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  Por el libro
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3 de enero de 2006

02 de enero de 2006

Para la Administración de Pequeños Negocios (SBA), 2005 definitivamente no fue un año fácil.

Pese a reportar un progreso ?histórico? en el volumen y la cantidad de préstamos garantizados que otorgó a pequeños empresarios, así como asistencia técnica y contratos, la entidad ha sido blanco de fuertes críticas.

Una investigación del inspector general de la SBA confirmó la semana pasada lo que reportes periodísticos ya habían anticipado: en un programa para ayudar a negocios después de los ataques del 11 de septiembre, un alto porcentaje de los préstamos garantizados por el gobierno fue a empresas que aparentemente no eran elegibles para recibirlos.

Esto se dio a conocer justo cuando la SBA está siendo inundada de solicitudes de préstamos por desastre provenientes de las víctimas de los huracanes Katrina, Rita y Wilma y cuando los resultados de una encuesta colocaron a la entidad en el último lugar en lo que respecta a la moral de los trabajadores en 30 entidades y departamentos federales.

Por si fuera poco, las voces pidiendo la renuncia del administrador de la SBA, Héctor Barreto, han comenzado a subir de tono.

Barreto, quien habló durante una entrevista con La Opinión, tiene una respuesta ?convincente? para casi todo.

?Este año [2005] hicimos préstamos garantizados por más de 20,000 millones de dólares, más del doble comparado con hace cuatro años; aprobamos más de 100 mil préstamos, también más del doble que hace cuatro años... un tercio de esos préstamos fue a minorías?, señaló.

Pero también el número de pequeños negocios en el país ha crecido considerablemente en los últimos cuatro años; ¿concuerdan los números de crecimiento entre los pequeños negocios con el de los préstamos para ellos?

Hoy en día pensamos que hay alrededor de 25 millones de pequeñas empresas, hace cuatro años eran 23 millones. Si estamos midiendo los resultados que se cumplieron para las pequeñas empresas, no hay otro año que se pueda comparar con éste, con lo que hemos podido dar, eso no tiene nada que ver con el presupuesto.

Muchas veces la gente no entiende el presupuesto de la SBA, sólo ve una parte de éste, pero la realidad es que hemos ahorrado cientos de millones de dólares a los contribuyentes y hemos podido alcanzar resultados.

En los últimos años se ha recortado el presupuesto de la SBA y su argumento ha sido que se puede hacer más con menos, pero tras los huracanes en la Costa Sur se ha criticado a la agencia por su falta de capacidad para responder a la ola de solicitudes de préstamos que ha recibido. ¿Estaba preparada la SBA para una situación como ésta?

Hay gente que no entiende que el desastre fue único en la historia de EU y va a durar años poder reemplazar las casas y negocios que se perdieron.

El primer día del desastre teníamos a 800 personas en la oficina para desastres. En menos de tres meses hemos traído a más de 3,500 personas a esta oficina, por eso estamos procesando más rápido. En dos semanas hemos aprobado más de 500 millones de dólares en préstamos.

Al final de este mes estaremos muy cerca de los 2,000 millones de dólares que se procesan directamente y no a través de un banco.

En un año normal se reciben mas de 100 mil solicitudes de préstamos. Ahora estamos procesando más de 325 mil y lo estamos haciendo en cuatro meses.

Sé que hay mucha gente frustrada y enojada porque quiere que demos dinero, pero nosotros no tenemos esa capacidad; no son excusas, es la realidad, es muy difícil aprobar todos los préstamos.

¿De qué manera está afectando al resto del país la demanda de préstamos que está recibiendo la SBA de la región afectada por los huracanes?

La SBA es como dos organismos con presupuestos diferentes: uno es la Oficina para Desastres y otro cubre las oficinas de distrito por todo EU. Este último no ha cambiado, tenemos todo el personal necesario para cumplir con esa misión.

Este año (2006) vamos a tener 1,000 millones de dólares de presupuesto en operaciones generales y casi 500 millones para la Oficina de Desastres.

El programa de préstamos para negocios afectados por los ataques terroristas del 11 de septiembre ha sido ampliamente criticado porque supuestamente negocios que no reunían los requisitos recibieron dinero de éste, ¿qué lecciones dejó este programa a la SBA?

Se dijo que el dinero se prestó a personas no afectadas y lo que explicamos es que los préstamos que se dieron no fueron de la Oficina de Desastres, sino regulares. Fue por Legislación del Congreso, no por idea de nosotros.

Pero después del 11 de septiembre el Congreso y más bien el senador (John) Kerry dijeron que la economía estaba muy baja, que necesitaba ayuda y que los bancos no estaban dando préstamos, y él presentó una ley que bajó los costos a los bancos. No hizo nada para los pequeños negocios, no les cambió los términos, fueron préstamos normales con tasas de interés regulares.

Si ésa fue la intención, y el interés del Congreso, cumplimos con esa meta. Ningún dólar que debió ir para una víctima al desastre fue para este programa y nadie nos hizo una solicitud para un préstamo de desastre después del 11 de septiembre que reunió los requisitos para un préstamo y no lo haya recibido.

Según una encuesta, los empleados de la SBA son los que tienen la moral más baja que en cualquier otra agencia o departamento federal ¿Qué piensa hacer para revertir esta situación?

La encuesta se hizo más de un año atrás y no mide los resultados de la agencia, sino las opiniones de empleados.

La SBA ha cambiado mucho en estos últimos cuatro años. No cerramos oficinas ni eliminamos programas importantes, pero tuvimos que adoptar un nuevo modelo de operación para alcanzar estos resultados. Tener tanto cambio en poco tiempo es difícil, muchos no entendieron los cambios.

Muchos de los empleados nos dijeron si queríamos que se cambiara la manera de trabajar se necesitaba más capacitación y herramientas que no tenemos. Por eso se han cambiado muchos de los programas que les estamos ofreciendo.

¿Qué piensa de que en Washington haya gente que está pidiendo su renuncia?

Tengo el orgullo de trabajar para un gran Presidente. Aprecio el apoyo que estoy recibiendo de la comunidad hispana y de los pequeños negocios. Sé que hay ambiente muy difícil en Washington, D.C., hay políticos que siempre han criticado al Presidente, a la Administración y a la SBA, pero si no pudiera demostrar los resultados que hemos tenido, la cosa sería muy diferente.

¿Cuáles son sus proyecciones para 2006 en la SBA?

Veo otro año histórico.