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  Estirando el chavito
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13 de junio de 2006

Con el verano muchos adolescentes cambian la escuela por el trabajo. Eso brinda una excelente oportunidad de aprender otro tipo de asignatura: el manejo del dinero.

Francisco Valle, consejero financiero de Merrill Lynch, señala que las familias hispanas se enfrentan a retos especiales en este sentido.

Por un lado, algunas de estas familias tienen poca relación con los bancos o están empezando a conocer el sistema financiero estadounidense; por otro, entre muchos padres posiblemente existe una tendencia a dar a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron, dejándolos gastar más de lo que deben en caprichos.

Valle comenta que el punto de partida es el ejemplo.

"La mejor forma de enseñar a los chicos es mostrarle lo que hacen los padres, explicándoles por qué tienen una cuenta de cheques, qué cosas pagan con ella y lo importante que es tener algo ahorrado en caso de imprevistos".

Michael Rolnick, experto financiero de VISA USA, comenta que aun ganando el salario mínimo, los adolescentes pueden tener fácilmente un ingreso semanal de unos 260 dólares brutos, una cantidad suficiente para hacer cálculos y dividirla en apartados.

Rolnick señala que la primera deducción será la de los impuestos, que servirá para explicar a los chicos la diferencia entre lo que se gana y lo que se cobra. Luego el dinero líquido restante habría que dividirlo en distintos apartados, un poco para algo necesario como ropa, un poco para diversión, pero definitivamente dedicando algo al ahorro.

"Hay que enseñar a los muchachos a que no tengan un agujero en el bolsillo", comenta el experto.

Valle dice que además no hay que conformarse con meramente poner algún dinero en la cuenta de cheques o de ahorro.

"A los adolescentes se les puede iniciar en otras formas de inversión, como certificados de depósito, bonos o cuentas de ahorro para la educación", comenta Valle, quien enfatiza que no hace falta que los padres tengan una maestría en Finanzas.

"Lo único necesario es que busquen la información juntos, desde la que hay en internet o en folletos, hasta ir a un banco a que les expliquen o buscar un asesor financiero", comenta Valle, quien señala que mucha información es gratuita.

Rolnick añade que los primeros salarios son también una oportunidad estupenda para fijar objetivos a corto y largo plazo, desde ahorrar para prendas deportivas de moda, hasta para un carro o incluso la compra de esa casa que un día querrán tener.

Janet Bodnar, autora de Cómo criar chicos sabios con el dinero (Raising Money Smart Kids), dice que aunque no se opone a la idea de que los adolescentes trabajen, existe el riesgo de que al tener un ingreso se alimente su consumismo.

"A veces el mensaje es que con un dólar puedo comprar algo, con muchos dólares mucho", dice la autora, indicando que esto puede ser el comienzo de una insana adicción al dinero.

Bodnar señala que no es que aconseje "confiscar" lo que los chicos ganen, pero sí considera muy importante que los padres se sienten, aconsejen y supervisen cómo distribuir los ingresos de los hijos.