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  Por el libro
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20 de julio de 2006

Según una encuesta reciente sobre las finanzas de las personas que viven en Estados Unidos, uno de cada tres adultos en algún momento le ha mentido a su pareja acerca del dinero.
Y como las finanzas del hogar usualmente las lleva la mujer, no es sorprendente que el sondeo haya indicado que son éstas las que, con más frecuencia, esconden gastos a sus maridos.
"Lo compras y luego lo escondes en el armario y haces de cuenta que no ha pasado nada", dijo Jill Lawson, una residente de Dallas que admite haber hecho compras personales con el presupuesto familiar sin decirle al marido.
"Si te lo ven puesto, simplemente le dices, 'pero, cariño, si lo compré hace mucho tiempo'. Es algo que siempre funciona", agregó Lawson.
Otras parejas dicen que siempre mantienen al cónyuge informado sobre lo que compran... bueno, casi siempre.
"Mi manía son los zapatos", dijo Eunice Wright, admitiendo que a veces no resiste la tentación de comprar algo inesperado cuando va al centro comercial. "He tratado de mejorar, pero a veces se pierde el control".
Estos pequeños deslices económicos por lo regular no pasan a ser conflictos mayores, pero hay antecedentes de parejas que se han dejado porque una u otra deja vacía la cuenta del banco.
"Cuando uno de los cónyuges le miente al otro acerca de gastos que hizo, no es tanto la deuda, sino el hecho de que hubo una mentira lo que deja dolida a la otra persona", dijo Shannon Wolf, consejera de parejas que tienen conflictos maritales.
Los juzgados civiles de Texas reciben unas 90,000 demandas de divorcio anualmente, y aunque no existe una estadística precisa, las desavenencias sobre los gastos son un factor frecuentemente citado en la lista de diferencias irreconciliables.
Según asesores como Wolf, muchas parejas hoy en día mantienen una cuenta de banco o una tarjeta de crédito exclusivamente a su nombre. De esa manera, si la esposa hace una compra de impulso en un centro comercial, la responsabilidad de pago es suya solamente. Lo mismo si el esposo se va con los amigos a ver el juego de lunes por la noche en el bar deportivo más cercano.
En Texas, hace seis años los juzgados recibieron 90,000 demandas de divorcio.