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  Por el libro
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8 de enero de 2006

Washington.- Los hispanos son más vulnerables que los anglos a conseguir préstamos hipotecarios con tasas de interés muy altas, y de ser víctimas de prestamistas deshonestos, según un informe divulgado por el Consejo Nacional de La Raza (NCLR).

El análisis de NCLR examina las experiencias de compra y de refinanciación de vivienda de los consumidores hispanos, y repasa las tácticas "abusivas" de prestamistas, que terminan costando mucho dinero para los latinos.

La compra de una casa es parte esencial del llamado "Sueño Americano", pero ese sueño se convierte en pesadilla para centenares de familias hispanas que, por falta de información o por la barrera del idioma, son víctimas de condiciones de préstamos irracionales, según el informe.

Durante una conferencia de prensa telefónica para explicar el estudio, la presidenta de NCLR, Janet Murguía, pidió que el Congreso haga más para proteger a los consumidores de prestamistas "sin escrúpulos", y para que los hispanos tengan acceso a "la mejor oferta posible al comprar una vivienda".

"Las familias hispanas no están recibiendo servicios de forma adecuada en el sector inmobiliario. Estamos pidiendo que los hispanos tengan oportunidades justas y equitativas" para que puedan comprar su vivienda, enfatizó Murguía.

Según el informe, los hispanos tienen dos veces más probabilidades que los blancos de financiar la compra de su casa con productos hipotecarios más costosos.

A la hora de refinanciar, los consumidores hispanos también salen perdiendo, porque consiguen préstamos con tasas de interés muy por encima de lo que normalmente ofrece el mercado.

Además, hasta cuatro de cada cinco latinos reciben servicios hipotecarios de instituciones o "corredores de hipoteca" que dependen de comisiones y que, muchas veces, no están sujetos a un escrutinio del Gobierno federal.

Dicho de otro modo, algunas instituciones financieras aprovechan la poca supervisión federal para ofrecer a los hispanos condiciones poco óptimas para la compra o refinanciación de su casa, aún cuando éstos tienen buen crédito.

El resultado final de esas prácticas deshonestas es que los hispanos terminan comprando una vivienda modesta a precio de mansión, según la situación descrita en el informe.

Marvin Kelly, director ejecutivo de la corporación de desarrollo urbano "Del Norte", en Denver (Colorado) relató anécdotas de clientes hispanos que solicitaron su ayuda para cancelar préstamos con condiciones prohibitivas.

En un caso, una institución bancaria, que Kelley no identificó, intentó cobrar 22,000 dólares en gastos de cierre a una familia hispana, cuando el monto real no debió superar los 5,000 dólares.

La autora del estudio, Janice Bowdler, destacó que en algunos casos a los latinos les ofrecen costosos programas hipotecarios que en realidad no les convienen, pese a que califican para mejores préstamos.

Bowdler dijo que, por ello, NCLR hace una serie de recomendaciones, por considerar que ninguna ley federal es completa si no incluye "remedios" contra las prácticas usureras de ciertas instituciones hipotecarias.

NCLR urge que se incrementen las protecciones contra los "prestamistas deshonestos" -que suelen anunciar sus servicios en los medios de comunicación en español-, y se vigilen de cerca a estas instituciones.

También pide que se incremente el acceso de los latinos al mercado tradicional de hipotecas y se aumenten los servicios de consejería en asuntos de vivienda.

Menos de la mitad de todos los hogares latinos en EE.UU. son dueños de su propia casa pero, de los más de cinco millones de latinos que sí tenían casa propia en 2003, el 71.6 por ciento tenía hipoteca.

Los hispanos representan ahora el 13 por ciento de la población en EE.UU. y, según proyecciones oficiales, conformarán el 15.5 por ciento para el año 2010.

Con esa explosión demográfica, ha aumentado la demanda de vivienda y de diversos servicios hipotecarios, por lo que las instituciones bancarias tradicionales buscan un mayor acercamiento con la comunidad hispana.

Pese a esos esfuerzos, el mercado de vivienda no ofrece suficientes productos y servicios para las necesidades de los consumidores hispanos, por lo que muchos de éstos recurren a instituciones financieras con prácticas cuestionables, advirtió el estudio. EFE