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  Por el libro
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20 de marzo de 2006

VIVIAN MEDINA
El Nuevo Herald
Cada vez resulta más común que muchas familias se habitúan a vivir con deudas de miles de dólares, sin pensar en las consecuencias. El deseo de alcanzar cierto nivel de comodidad, o de pagar los costos diarios que superan el presupuesto cotidiano, provoca problemas financieros para muchos. Esta actitud se ha convertido hasta en tema de propaganda. Hace un tiempo me llamó la atención un comercial que vi en la televisión, en el que un hombre, muy orgullosamente, contaba que era miembro de un club exclusivo de deporte, y mostraba su mansión, sus autos y otras propiedades lujosas. Y con una expresión en su rostro de preocupación y seriedad, preguntaba: ¿Cómo logré todo esto? Y respondió: Estoy de deudas hasta el cuello.

Ha aumentado la cantidad de personas que usa con más frecuencia sus tarjetas de crédito para subsistir y cubrir los costos de vivienda. Se estima que las familias estadounidenses, en promedio, tienen alrededor de $8,500 en deudas de tarjetas de crédito, según indican expertos de Bankrate.com, un sitio encargado de ayudar al consumidor. Sin embargo, aunque lo ideal sería no tener deudas, la mayoría tiene que acudir a créditos y financiamientos para costear todos sus gastos y necesidades. Pero el problema resulta grave cuando estas deudas escapan a nuestro control, y lo peor es cuando sólo hacemos frente a estas deudas en el momento en que nuestras finanzas personales caen en una situación precaria. Por este motivo tenga en mente algunos puntos controlar sus deudas.

? ¿Sabe cuánto debe?

Aunque resulte lógico, hay muchas personas que prefieren no hacer frente a un número o monto concreto de las deudas que tienen. En fin, saben que deben una gran cantidad de dinero pero prefieren no hacer un cómputo exacto de ese monto. Haga una lista realista de sus deudas y trace un plan para empezar a llevar las riendas de su dinero. Una opción inmediata podría ser dejar de pagar con las tarjetas de crédito cosas que usted sabe que en realidad no necesita.

? Buenas deudas y malas deudas

Si usted compra con su tarjeta o mediante un préstamo un artículo que sabe que inmediatamente va a devaluarse, o no tiene el potencial de adquirir más valor con el tiempo, entonces está contrayendo una mala deuda. Es recomendable evitar estas malas deudas. Por el contrario, si invierte o compra algo que sabe que va a adquirir valor con el tiempo, entonces se trata de una buena deuda. Es decir, la deuda por una compra de una propiedad, o un préstamo para invertir en la educación universitaria, cualquier tipo de deuda que con el transcurso del tiempo conlleve una ganancia. Y no sobra decir que en el preciso momento que salimos del concesionario nuestro nuevo automóvil, éste se empieza a devaluar, por lo cual nunca debe tomarse a la ligera la compra de un vehículo.

? Pagos atrasados

Si tiene pagos atrasados, por ejemplo, del automóvil, de la hipoteca o préstamos estudiantiles, no ignore estas deudas. Si por alguna razón no puede hacer los pagos correspondientes, lo más indicado es establecer un contacto con los bancos o prestamistas para llegar a un acuerdo sobre una posible forma de pagarles. No espere hasta que pueda llegar una carta diciendo con la temida palabra 'foreclosure' (ejecución hipotecaria) o que el banco le avise que podría tener graves problemas.

? Fondo de emergencia

Procure tener alguna cantidad de dinero ahorrado para momentos de emergencias financieras. Considere los gastos que son importantes en su vida cotidiana y fíjese la meta de ahorrar para tenerlos cubiertos de antemano.