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  Por el libro
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22 de mayo de 2006

El cierre del restaurante El Hipopótamo la semana pasada por deficiencias en salubridad vuelve a revivir una realidad que ha estado latente en Puerto Rico por mucho tiempo.

Si a usted le preocupa la higiene del restaurante o cafetería que usted frecuenta, sepa que la consternación es válida, pues los negocios que elaboran o procesan alimentos en la Isla apenas se inspeccionan en el País.

Un inspector de Salud Ambiental sólo realiza un promedio de cinco visitas al mes, lo que equivale a una o dos visitas a la semana. Mientras, hay más de 25,000 negocios de alimentos en Puerto Rico, incluyendo restaurantes, cafeterías, fábricas de alimentos, embotelladoras de agua, comedores escolares y vaquerías, entre otros.

Alfredo Casta, secretario auxiliar de Salud Ambiental, justificó las pocas visitas que hacen los inspectores a los negocios, aduciendo que sus tareas son más amplias. ?Eso no es la única labor que hacen, aunque es la más importante. Un inspector también notifica y da seguimiento por escrito a esas visitas, investiga las querellas de los ciudadanos y radica denuncias?, señaló.

Indicó además que el sueldo de los inspectores no es alto. Un inspector 1, -el rango de menor jerarquía- comienza con un salario básico de $973 mensuales. Para ese puesto se requiere tener un diploma de escuela superior y dos cursos en ciencias. Casta dijo que uno de los problemas que enfrenta la agencia con el reclutamiento de inspectores, en particular con los del área metropolitana, es que renuncian al poco tiempo de contratados alegando que consiguen otra oferta mejor.

En la región metropolitana Salud Ambiental tiene sólo 28 plazas de inspectores, pero algunas están vacantes, pues hay empleados reportados al Fondo del Seguro del Estado o que están en licencia sin sueldo, dijo Casta.

Curiosamente, en Arecibo hay más inspectores que en San Juan, para un total 31 plazas. Aunque la región metropolitana necesita aumentar el número de empleados, Casta explicó que en dicha región de Arecibo está el 90% de las 374 vaquerías del País. ?Por eso hace falta tener más inspectores allí?, expresó.

Falta de fondos impide labor

Según el funcionario, Salud Ambiental necesitaría contratar entre 90 y 100 inspectores adicionales para poder fiscalizar apropiadamente a los negocios que elaboran o procesan alimentos. El los ha pedido en los pasados años, pero no se los han aprobado por falta de fondos. Transferir inspectores de una región a otra (son nueve regiones) tampoco es una opción, opinó Casta, ya que eso perjudicaría a los empleados y a sus familias. ?Transferir gente de un sitio a otro no es tan fácil de hacer?. Además, los empleados pertenecen a un sindicato, la Unión General de Trabajadores.

Salud Ambiental tiene 190 inspectores rango 1, y 44 inspectores rango 2, que son los que salen a la calle a visitar los negocios. A éstos se les paga 32 centavos la milla por dieta y millaje por cada viaje realizado, más el sueldo básico.

Hay también 19 inspectores rango 3 y 9 inspectores rango 4, y estos últimos dos grupos son los supervisores y gerenciales de la secretaría. Casta indicó que los ciudadanos casi no presentan querellas de negocios, el promedio son cinco mensuales y la mayoría de ellas son del área metropolitana. Añadió que cuando un negocio tiene que hacer un cierre voluntario tarda, en promedio, una semana en reabrir sus puertas.

Hay excepciones, como fue el caso de La Bombonera en el Viejo San Juan, que tardó más de un mes, dijo Casta, ya que el restaurante ocupaba tres locales y requería de cambios estructurales.