18 de julio de 2006

Personas que se hacen pasar como empleados de la Puerto Rico Telephone (PRT) roban la identidad de ciudadanos pidiéndoles sus datos personales por teléfono con el cuento de que cualifican para un subsidio, alertó hoy el jefe del Servicio de Inspectores Postales en la Isla, Frank Silva.

Según el patrón que describió Silva, los impostores llaman a clientes de PRT, se identifican como trabajadores de la compañía telefónica y les dicen que van a ?verificar? sus datos particulares para otorgar el supuesto beneficio a sus cuentas telefónicas.

?Con la información obtenida, los criminales comienzan a solicitar fraudulentamente tarjetas de crédito a nombre de los clientes de PRT y a desviarlas a direcciones que ellos han escogido para estos propósitos?, indicó Silva en un comunicado. Luego de adquirir la información, los estafadores le dicen a los ciudadanos que pronto recibirán información sobre el supuesto subsidio.

Silva aseguró que esa práctica también es fraude postal.

Los impostores también podrían ser acusados de fraude de identidad y fraude con tarjetas de crédito. ?Esto ocurre cuando las solicitudes fraudulentas son enviadas a las instituciones financieras a través del correo. Aun en aquellos casos en los cuales la solicitud fraudulenta se hace por Internet, por teléfono o en persona, esta acción sigue siendo fraude postal, ya que las compañías de tarjetas de crédito generalmente envían las mismas por correo?, añadió Silva.

El delito de fraude postal conlleva una pena de hasta 20 años de prisión, de acuerdo al Código Penal federal. El Servicio Postal aconsejó a los ciudadanos que no provean información personal a extraños por teléfono, a menos que el cliente haya originado la llamada; que revisen su crédito anualmente, y que trituren documentos con información personal que vayan destinados a la basura.

Las víctimas de hurto de identidad pueden buscar ayuda llamando a la Comisión Federal de Comercio, al 1-877-438-4338, o visitando la página de internet www.consumer.gov/idtheft, y deben presentar una querella ante el Servicio de Inspectores Postales y la policía.