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  Por el libro
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21 de marzo de 2006

Los zoológicos para niños podrían ser divertidos para éstos, pero también son un criadero de las bacterias que pueden causar graves enfermedades gastrointestinales, afirma una nueva investigación.

La mayoría de las personas no son conscientes de que medidas simples de prevención, como lavarse las manos, podrían evitarles infecciones, y algunos hacen cosas que podrían aumentar su riesgo, según tres nuevos estudios presentados en lunes en la Conferencia Internacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes, en Atlanta.

La infección bacteriana puede ser causada por tocar cualquier cosa que tenga contacto con heces animales, incluidos los animales mismos y las superficies que las personas han tocado luego de acariciar a un animal, o por comer o beber mientras se acaricia o alimenta a un animal, anotaron los investigadores.

Además, las heces llevadas en los zapatos pueden llegar a la casa y convertirse en riesgo de infección.

El primer estudio trata sobre brotes de E. coli O157:H7 en dos zoológicos para niños en Florida que enfermaron a por lo menos 34 personas hace un año. Los investigadores de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention y del Departamento de Salud de Florida entrevistaron a los visitantes que se enfermaron y a los que no se enfermaron para establecer qué conductas prevenían la infección.

Las conductas más sólidamente relacionadas con la enfermedad fueron alimentar a una vaca o cabra, tocar a una cabra y pisar estiércol, o tener estiércol en los zapatos. Entre los contactos indirectos que también llevaron a la enfermedad se hallaban secarse las manos sobre las ropas luego de lavarlas en el zoológico.

Los que se lavaron las manos después de visitar el zoológico de mascotas, incluido enjabonárselas y lavarlas nuevamente antes de comer, escaparon de la enfermedad, informan los investigadores.

En el segundo estudio, un equipo liderado por Amy E. Belflower, epidemióloga del Departamento de Salud y Control Ambiental de Carolina del Sur, vigiló a 227 personas en un zoológico para niños para ver cuántas se lavaban las manos o tenían conductas de riesgo.

Belflower afirmó que los zoológicos para niños siguieron las directrices. "Tenían a los animales en corrales, avisos de que no se debían llevar alimentos ni bebidas y muchos avisos sobre lavarse las manos, además de buenos lugares para hacerlo", afirmó.

"Pero incluso con todas esas precauciones, aún vimos a personas con conductas arriesgadas", añadió Belflower. "Las tres principales fueron llevar comida al área, llevar un cochecito de bebé en el área y recoger cosas como comida de animales del suelo. También observamos que el 28 por ciento de las personas que salían del área de contacto con los animales no se lavaban las manos".

El el tercer estudio, investigadores del Departamento de Salud de Tennessee y del Departamento de Agricultura de los EE.U. también observaron cómo se comportan las personas en los zoológicos para niños.

Entre 991 visitantes a seis zoológicos para niños en Tennessee central, encontraron que el 49 por ciento de los visitantes se tocaban la cara mientras estaban en el zoológico, el 87 por ciento entró en contacto con superficies ambientales como agarraderas o banquitos, el 74 por ciento tocó a los animales y el 22 por ciento comió o bebió mientras estaba en el área. Además, el 62 por ciento no lavó sus manos después de salir del zoológico.

"Hay mucho que se puede hacer para educar a los operadores del zoológico y al público", afirmó la autora principal Marcy McMillian, epidemióloga del Departamento de Salud de Tennessee.

"Las personas necesitan saber que tienen que lavarse las manos y que cuando tocan a las superficies ambientales y a los animales están exponiéndose potencialmente a patógenos", afirmó McMillian.

Un experto cuestiona la necesidad de que haya zoológicos para niños.

"El problema es que el público no es consciente de la dinámica de la infección", apuntó Phillip M. Tierno, Jr., director de Microbiología e Inmunología Clínica del Centro Médico de la Universidad de Nueva York. "No sólo hay que lavarse las manos. Incluso si uno se lava las manos, no puede estar seguro de no contagiarse".

Tierno advierte que no se debe comer mientras se está en el zoológico para niños. "Incluso si piensa que se ha lavado las manos correctamente, tal vez no lo haya hecho e ingerirá E. coli directamente", señaló.

Lavarse las manos correctamente, según Tierno, conlleva lavárselas durante el tiempo que le tomaría cantar Feliz Cumpleaños dos veces. "Hay que lavarse entre los dedos, la parte superior de las manos y debajo de las uñas", aseguró.

Tierno considera que alimentar o acariciar a los animales de estos zoológicos no es una buena idea. "Hay demasiados patógenos que pueden crear problemas en las personas. No vale la pena", aseguró.

Otro experto considera que los zoológicos para niños están bien si los visitantes toman las precauciones debidas.

"No debemos negar a los niños la alegría de estos zoológicos", aseveró el Dr. David L. Katz, profesor asociado de salud pública y director del Centro de Investigación de la Prevención de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale. "Después de todo, fraternizar con otras personas es también una fuente potencial de contaminación con bacterias e infecciones potencialmente graves".