierno para recortar costos y completar otras medidas de reestructuración. En caso contrario, deberá acogerse a la protección de la ley de bancarrotas.

La empresa ha solicitado además otros 11.600 millones de dólares en préstamos del gobierno para sobrevivir este año, y enfrenta la posibilidad de que el gobierno sea pronto su mayor accionista.

El miércoles, Shanghai Securities News y otros medios chinos informaron que GM planea comenzar a enviar vehículos de China a Estados Unidos en dos años, aumentando las ventas a más de 50.000 para el 2014.

Tom Wilkinson, vocero de GM en Detroit, se negó a emitir declaraciones sobre los reportes. La Casa Blanca y el Departamento del Tesoro no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.

Harley Shaiken, profesor de la Universidad de California en Berkeley, quien se especializa en asuntos laborales, dijo que el aumento de la producción y de las importaciones de ultramar resultarían un problema político para GM.

"La razón es simple --la ubicación de las actividades productivas es una decisión empresarial, pero cuando esto se hace con el dinero de los contribuyentes, se hiere la sensibilidad de la gente, así que miles de millones de dólares para un paquete de rescate y para subcontratar la producción serían, creo, un asunto quemante en lo político", dijo.

Shaiken agregó que GM necesita abatir costos, algo que se logra con los menores costos de la mano de obra en el extranjero. Sin embargo, la empresa debe atender también las preocupaciones del gobierno estadounidense, que quiere preservar los empleos en Estados Unidos.

GM, empero, dice que el porcentaje de autos producidos y vendidos en Estados Unidos permanecerá estable.

Documentos de la compañía muestran que los automóviles hechos en Estados Unidos representarán el 67% del total de vehículos vendidos este año en el país. El número cae ligeramente a 66% en las proyecciones de GM para el 2014.

Las importaciones representarán 33% este año y subirán a 34% para el 2014.

La compañía señala que la balanza de importaciones podría cambiar para el 2014, con menos producción de vehículos en Canadá y más en México y otros países.