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  Por el libro
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14 de julio de 2006

La Comisión Europea adoptó ayer un reglamento para rebajar los precios del "roaming", es decir, las tarifas que los operadores de telefonía móvil aplican a las llamadas realizadas desde el extranjero. El texto, que deberá ser ahora debatido por los Veinticinco en pleno y por el Parlamento Europeo, propone que el coste de ese servicio se reduzca en un 70%, lo que supondría un ahorro para los usuarios de unos 5.000 millones de euros.
Desde que asumió su cargo hace un año y medio, la comisaria de Sociedad de la Información y Medios, Viviane Reding, ha convertido este tema en una de sus prioridades. Frente a las exigencias de los operadores, Reding ha fijado un techo en los precios mayoristas y minoristas (es decir, tanto aquellos que abona el consumidor final como los que se cargan las compañías entre sí por el uso de sus respectivas redes para conexiones entre países), lo que ha suscitado gran polémica.
El nuevo modelo establece que la tarifa por llamar desde un móvil de un país a otro podrá ser, como mucho, un 30% más cara que su coste mayorista. En la actualidad, según los datos que maneja la Comisión, por una llamada de telefonía móvil en itinerancia se paga una media de 1,15 euros por minuto, cifra cinco veces mayor a lo que les cuesta a las operadoras proporcionar ese servicio.
Estos precios, que Bruselas considera "injustificadamente altos", afectan, al menos, a 147 millones de usuarios de móvil de la Unión Europea, de los cuales 37 millones son turistas y 110 millones, empresarios. El sector más afectado es el de las pequeñas y medianas sociedades, que ven mermada su competitividad.
Según fuentes comunitarias, una vez que la nueva normativa pase todos los trámites correspondientes y entre en vigor (la Comisión espera que antes de enero de 2007), será aplicable durante cuatro años. El motivo de esta limitación es que la mayoría de los reglamentos de telefonía móvil son temporales.