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  Por el libro
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13 de mayo de 2006

El costo medio de las remesas enviadas por los inmigrantes en los Estados Unidos a Latinoamérica y el Caribe ha bajado casi dos tercios en los últimos seis años, lo que ha supuesto un ahorro en el 2005 de $5,000 millones para los emigrantes y sus familias.

Así se desprende de un informe difundido ayer por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que también se pone de manifiesto que una mayoría de los emigrantes latinoamericanos y sus familias en sus países de origen aún están excluidos del sistema financiero formal.

Otro de las datos reveladores del estudio, realizado por el investigador Manuel Orozco, del centro de estudios del Diálogo Interamericano, es que en el 2005 Latinoamérica y el Caribe recibieron remesas por valor de $53,000 millones, de los cuales casi tres cuartas partes llegaron de Estados Unidos.

Esta semana, que culmina mañana con la celebración en EEUU y varios países latinoamericanos del Día de las Madres, es el período de mayor volumen de envíos en todo el año.

La mayoría de las transferencias, según Orozco, llegan a hogares de escasos recursos para cubrir gastos diarios, pero algunas familias han logrado ahorrar o invertir 'algo', ese dinero.

'Se podría hacer mucho más para mover estos recursos, especialmente para brindarles a las familias acceso al sistema financiero formal', dijo ayer en la presentación del informe Donald F. Terry, gerente del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), que encargó el estudio.

Sin embargo, existen ``ciertos perjuicios culturales, falta de productos y servicios adecuados y obstáculos legales y regulatorios que impiden que la gente con menores recursos sea bien recibida en el sector financiero'.

Todos los meses, prácticamente en todos los países de la región, unos 10 millones de familias reciben sus remesas en la sucursal de un banco.

'El reto para los bancos es comprometerse con el mercado de los depósitos de remesas. La demanda existe. Si se superan los obstáculos legales, regulatorios y culturales, y se ofrecen productos apropiados a los receptores de remesas, las instituciones financieras pueden encontrar excelentes clientes', según el estudio.

Respecto al costo medio de envío de remesas, desde el año 2000, el gasto de enviar $200 desde EEUU a Latinoamérica ha bajado más del 15 por ciento hasta llegar al 5.6 por ciento, debido a una mayor la competencia entre los suministradores de servicios.

Los niveles de satisfacción entre clientes varían entre el 98 por ciento de Ecuador al 74.4 por ciento en Haití.

En la República Dominicana, el 66 por ciento de las personas que reciben remesas tiene una cuenta bancaria, frente a sólo el 10 por ciento en Nicaragua.