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  Que no te cojan de...
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25 de febrero de 2006

Sábado, 25 de febrero de 2006

Por Daniel Rivera Vargas
End.drivera@elnuevodia.com

El caso de unas latas de habichuelas llenas de heroína evolucionó ayer a un robo de identidad en el que el nombre de un comerciante de Caguas ha sido usado por delincuentes al menos dos veces.

La primera vez que Alfonso Ferreira Navarro, de 73 años, descubrió que le robaron la identidad fue en noviembre pasado, cuando alguien con una identificación con su nombre cambió un cheque de $850 y la segunda el domingo cuando se enteró que alguien identificado como él fue arrestado con heroína en latas de habichuelas.

?La preocupación mía es que hayan hecho cinco, seis, diez intentos, ojalá y no surjan más?, dijo Ferreira Navarro.

El robo de identidad ocurre cuando alguien se hace pasar por otra persona sin su consentimiento para lucrarse de ella, un crimen que en los pasados dos años representó el hurto de $80 millones y unas 981 víctimas en la banca local.

El daño es económico y a la reputación, dijo Orlando Ferreira, hijo de Alfonso. Relató que al salir publicado el reportaje, vecinos de su comunidad en Caguas pensaron que se trataba de él.

Así le pasó con un pariente de su esposa. ?El dijo, 'mira que calladito tenía el hijo de Alfonso esto, lo cogieron con drogas'?, dijo Orlando. ?Ese es uno de los que yo he oído, quizá hay otros?.

Tras enterarse del arresto de alguien usando su nombre, Ferreira Navarro se comunicó a la Policía, y el jueves se radicaron cargos adicionales - esta vez con el verdadero nombre - contra el supuesto traficante de heroína, explicó el teniente Félix Bauzó.

?Al salir el reportaje en El Nuevo Día es que la persona se da cuenta y vio su nombre y dice ?espérate ese es el nombre mío?, y me llamó?, indicó el oficial.

El nombre verdadero de la persona arrestada con la heroína es Luis M. Pagán Bermúdez, de 32 años, natural de Guaynabo, dijo Bauzó. El oficial añadió que se investigará si el detenido está vinculado a más robos de identidad.

La juez Lady Buono de Jesús, del Centro Judicial de San Juan, encontró causa para arresto contra Pagán Bermúdez por violar los artículos 222 y 216 del Código Penal, le impuso una fianza de $20,000, que prestó y quedó en libertad. Se fijó para el 9 de marzo la vista preliminar por robo de identidad y para el 13 el cargo de narcóticos, dijo el teniente.

Ferreira Navarro dijo que desconoce cómo le robaron la identidad, pero que están tratando de tomar todas las medidas para que no vuelva a ocurrir, como destruir papeles con números personales y revisar sus estados bancarios.

El delito de mayor crecimiento

El robo de identidad es atacado por diversos frentes de autoridades estatales y federales, dijo la teniente Nívea Collazo, directora de la división de robos a bancos, quien maneja los casos reportados por instituciones financieras mientras los demás se atienden en los Cuerpos de Investigaciones Criminales (CIC) en las áreas policiacas.

?El robo de identidad es el delito de más crecimiento?, dijo Collazo. En el 2004 los bancos reportaron 322 robos de identidad y el 2005 se duplicó a 659, mientras las pérdidas aumentaron de $30 millones hace dos años a $50 millones el año pasado, dijo la teniente.

Collazo, la oficial del año en la Superintendencia Auxiliar de Investigaciones Criminales, dijo que en Puerto Rico se han visto dos tipos de robo de identidad.

Uno proviene de los hurtos y robos domiciliarios cuando algunos delincuentes se quedan con las carteras con información personal, como el seguro social y las licencias de conducir.

Otro es de grupos organizados que se dedican a comprar identidades, a veces a drogadictos y deambulantes a los que pagan unos $200 por los seguros sociales. En ocasiones, les venden los seguros sociales de padres y hermanos.

Algunas de estas gangas de robo de identidad tienen en nómina a empleados de gasolineras y restaurantes, entre otros, que al tener las tarjetas de crédito de los clientes, usando una máquina llamada ?skimmer? copian la cinta magnética de las tarjetas para luego usar el crédito ajeno.

El año pasado un grupo especial de trabajo de agentes federales y estatales desarticuló una banda de robo de identidad de 23 personas que cometieron timos por $5 millones. En la actualidad se investigan posibles organizaciones similares en Caguas, Loíza y Río Grande.