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  Estirando el chavito
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1 de diciembre de 2005

San Francisco, California.? La brutal competencia entre los fabricantes de las consolas de videojuegos tendrá en breve algo de positiva, ya que las tres principales empresas permitirán a los padres controlar la violencia de los juegos.

Los padres también tomarán las riendas de la PlayStation 3, de Sony, el último gran fabricante en anunciar que sus consolas, las más populares del mercado, dispondrán de un control para cerrar el paso a los títulos que los adultos consideren inapropiados.

La PlayStation 3 saldrá al mercado a comienzos del año próximo para reemplazar a la PlayStation 2, que no disponía de esta herramienta.

Sony, líder en el mercado con más de 102 millones de consolas vendidas, también acaba de presentar controles para los juegos de su PlayStation Portable, que sacó al mercado a principios de este año, según dijo la Asociación de Software de Entretenimiento.

El gigante del entretenimiento sigue los pasos de Nintendo, que anunció hace unas semanas un plan similar para su Revolution ?a la venta a principios del año próximo?, y de Microsoft, que incluye estos controles en su flamante Xbox 360.

Esta última consola, que salió al mercado la semana pasada con bombos y platillos, ha desatado tal furor que algunos consumidores no dudaron en desembolsar más de 10 veces lo que oficialmente cuesta (400 dólares la versión completa) para hacerse con el preciado producto, agotado en muchos establecimientos comerciales.

Así, Microsoft no sólo toma la delantera a sus rivales en lo que se refiere a ventas, sino que su Xbox 360 se convierte en el ejemplo a partir del cual se medirán las otras dos consolas.

Entre las novedades que ofrece el artículo se encuentra un control que permite a los padres restringir el acceso a los videojuegos y DVD clasificados como para adolescentes o adultos, y también controlar el servicio para jugar en línea, uno de sus puntos fuertes.

Al margen de la Xbox, a los fabricantes no les queda más remedio que agarrar el toro por los cuernos ante lo delicado del momento, cuando cada vez más estados buscan poner límites a los títulos violentos.

Un buen ejemplo de hasta dónde llega esta voluntad se encuentra en California. Su gobernador, Arnold Schwarzenegger, dio en octubre el visto bueno a una nueva ley para prohibir la venta o alquiler de títulos violentos a los menores de edad.

Curiosamente, el ex actor es protagonista de varios títulos de videojuegos violentos que se basan en sus papeles de Hollywood, sobre todo Terminator.

No obstante, se trata de una regulación que no será nada fácil de poner en práctica, ni siquiera para el Terminator, ya que los estados ?entre ellos Illinois y Michigan, además de California? se enfrentan a una poderosa industria que se refugia en la libertad de expresión.

?Los videojuegos son una forma de expresión artística, igual que otras formas de expresión protegida como las películas, los libros y la música?, señaló la Asociación de Software de Entretenimiento en octubre.

El presidente de esta asociación, Doug Lowenstein, alabó la decisión de los tres grandes para establecer voluntariamente este control.

?El jugador promedio tiene ahora 30 años, y nuestra industria crea contenido apropiado para una amplia variedad de audiencias (...), igual que hay programas televisivos, películas y libros para gente con diferentes intereses y gustos?, dijo Lowenstein en un comunicado.

El mayor escándalo en lo que a videojuegos se refiere se produjo este verano, cuando los fabricantes del superventas Grand Theft Auto: San Andreas retiraron el producto de buena parte de las tiendas de EU a causa de su contenido sexual ?escondido?.

En este caso, no fue la sangre a borbotones lo que frenó las ventas millonarias del producto, sino unas imágenes de contenido sexual, bastante blandas por otra parte, contra las que arremetió nada menos que la senadora y ex primera dama Hillary Clinton, ?peso pesado? del Partido Demócrata.