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  Estirando el chavito
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21 de julio de 2006

Cuántas veces no habremos dicho ya que la economía se nota sobre todo en el bolsillo. Palpe usted el grosor de su billetera y sabrá a ciencia cierta qué tal le van las cosas.

Por supuesto que ésta es una manera de hablar, pero siempre creí que no está muy lejos de la realidad. Veamos.

Llega a mis manos un reporte crediticio del Wells Fargo Bank que en líneas generales coincide con otros muchos análisis que de un tiempo a esta parte vienen a constatar que las cosas van de mal en peor.

Éstos son los puntos principales:

Se extienden las líneas de crédito al tiempo que la deuda alcanza casi un valor récord del 13.9% del dinero libre después de pagar deudas y gastos.

Disminuyen las bancarrotas a consecuencia de las nuevas leyes, pero todo apunta a que volverán a crecer.

Mientras disminuyen los préstamos impagados, crecen los delitos por impago de tarjetas de crédito.

Disminuyen los planes de consumo en grandes categorías como vivienda, hogar y electrodomésticos de larga duración.

Desciende la demanda de hipotecas a consecuencia del encarecimiento del interés.

Los bancos declaran estar dispuestos a conceder más préstamos.

Ni qué decir hay que todas y cada una de estas variables tienen relación directa con una visión un tanto pesimista acerca del estado real de la economía. Es el reflejo de la coincidencia de factores como la tendencia alcista de la tasa de interés, el encarecimiento de las hipotecas y el alto precio de la energía, especialmente el combustible.

Un análisis detallado exigiría varias páginas y no es ése el propósito; lo pertinente es advertir al lector de algunos pormenores que se desprenden de los datos.

Por ejemplo, el aumento de los pagos mínimos hipotecarios está haciendo disminuir la demanda de hipotecas fijas y variables. Y mientras estos pagos se cumplen por ahora, otros ?las tarjetas de crédito? no tanto.

El 3.8% del primer trimestre del Índice de Morosidad sugiere que son los menos pudientes quienes se ven en más apuros y para quienes será cada vez más difícil poder satisfacer los balances mensuales de las tarjetas de plástico.

A pesar de todo, los bancos declaran tener la intención de prestar más dinero (el 14.5% del segundo trimestre frente al 11.5% del primero) que antes. ¿Cómo? Aprovechando la subida del interés que puede aumentar su volumen de negocios a costa de los sacrificios del consumidor.

Recuerde, los bancos están en el negocio de no arriesgar. El problema está en saber si podrá usted responder a los requisitos cada vez más difíciles que le exigen. Pálpese la billetera y ?Usted dirá.